Una noche excepcional

Hab¨ªa expectaci¨®n para escuchar el encuentro musical entre dos culturas y, al final de la segunda noche, se regal¨® la sorpresa. Inici¨® el concierto Mar¨ªa del Mar Bonet, que enarbola la esencia de la m¨²sica popular con una magn¨ªfica voz que recorre culturas mediterr¨¢neas, desde Italia a Grecia, con ecos de la egipcia Om Kalsoum, para volver a recalar en su Mallorca natal. Los temas tradicionales se entrelazan con versiones como El ¨¢guila negra o la Canci¨®n de la sal, de Milton. Con una distanciada presencia en escena, sus canciones hablan riost¨¢lgicamente de amigos perdidos, amores lejanos y mares que abrazan personas y continentes.El sentir apasionado de la m¨²sica popular es lo que une a Mar¨ªa del Mar con Milton Nascimento, aunque el brasile?o de Minas Gerais ha trascendido a lo universal al ser capaz de transformar ese lenguaje en mil m¨²sicas que condensan lo m¨¢s puroy comprometido. Esto le permite plantear sus conciertos de manera abierta, bien con un grupo como Uakti, cuyos componentes est¨¢n especializados en m¨²sica aut¨®ctona que interpretan con instrumentos de percusi¨®n, o con cuarteto el¨¦ctrico, dentro de la m¨¢s pura ortodoxia de la nueva m¨²sica brasile?a, de la que Milton es un personaje incuestionable. Su actuaci¨®n fue de las que no se olvidan, con una escalofriante versi¨®n de Punta de arena, y sus mejores momentos con la Bonet fueron aquellos en que la integraci¨®n se produjo a trav¨¦s del homenaje a Winnie Mandela o con temas populares.

Cuando Milton Nascimerito anunci¨® la presencia de un amigo, el p¨²blico comenz¨® a frotarse los ojos. Pat Metheny estaba all¨ª y con ¨¦l la t¨¦cnica, coraz¨®n, cabeza, ideas y facultades para desarrollarlas arriesgando siempre. Su fraseo, el modo de atacar cada nota, los glissandos y la facilidad para que lo complejo sea sencillo, lo convierten en el guitarrista m¨¢s vers¨¢til, tierno e imaginativo. Un pozo sin fondo que descubre una parte de lo que es capaz, ofreci¨¦ndonos la posibilidad de adivinar el resto. Su colaboraci¨®n con Milton Nascimento convirti¨® la noche madrile?a en testigo de un encuentro excepcional.