Duarte, la guerrilla, y la extrema derecha buscan sacar provecho pol¨ªtico del terremoto
La casi totalidad de las fuerzas sociales implicadas en los conflictos de El Salvador -fundamentalmente el Gobierno, la guerrilla y los empresarios de derecha- intentan capitalizar y sacar partido pol¨ªtico de los terremotos que asolaron la capital del pa¨ªs. Despu¨¦s de la cat¨¢strofe, cada uno trata de llevar el agua a su molino. El presidente, el democristiano Jos¨¦ Napole¨®n Duarte, que estaba pol¨ªticamente acorralado y atravesaba una seria crisis, ve ahora en la superaci¨®n de la cat¨¢strofe la oportunidad de recuperar el favor popular.
Un ministro del Gabinete comentaba al enviado de este peri¨®dico que, si llega la ayuda extranjera, habr¨¢ oportunidad de lanzar un programa de vivienda popular para reconstruir la ciudad, lo que significar¨ªa puestos de trabajo y una posibilidad de mejorar la situaci¨®n de El Salvador y la deteriorada imagen de Duarte.Los empresarios privados, la mayor¨ªa pr¨®ximos a la extrema derecha, ven en la crisis la oportunidad de perfilarse como la fuerza seria y organizada del pa¨ªs, los ¨²nicos capaces de afrontar sin corrupci¨®n y con eficacia la organizaci¨®n de la ayuda.
Un miembro del Gobierno de Duarte calific¨® de "jugada maestra" la vinculaci¨®n de la c¨²pula empresarial en la Comisi¨®n Empresarial de Asistencia (Coeda) como una f¨®rmula para acallar las cr¨ªticas de este sector. El m¨¢s conocido l¨ªder de la ultraderecha salvadore?a, Roberto d'Abuisson, se dedicaba, en conversaciones con periodistas extranjeros, a denunciar que la ayuda del exterior no llega a su destino, y pon¨ªa como ejemplo la presunta desaparici¨®n de unos equipos espa?oles de generadores port¨¢tiles de energ¨ªa el¨¦ctrica.
Desviar la atenci¨®n
Para la Embajada de Estados Unidos, el terrernoto signific¨® la destrucci¨®n. Lo que no consigui¨® la guerrilla salvadore?a en siete a?os, lo lograron siete segundos de movimientos s¨ªsmicos: destruir el s¨ªmbolo de la presencia norteamericana en El Salvador. Desde otra, perspectiva, el terremoto ha servido a la Embajada de Estados Unidos para desviar la atenci¨®n del esc¨¢ndalo del derribo del avi¨®n de abastecimiento a la contra en Nicaragua y de las actividades de grupos de la CIA -o pr¨®ximos a la CIA- en El Salvador. Se atribuye al embajador de Estados Unidos esta frase: "Yo ped¨ªa a Dios que hiciera algo para acabar con lo del avi¨®n, pero esto fue demasiado". La frase podr¨ªa ser ap¨®crifa, pero no cabe duda de que el caso del avi¨®n derribado ha pasado por unos d¨ªas a segundo plano. El embajador se ha evitado as¨ª enojosas preguntas sobre sus contactos con el llamado Max G¨®mez -con quien almorz¨® incluso-, el hombre encargado de coordinar los vuelos de abastecimiento a la contra, que qued¨® al descubierto tras las declaraciones del norteamericano capturado en Nicaragua, Eugene Hasenfus.Al mismo tiempo trascendi¨® que el Gobierno norteamericano impidi¨® la salida de varios aviones con ayuda privada destinada a los damnificados del terremoto de El Salvador. Esta ayuda, que qued¨® retenida en aeropuertos de EE UU, no lleg¨® a su destino debido a que las organizaciones humanitarias que la enviaban hab¨ªan realizado otras operaciones similares en el pasado cuyo material el Gobierno de El Salvador y la Embajada norteamericana consideran que fue a parar a manos de la guerrilla.
Oficialmente, el Gobierno salvadore?o dice que no sabe el motivo de la retenci¨®n de los aviones en Estados Unidos. Sin embargo, un alto miembro del Gabinete confirm¨® a este peri¨®dico que el motivo de la retenci¨®n de la ayuda era la presunta conexiones y simpat¨ªa por la guerrilla de los remitentes.
La ayuda en el terremoto es un asunto de prestigio y propaganda, fundamentalmente. Un experto norteamericano explic¨® que los gastos de combustible del Galaxy C-5, un avi¨®n de carga norteamericano que est¨¢ considerado como el mayor del mundo, son superiores a toda la carga que transport¨¦.
A la hora de explotar pol¨ªticamente el terremoto, tambi¨¦n la guerrilla se une al grupo de aprovechadas. En su emisora clandestina Radio Venceremos no cesa de denunciar que la ayuda no llega al pueblo y que ser¨¢ robada. Al mismo tiempo, la emisora fustiga a la oligarqu¨ªa y al Gobierno: "Los ni?os del destruido hospital Bloom bien podr¨ªan recibir atenci¨®n m¨¦dica en una de esas gigantescas mansiones de los oligarcas que viven en Miami. Habitaciones hay. Lo que no hay es justicia".
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