La feria de los inv¨¢lidos

Muestra evidente del ca¨®tico momento del ganado fue, de nuevo, la corrida de ayer. A excepci¨®n del primer toro, que si estaba inv¨¢lido Ortega Cano no dej¨® verlo porque lo liquid¨® nada m¨¢s tomar la muleta, y el sexto, peligroso, que revel¨® de nuevo el valor de Joselito, el resto eran toros de m¨ªrame y no me toques. Ortega Cano, que no quiso ver al peligro primero, porfi¨® insistentemente ante el cuarto.Espartaco derramaba suavidades con la muleta sacrificando la ligaz¨®n en un toreo de mano alta y de respiraci¨®n contenida, pues al menor estomudo los toros doblaban sus patas. Una oreja de las que aqu¨ª obsequian a los visitantes fue para ¨¦l y otro souvenir para Joselito, al que le funciona la cabeza y a falta de toro ¨ªntegro ¨¦l desgrana molinetes y desplantes de rodillas que privan bastante en esta plaza.

Anfe el pregonao sexto, que tiraba cornadas, poni¨¦ndole los finos pitones en la pechera, le sac¨® pases de m¨¦rito en una faena que tuvo al p¨²blico en vilo. La feria, a la que llaman de los inv¨¢lidos, puede ser la peor, de los ¨²ltimos a?os.