Bergarm¨ªn y el olvido

Me alegr¨® la carta de Torrente Ballester, saber que en este pa¨ªs todav¨ªa hay alguien que se acuerda de los desterrados ilustres. Y digo desterrado no s¨®lo por el exilio forzoso de Bergam¨ªn durante la vida de Franco, sino tambi¨¦n por su exilio voluntario (quiz¨¢ no menos forzado) a la muerte de ¨¦ste. Y es aqu¨ª donde creo que debe buscarse la causa de su olvido en esta parte de la historia. Porque histor¨ªas hay muchas, todo depende de nuestra ¨®ptica temporal e ideol¨®gica.Jos¨¦ Bergam¨ªn no quiso morir en Espa?a ("y no quisiera morirme / aqu¨ª y ahora / para no darle a mis huesos / tierra espa?ola"). Esto tambi¨¦n se olvida siempre que se habla de ¨¦l. Un escritor que no cre¨ªa en generaciones, sino en estilos, quiso darle tambi¨¦n a su muerte un estilo propio ("la muerte es la gu¨ªa de nuestra vida", dec¨ªa Rilke) Hay una parte del mundo en la que Bergam¨ªn contin¨²a vivo en la memoria de los hombres. Y es all¨ª donde muri¨®. Sus ¨²ltimos af¨®rismos y art¨ªculos, que pueden encontrarse en el libro intitulado Cristal del tiempo, revelan el porqu¨¦, demasiado evidente, de su reducci¨®n a un elemento anecd¨®tico. Y es que se nos hace demasiado inc¨®moda su postura ante el r¨¦gi men descafeinado que vivimos. En todo hay intenci¨®n, y no menos en el olvido- Agust¨ªn Delgado.