La Caracol¨¢ lebrijana sufri¨® un 'pasmo'

La noche el Lebrija fue fr¨ªa, y la Caracol¨¢ sufri¨® algo as¨ª como un pasmo. No s¨®lo lo aguantamos estoicamente quienes estuvimos all¨ª m¨¢s de siete horas viendo y escuchando -muy poco p¨²blico para lo que suele ser la Caracol¨¢, y esto s¨ª es preocupante-, sino que el fr¨ªo pareci¨® transmitirse a los artistas, y aqu¨¦llo comenz¨® a ponerse realmente grave. No se ve¨ªa mucha salida a un discurrir cansino hasta el mortal aburrimiento.Por suerte, comenzaron a surgir chispazos de calidad y emoci¨®n, que con dificultades fueron remontando un poco el inter¨¦s del espect¨¢culo. El primero estuvo en el cante de Jos¨¦ Merc¨¦, que con su habitual buen hacer dio un primer tir¨®n de fuerza. Miguel Fun¨ª, algo despu¨¦s, tuvo el acierto de limitarse a los palos que ¨¦l canta y baila con su personal¨ªsimo modo de hacer, verdaderamente interesante, y tuvimos otro respiro gratificante.

Pas¨®, sin mucha gloria, Conchi Vargas, una bailaora con temperamento, pero bastante vulgar, quien al final subi¨® al tablado para bailar buler¨ªas a una ni?ita de cuatro a?os que parec¨ªa m¨¢s bien dormida. Lo que es muy l¨®gico, pues el reloj marcaba las 3.20. ?No hab¨ªa una ley que prohib¨ªa desafueros de esta naturaleza contra los menores de edad?

Despu¨¦s, ya en la recta final, casi todo fue bueno. El cante de Jos¨¦ de la Tomasa, extraordinario como siempre. Y el de Fosforito, en su l¨ªnea habitual de calidad. Y el de Curro Malena, que en su pueblo siempre lo da todo, quiz¨¢ demasiado, pues a esas horas de la madrugada se extendi¨® excesivamente por soleares y buler¨ªas, aunque lo hiciera muy bien. Y Lebrijano, por fin, espl¨¦ndido por soleares, tientos-tangos y buler¨ªas, en que se arrop¨® con gente de la familia y del pueblo y algunos de los otros artistas.

Lo que ocurre es que el pasmo de las horas anteriores hab¨ªa aletargado en cierto modo al p¨²blico, y ni siquiera a ¨¦stos se les hizo ya mucho caso.

Los guitarristas cumplieron, trabajando los dos Pedros de Lebrija (Bac¨¢n y Pe?a) como forzados en una noche en que se les exigi¨® mucho.