Sep¨²lveda: "El apoyo de EE UU a la 'contra' no ayuda al proceso de paz de Contadora"
Bernardo Sep¨²lveda Amor, de 44 a?os de edad, es secretario de Relaciones Exteriores de M¨¦xico desde diciembre de 1982, por lo que se puede decir que su ascenso a la c¨²spide del poder ha sido muy r¨¢pido. Sep¨²lveda, que se encuentra en Madrid en visita oficial, se entrevist¨® ayer durante hora y media con el presidente del Gobierno espa?ol, Felipe Gonz¨¢lez, en la Moncloa. Al abandonar el palacio, Sep¨²lveda alab¨® el papel de intermediaria entre Am¨¦rica Latina y Europa que desempe?¨® la delegaci¨®n espa?ola en la reciente cumbre de jefes de Estado y de Gobierno de la Comunidad Europea, celebrada a finales, de junio en La Haya. "Es algo muy importante para fortalecer las relaciones entre ambas comunidades", afirm¨®.
La aportaci¨®n de Sep¨²lveda fue fundamental para la creaci¨®n del Grupo de Contadora, en el que se mantiene ya como el ¨²nico de los cuatro socios fundadores. Abogado y antiguo embajador de su pa¨ªs en Estados Unidos, Sep¨²lveda es tambi¨¦n un experto en temas econ¨®micos y de deuda externa, sobre los que ha publicado varios libros.Pregunta. ?Se puede dar por acabada la gesti¨®n de Contadora?
Respuesta. Mientras contin¨²e la circunstancia que motiv¨® la creaci¨®n de Contadora me parece que continuar¨¢ viva la raz¨®n de ser de Contadora. Se padece, lamentablemente, una crisis en el ¨¢rea que debe encontrar soluci¨®n pac¨ªfica.
Foros para el di¨¢logo
P. Pero los propios pa¨ªses centroamericanos no parecen ya muy interesados en Contadora.
R. No estoy muy seguro de eso. Yo tengo la impresi¨®n de que, sin desconocer los obst¨¢culos que est¨¢n presentes en esta gesti¨®n, hay la necesidad de contar con foros que permitan el di¨¢logo pol¨ªtico, y en ese sentido Contadora es un ¨¢rbitro privilegiado para la negociaci¨®n.
P. ?Cree que se firmar¨¢ alg¨²n d¨ªa el tratado de paz y cooperaci¨®n que Contadora propone a los centroamericanos?
R. Nuestra esperanza es que s¨ª. Pero quisiera mencionar algo que en ocasiones se olvida: la responsabilidad fundamental de encontrar un sistema de paz, cooperaci¨®n y democracia corresponde esencialmente a los centroamericanos. Esto es, el Grupo de Contadora se limita a proporcionar, con la colaboraci¨®n de los propios centroamericanos, un edificio jur¨ªdico y un sistema pol¨ªtico que les permita atender sus diferencias, pero quienes deben aceptar en ¨²ltima instancia esas responsabilidades y obligaciones, pero tambi¨¦n esos derechos, son los propios centroamericanos.
P. ?Y ve usted voluntad en los centroamericanos de aceptar esas responsabilidades?
R. Ojal¨¢ adviertan que es en su mejor inter¨¦s contar con un esquema jur¨ªdico que regule arm¨®nicamente sus relaciones.
P. ?Cu¨¢les son los enemigos de Contadora?
R. El subdesarrollo, la confrontaci¨®n Este-Oeste, el conflicto de intereses y de proyectos nacionales y, en ocasiones, la falta de decisi¨®n pol¨ªtica.
P. Nicaragua se ha declarado dispuesta ya en dos ocasiones a firmar distintos borradores de tratado de paz. ?Cree que el Gobierno sandinista est¨¢ sinceramente interesado en el ¨¦xito de Contadora?
R. Yo parto del principio de que lo que dice un Gobierno responde a un esquema que tiene que ver con asumir compromisos pol¨ªticos. Para todos resulta ventajoso tomar en sus m¨¦ritos, con un sentido de buena fe, lo que cada uno de los Gobiernos expresa. Yo querr¨ªa que los cinco pa¨ªses centroamericanos actuaran en forma conjunta a favor del proyecto de Contadora, que, a nuestro juicio, sigue siendo el ¨²nico proyecto de paz existente, el ¨²nico que tiene vigencia y validez, desde la perspectiva de ocho Gobiernos latinoamericanos que representan al 90% de la poblaci¨®n latinoamericana.
P. Hay quien piensa que la Organizaci¨®n de Estados Americanos (OEA) y la propia ONU pueden asumir la labor que ahora desempe?a Contadora.
R. Mire usted. Hace exactamente 10 d¨ªas estuvimos los cuatro cancilleres de Contadora en Nueva York, entrevist¨¢ndonos con el secretario general, Javier P¨¦rez de Cu¨¦llar, y en Washington, entrevist¨¢ndonos con el secretario general de la OEA, Jo¨¢o Clemente Baena Soares, y ambos afirmaron que, desde su perspectiva pol¨ªtica, no hab¨ªa opci¨®n a Contadora.
P. ?Cree usted que existe un peligro de recrudecimiento de la guerra en Nicaragua?
R. Yo dir¨ªa que si, porque el gran temor es que un conflicto de esta naturaleza no se mantenga localizado sino que se convierta en un fen¨®meno que traiga como consecuencia un estado b¨¦lico en el conjunto de Centroam¨¦rica.
P. ?La ayuda de EE UU a la contra contribuye a este peligro?
R. Desde luego, no se puede juzgar como una contribuci¨®n al proceso de paz de Contadora. Nosotros hacemos una proposici¨®n de paz y en este caso se hace una aportaci¨®n contraria.
P. ?Usted entiende las razones que llevan al Gobierno de Nicaragua a cerrar el diario La Prensa o a expulsar al obispo Pablo Vega?
R. Es el resultado de ese estado preb¨¦lico que advertimos en Centroam¨¦rica, donde, inevitablemente, las decisiones est¨¢n condicionadas por una estrategia militar y no por una t¨¢ctica pol¨ªtica.
P. Desde distintos sectores de la pol¨ªtica norteamericana se ha criticado recientemente a M¨¦xico. ?Cree que ello puede condicionar su pol¨ªtica exterior?
R. Los mexicanos nos preciamos de tener un patrimonio pol¨ªtico particularmente valioso en una pol¨ªtica exterior aut¨®noma, independiente, digna, respetable, y, desde luego, este tipo de recriminaciones que un segmento minoritario del Senado estadounidense principalmente lleva a cabo no ejercer¨¢ ninguna influencia negativa en esa naturaleza de la pol¨ªtica exterior mexicana.
P. ?C¨®mo juzga la pol¨ªtica de EE UU en Am¨¦rica Latina?
R. Quisi¨¦ramos recuperar un di¨¢logo pol¨ªtico entre Am¨¦rica Latina y EE UU que, a nuestro juicio, resultar¨ªa m¨¢s fruct¨ªfero que el esquema de negligencia benigna a que ha estado sujeta Am¨¦rica Latina. Se recuerda con aprecio la pol¨ªtica de buen vecino de Roosevelt y la Alianza para el Progreso de Kennedy.
P. ?En qu¨¦ medida la pol¨ªtica interior mexicana influye en su pol¨ªtica exterior? Es decir, ?no cree que casos como los de las recientes elecciones de Chihuahua, sobre las que se han denunciado sospechas de fraude, no desprestigian al Gobierno mexicano y limitan su capacidad de maniobra internacional?
R. Yo se?alar¨ªa que desde luego no creo que deba ejercer una influencia negativa, porque repito que en el caso de la pol¨ªtica exterior de M¨¦xico hay un elemento de autonom¨ªa. Pero s¨ª me interesaba hacer algunas aclaraciones sobre el proceso electoral en Chihuahua y en otros Estados de la Rep¨²blica. Yo quisiera anotar que resultar¨ªa injusto e ileg¨ªtimo recriminar al sistema pol¨ªtico mexicano que ese proceso resulte, desde la perspectiva de algunos, un proceso con impurezas. Yo destacar¨ªa que en el proceso electoral del domingo pasado hubo 2.000 casillas electorales, que hubo m¨¢s de un mill¨®n de mexicanos acudiendo a las urnas a despositar sus votos, hubo nueve partidos pol¨ªticos que participaron en esas elecciones que representan las m¨¢s variadas corrientes pol¨ªticas que se dan en la sociedad mexicana. Si acaso en alguna de esas 2.000 casillas hubo alg¨²n incidente, obedece, a mi juicio, a una expresi¨®n de la vehemencia con que se da el juego pol¨ªtico democr¨¢tico en M¨¦xico, pero eso no representa, ni remotamente, que, en su conjunto, no se haya producido un fen¨®meno de pureza electoral.
Proceso de normalizaci¨®n
P. ?Usted aprecia imperfecciones o limitaciones en el sistema pol¨ªtico mexicano? ?Cu¨¢les?
R. Tal como sucede en Espa?a, o en Argentina o en Brasil, estamos empe?ados en un proceso de modernizaci¨®n. Esto es, estamos comprometidos en un proyecto que representa alcanzar mayores grados de perfecci¨®n de nuestras instituciones pol¨ªticas.
P. ?Qu¨¦ quiere decir con ¨¦sto?
R. Mire usted, llevamos m¨¢s de 55 a?os con un sistema pol¨ªtico que ha sido delicadamente construido y que ha significado una estabilidad ¨²nica, no s¨®lo en Am¨¦rica Latina sino en otras partes del mundo. Hemos tenido la capacidad de encontrar un equilibrio en nuestro sistema pol¨ªtico que nos permite que haya un partido de mayor¨ªas que lleva a cabo una labor pol¨ªtica importante en lo que hace a la satisfacci¨®n de las distintas necesidades de una sociedad. Yo quisiera tomar un ejemplo, el caso de Jap¨®n, donde ha habido un partido que ha tenido tambi¨¦n esa capacidad y ha estado durante un per¨ªodo muy prolongado en el poder. El primer ministro Nakasone ha sido incluso capaz de ensanchar la base del partido en las ¨²ltimas elecciones. En el caso mexicano, es una decisi¨®n pol¨ªtica fundamental de los mexicanos el asegurar que un Gobierno que ha demostrado capacidad para funcionar pol¨ªtica y econ¨®micamente siga gobernando a los mexicanos.
La deuda es m¨¢s preocupante que el problema centroamericano
P. ?Cu¨¢l es el primer problema de Am¨¦rica Latina en estos momentos?R. A juicio nuestro, el problema m¨¢s importante a atender en Am¨¦rica Latina se relaciona con la cuesti¨®n econ¨®mica. No es la cuesti¨®n centroamericana la que m¨¢s nos preocupa. Am¨¦rica Latina atraviesa por un proceso de crisis en su desarrollo que requiere una atenci¨®n pol¨ªtica particularmente esmerada que conduzca a la recuperaci¨®n de las econom¨ªas latinoamericanas.
P. ?Cu¨¢l es la posici¨®n de M¨¦xico sobre la deuda externa latinoamericana?
R. En primer lugar hay que decir que, por culpa de la ca¨ªda de los precios del petr¨®leo, M¨¦xico ha dejado de percibir aproximadamente 8.000 millones de d¨®lares en el a?o 1986, lo que significa una reorganizaci¨®n de la pol¨ªtica econ¨®mica y la relaci¨®n financiera con el exterior. M¨¦xico ha se?alado repetidamente que tiene la decisi¨®n firme de cumplir con sus compromisos financieros internacionales. Ha se?alado tambi¨¦n que esa satisfacci¨®n de sus compromisos est¨¢ vinculada con su capacidad de pago, que para pagar requiere crecer en t¨¦rminos econ¨®micos. En la medida en que haya estabilidad en los mercados petroleros internacionales, en la medida en que los precios del petr¨®leo se incrementen, la capacidad de pago de M¨¦xico tambi¨¦n habr¨¢ de incrementarse.
P. ?M¨¦xico cumple actualmente con sus obligaciones de pago?
R. ?ntegramente. Hay pago puntual de las deudas.
P. ?Tanto con las organizaciones internacionales como con la banca privada?
R. As¨ª es.
P. ?Est¨¢ su pa¨ªs negociando con el Fondo Monetario Internacional (FMI)?
R. Se est¨¢ negociando con el FMI, con el Banco Mundial, con el Banco, Interamericano de Desarrollo; hemos anotado la necesidad de contar con recursos frescos del exterior, y esas conversaciones, afortunadamente, van por muy buen camino.
P. ?Cree usted que el FMI crea en Am¨¦rica Latina las condiciones adecuadas para la mejora de las econom¨ªas?
R. Yo se?alar¨ªa que hay un cambio importante en la filosof¨ªa del FMI que obedece a la insistencia de una prolongada crisis econ¨®mica. Esa crisis ha conducido al FMI a replantear la funci¨®n ¨²til que debe cumplir, no para implantar pol¨ªticas de austeridad a ultranza que provoquen una contracci¨®n de la capacidad de crecimiento de los pa¨ªses, sino, por el contrario, se empieza a aceptar por los menos dogm¨¢ticos en el FMI que es imprescindible emprender un gran esfuerzo para que esas econom¨ªas recuperen la v¨ªa del crecimiento y se puedan volver a encontrar con econom¨ªas s¨®lidas. La experiencia de la crisis econ¨®mica en Am¨¦rica Latina indica que las recetas tradicionales de una teor¨ªa econ¨®mica que tuvo vigencia en otras ¨¦pocas ya no es aplicable en la actualidad.
P. ?Es usted partidario de una acci¨®n concertada entre pa¨ªses deudores y acreedores?
R. Desde nuestra perspectiva, hay una corresponsabilidad de deudores y acreedores, una responsabilidad y obligaci¨®n de ambos por encontrar una soluci¨®n satisfactoria a una crisis que tiene repercusiones generalizadas en pa¨ªses industrializados y en pa¨ªses en v¨ªas de desarrollo.
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