Jos¨¦ M¨¦ndez, poeta y autor dram¨¢tico
El poeta y autor dram¨¢tico Jos¨¦ M¨¦ndez Herrera ha muerto en Madrid, donde naci¨® hace 80 a?os. Deja tras de s¨ª una amplia obra, dela que Forma parte importante la traducci¨®n de las obras completas de Dickens (Aguilar, 1948),junto con un amplio estudio biogr¨¢fico del autor, sus personas y su obra, que acreditan otra de sus condiciones: la de ensayista.Bebi¨® en su juventud de la fuente po¨¦tica modernista -que tan fecunda fue en Espa?a-, de la que tom¨® el sentido del ritmo, del color y de la palabra c¨¢lida y sonora; supo a?adir su propia originalidad y un aprovechamiento singular de la rima afrocubana. Dio vigor al soneto y fue con ¨¦l capaz de describir paisajes y sensaciones. Uno de sus grandes amores fue el mar, y con ese tema en primer plano, o a veces como fondo, escribi¨® algunas de sus obras de teatro, a partir de Una visita en la noche, en colaboraci¨®n con- otro poeta, Casas Bricio. Su poema dram¨¢tico Naufragio en tierra fue premiado en 1945 por la Real Academia Espa?ola. Su intenci¨®n, como la de algunos de sus contempor¨¢neos, fue la de mantener un teatro po¨¦tico que se hab¨ªa ido perdiendo.
Su ¨²ltimo estreno en Madrid fue el del libreto de una ¨®pera, El poeta, sobre la vida de Espronceda, para la m¨²sica compuesta por Federico Moreno Torroba, que fue cantada por Pl¨¢cido Domingo en el teatro de la Zarzuela. La rigidez del g¨¦nero, que obliga a versificaciones a veces ins¨®litas y a la resoluci¨®n de situaciones seg¨²n la partitura, impidi¨® que su talento po¨¦tico pudiera desarrollarse. Hay que buscarlo sobre todo en sus libros de versos, como ?bano al sol o Sinfon¨ªa en mar mayor.
Como traductor, aparte de la monumental versi¨®n de Dickens, ha adaptado a la escena espa?ola: obras de lbsen y Goldoni y es autor de una dramatizaci¨®n propia de la novela de Tolstoi Sonata a Kreutzer; ha traducido los sonetos de Shakespeare y poemas y narraciones de Poe, Washington Irving y Stevenson.
Su profundo conocimiento de idiomas le llev¨® a un alto puesto de funcionario de organismos internacionales en Roma y en Ginebra, donde residi¨® largos a?os, lo que le hizo perder contacto con la vida literaria espa?ola. Jubilado, regres¨® a Madrid, aunque se mantuvo generalmente apartado, pero siempre sin dar de escribir.
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