Lectura estalinista

Sorprenden la atenci¨®n y el espacio que EL PA?S viene dedicando a un historiador tan poco serio como el se?or Rodr¨ªguez Pu¨¦rtolas. Hace algunos a?os, cuando en compa?¨ªa de Blanco Aguinaga y Zavala produjo su lamentable Historia social de la literatura espa?ola, se critic¨® severamente esa lectura estalinista de nuestras letras, seg¨²n la cual Garcilaso era un reprimido sexual en la l¨ªnea petrarquista y Graci¨¢n era barroco y oscuro porque su clase social no se aclaraba. Hasta el sectario Luk¨¤cs de El asalto a la raz¨®n se hubiera escandalizado.Sin embargo, ahora Rafael Conte dice, entre otras benignidades, que llamar fascistas o neofascistas a escritores y periodistas liberales o conservadores es pasarse. No. Lo que es pasarse es no denunciar severamente desde la izquierda una empresa de difamaci¨®n intelectual semejante. ?Vamos a volver a los tiempos en que un liberal era liberal fascista y un socialista social fascista? ?Le asusta al se?or Conte que estos peque?os inquisidores de ultraizquierda, como bien los ha llamado Aranguren, le llamen tambi¨¦n fascista?

La izquierda democr¨¢tica debe recuperar su sentido autocr¨ªtico y no pemitir que a su sombra se instalen manipuladores de la historia y de la literatura como Pu¨¦rtolas. Que su padrino sea Alfonso Sastre lo dice todo: vuelve Stalin, y EL PA?S haci¨¦ndole el caldo gordo. De pena.-

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