Informaci¨®n contra armamentos
LA REUNI?N que ha celebrado en la ciudad mexicana de Ixtapa el llamado Grupo de los Seis -integrado por los presidentes de Argentina y M¨¦xico, los jefes de Gobierno de Grecia, India y Suecia, y el ex presidente de Tanzania, Julius Nyerere- ha tenido rasgos que la diferencian de los anteriores encuentros habidos en 1984 y 1985. El de este a?o se ha caracterizado por el paso de los planteamientos generales, en nombre de la ¨¦tica internacional, a la preparaci¨®n y adopci¨®n de medidas m¨¢s concretas, susceptibles de crear mayores responsabilidades a los Gobiernos y a los pueblos en el esfuerzo por alejar la pesadilla del aniquilamiento nuclear. Para ello, antes incluso de las sesiones formales, tuvieron lugar en M¨¦xico y en Ixtapa estudios y seminarios con la participaci¨®n de cient¨ªficos de val¨ªa de numerosos pa¨ªses, incluidos, por supuesto, norteamericanos. Al encuentro de l¨ªderes pol¨ªticos representativos de los cinco continentes se asociaron as¨ª personalidades eminentes de la ciencia y de la cultura.Ser¨ªa absolutamente err¨®neo ver en la labor que viene desplegando el Grupo de los Seis una operaci¨®n tercermundista o una nueva manifestaci¨®n de las corrientes pacifistas e izquierdistas. Lo sintom¨¢tico es que un grupo surgido de un modo casi accidental para fijar una posici¨®n antinuclear en un momento determinado haya tenido continuidad y est¨¦ recibiendo cada vez m¨¢s simpat¨ªas.No cabe duda que este a?o, despues de cat¨¢strofes como la del Challenger y la de Chernobil, la opini¨®n p¨²blica internacional se ha dado cuenta del peligro de accidentes incluso en instalaciones dotadas de la m¨¢s alta tecnolog¨ªa; ello acrece l¨®gicamente el temor al arma nuclear y el rechazo hacia una pretendida seguridad que depende de tecnolog¨ªas superespecializadas aplicadas a armamentos con un poder destructivo espeluznante. El Grupo de los Seis refleja, sin duda, esta evoluci¨®n profunda de la opini¨®n p¨²blica. Este a?o el canciller Helmut Kohl ha enviado una carta a Ixtapa asegurando que el Gobierno de la Rep¨²blica Federal de Alemania es partidario asimismo de la suspensi¨®n de las pruebas nucleares. El Gobierno Gonz¨¢lez, como en otras ocasiones, ha expresado asimismo su simpat¨ªa.
La declaraci¨®n de Ixtapa afirma que hoy la necesidad "m¨¢s apremiante y crucial" es la suspensi¨®n de las pruebas nucleares. Es adem¨¢s el punto en el que un acuerdo parece m¨¢s posible, puesto que la URSS ha adoptado ya una medida unilateral, que a¨²n no ha anulado. En esta cuesti¨®n, los seis han tomado una actitud mucho m¨¢s concreta y ofensiva en cuanto a las formas de presi¨®n para lograr el cese de los ensayos de armas nucleares.
La filosof¨ªa que est¨¢ en la base de esta nueva actitud se puede resumir en los t¨¦rminos siguientes: sin duda, la decisi¨®n de suspender las pruebas depende de las superpotencias; pero tal decisi¨®n exige, l¨®gicamente, que no se produzcan violaciones, y por tanto es decisivo un sistema de control y vigilancia que garantice la estricta aplicaci¨®n de la moratoria. Aqu¨ª es donde intervienen los no nucleares: el control es cosa de todos; a todos interesa que funcione, ya que ser¨ªa una forma de alejar el peligro nuclear. En ese orden, la reuni¨®n de Ixtapa ha elaborado y sometido a EE UU y URSS un plan concreto de vigilancia internacional de una moratoria o suspensi¨®n de las pruebas nucleares; ha propuesto que expertos de los seis Estados se re¨²nan con expertos norteamericanos y sovi¨¦ticos para estudiar las propuestas planteadas, que incluyen estaciones s¨ªsmicas internacionalizadas -para garantizar su objetividad- en las zonas donde se realizan dichas pruebas, vigilancia sobre las grandes explosiones qu¨ªmicas y otras formas de control dentro y fuera de los territorios de la URSS y EE UU. Es obvio que un plan que garantiza un control absolutamente objetivo de la suspensi¨®n de pruebas nucleares no obliga a las superpotencias a decidir esa suspensi¨®n, pero s¨ª dificulta el rechazo de esa demanda, que adem¨¢s tiene amplios apoyos. En EE UU ha sido respaldada por votos del Senado y el Congreso.
El cient¨ªfico norteamericano Jerome Wiesner, que fue consejero del presidente Kennedy, ha presentado a la reuni¨®n de Ixtapa un proyecto de centro internacional de control o vigilancia de armamentos. En realidad, incluso con sat¨¦lites privados, empieza a ser posible conocer, y por tanto publicar, actividades militares esenciales de las dos superpotencias. Los suecos acaban de demostrarlo al publicar fotograf¨ªas que indican una renovada aetividad sovi¨¦tica en Semipalatinsk. La prestigiosa periodista norteamericana Flora Lewis habla en el New York Times de la posibilidad de crear, incluso al margen de las superpotencias, un sistema global de alerta, con una oreja en la Tierra y un ojo en el cielo. La informaci¨®n se convierte en un factor cada vez m¨¢s importante en la lucha contra la demencia de la carrera nuclear. Las superpotencias tienen el monopolio de las armas de destrucci¨®n masiva, pero cada vez menos el de la informaci¨®n.
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