Una pieza clave de la transici¨®n democr¨¢tica
Juan Jos¨¦ Ros¨®n P¨¦rez naci¨® el 25 de septiembre de 1932 en Becerre¨¢ (Lugo) en el seno de una familia de doce hermanos. Estaba casado y era padre de cuatro hijos. Licenciado en Ciencias Pol¨ªticas y Econ¨®micas por la universidad de Maario en 1956, curs¨® estudios en la Academia de Intervenci¨®n del Ej¨¦rcito. Residente en el colegio mayor madrile?o Francisco Franco, fue all¨ª compa?ero de toda una camada de futuros pol¨ªticos que protagonizar¨ªan los primeros a?os de transici¨®n democr¨¢tica: Adolfo Su¨¢rez, Sancho Rof y Rodolfo Mart¨ªn Villa, entre otros.Inici¨® su carrera pol¨ªtica en 1962 con los cargos de secretario general del Sindicato Espa?ol Universitario (SEU) y consejero nacional de Educaci¨®n, que simultane¨® con la direcci¨®n del colegio mayor universitarlo Santa Mar¨ªa. Ocup¨® la secretar¨ªa general de Televisi¨®n Espa?ola de 1964 a 1970 y la presidencia del S¨ªndicato Nacional del Espect¨¢culo hasta enero de 1974, en que fue nombrado director general de Radiodifusi¨®n y Televisi¨®n tras la formaci¨®n del primer Gobierno de Carlos Arias Navarro.
El pol¨ªtico que nunca fue diputado en las Cortes democr¨¢ticas hab¨ªa sido, sin embargo, procurador por la Organizaci¨®n Sindical en la IX y X legislaturas de las Cortes franquistas.
En su gesti¨®n al frente del Gobierno Civil en Madrid, desde septiembre de 1976 hasta mayo de 1980, y como responsable del orden p¨²blico de la ciudad, tuvo que ocuparse de casos especialmente graves como los secuestros de Antonio Mar¨ªa de Oriol y Urquijo y del teniente general Einilio Villaescusa, llevada a cabo por los GRAPO; la matanza de abogados laboralistag en la calle de Atocha, en enero de 1977; el atentado ultra contra la cafeter¨ªa California 47 y la operaci¨®n Galaxia, am¨¦n de tener que ordenar la detenci¨®n de Santiago Carrillo, que andaba clandestinamente en Madrid disfrazado con una peluca, antes de que el PCE fuera legalizado.
Cuando el presidente del Gobierno Adolfo Su¨¢rez procedi¨® en mayo de 1980 a un reajuste de su gabinete, llam¨® a Ros¨®n para ocupar la cartera de Interior, en sustituci¨®n del teniente general Antonio Ib¨¢?ez Freire. El paso de Ros¨®n por el Ministerio del Interior fue elogiado por pr¨¢cticamente todos los partidos, en contraste con el deterioro general del Gobierno de UCD, del que formaba parte. Al final de su gesti¨®n en Interior, en el verano de 1982 y con Calvo Sotelo como presidente del Gobierno, se fraguaron los acuerdos que dieron lugar a la pol¨ªtica de reinserci¨®n social de iniembros de, la organizaci¨®n terrorista ETApm no incursos en delitos de sangre. En esta importante operaci¨®n pol¨ªtica, Ros¨®n tuvo como principal interlocutor al dirigente de Euskadiko Ezkerra Juan Mar¨ªa Bandr¨¦s.
El d¨ªa en que Ros¨®n dej¨® de ser ministro del Interior, tras perder estrepitosamente las elecciones la Uni¨®n de Centro Democr¨¢tico el 28 de octubre de 1982, tuvo la agradable sensaci¨®n de haberse quitado un peso de encima. Desde entonces se apart¨® de la pol¨ªtica y se dedic¨® a la presidencia de la empresa Sintel, relacionada con Telef¨®nica, y a participar en una empresa de asesor¨ªas que mont¨® con sus m¨¢s ¨ªntimos colaboradores.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.