Jack Matlock: "Reagan y Gorbachov a veces se cuentan chistes"
"En Reikiavik, ninguna de las partes intent¨® hacer caer a la otra en una trampa"
Jack F. Matlock, de 57 a?os, experto en temas sovi¨¦ticos, es ayudante especial del presidente Ronald Reagan para Asuntos de Seguridad Nacional. En las cumbres de Ginebra y de Reikiavik fue ¨¦l quien tom¨® las notas, por parte norteamericana, en los encuentros a solas de Reagan y Mijail Gorbachov, en los que s¨®lo estaban presentes los int¨¦rpretes, Matlock y un hom¨®logo sovi¨¦tico. Matlock estuvo el pasado jueves en Madrid para informar a altos, cargos de la Administraci¨®n espa?ola sobre lo ocurrido en Reikiaik.
Para Matlock, la "decepci¨®n" de que ambas partes hicieron gala en la noche del 12 de octubre en Reikiavik dio paso al optimismo, pues "s¨®lo despu¨¦s empezamos a pensar, no sobre lo que no hab¨ªamos logrado, sino sobre lo que hab¨ªamos conseguido, a saber, notables progresos". El asesor presidencial asegura que "en ning¨²n modo" les sorprendi¨® la manera como actu¨® Gorbachov, y no cree que "ninguna, de las partes intent¨® hacer caer a la otra en una trampa". "Ninguna de las ideas discutidas en Reikiavik era totalmente nueva o sacada de la manga", a?ade Matlock, y menciona las intensas negociaciones que precedieron a la cumbre."Todas nuestras propuestas est¨¢n sobre la mesa", dice Matlock. Explica que hubo un acuerdo para reducir en un 50% las armas estrat¨¦gicas en cinco a?os. Estados Unidos propuso otro plazo suplementario de cinco a?os, durante el cual se respetar¨ªa el tratado ABM (sobre limitaci¨®n de sistemas antimisiles bal¨ªsticos) y se suprimir¨ªan todos los misiles bal¨ªsticos, ofensivos que quedaran, conservando, para la disuasi¨®n, una. fuerza de bombarderos y misiles de crucero. Gorbachov propuso que en esa segunda fase se suprimieran todas las armas estrat¨¦gicas. "EE UU no puede aceptar esto, pues dejar¨ªa a la URSS con misiles de corto alcance en Europa, y a nosotros con nada", dice Matlock.
Reagan y Gorbachov "tienen una buena relaci¨®n de trabajo, de respeto mutuo; son capaces de hablar de una manera, muy franca y directa", se?ala Matlock. ?Hablan de otra cosa aparte de armamentos y conflictos regionales, hablan de c¨®mo son sus pa¨ªses? "No discuten mucho de asuntos internos, aunque a veces se refieren a sus deseos de hacer algunas cosas en sus pa¨ªses. A veces se cuentan chistes. No todo es tremendamente serio. Ambos tienen sentido del humor. Son conversaciones relajadas, aunque serias".
En Ginebra, el a?o pasado, Reagan y Gorbachov hablaron largo y tendido" sobre la Iniciativa de Defensa Estrat¨¦gica (SDI) y sobre los programas de defensa estrat¨¦gica. "El presidente expres¨® su deseo de investigar si se pueden desarrollar sistemas de defensa", cuenta Matlock. A Reagan "le pareci¨® bien" que la URSS estuviera haciendo lo mismo. Pero Gorbachov replic¨® que "si una parte tiene una gran cantidad de misiles bal¨ªsticos y despliega una defensa, podr¨ªa contemplar el atacar al otro pa¨ªs y luego defenderse de una represalia". Reagan, asegura Matlock, "se lo tom¨® en serio, pidi¨® a sus asesores que examinaran este razonamiento, y por eso desarroll¨® su propuesta de que todos los misiles bal¨ªsticos fueran eliminados por ambas partes antes de desplegar las defensas estrat¨¦gicas".
Pregunta. ?Existe realmente una separaci¨®n conceptual entre ambos pa¨ªses sobre la SDI?
Respuesta. No hay duda. Pero las posiciones han cambiado lo suficiente durante el ¨²ltimo a?o para damos la esperanza de que estos problemas se resolver¨¢n. Hace un a?o la URSS no quer¨ªa negociar sobre nada mientras no se prohibieran lo que llama armas espaciales de ataque. Ahora discutimos del per¨ªodo en que ambas partes acuerden no desplegar estas defensas.
Gorbachov "acept¨® el concepto de que ambas partes acordasen no retirarse del tratado ABM durante 10 a?os, aunque quiso hacerlo m¨¢s restrictivo, limitando la investigaci¨®n al laboratorio. Nosotros propusimos espec¨ªficamente que al final de los 10 a?os cualquier parte pudiera desplegar defensas estrat¨¦gicas de no intervenir un acuerdo en sentido contrario. La propuesta sovi¨¦tica no conten¨ªa este punto, y, sin embargo, no dec¨ªa que no se pudieran desplegar deferisas. Para este asesor de Reagan, Gorbachov "se opone a la investigacion americana" sobre la SDI "y le gustar¨ªa seguir con la suya". Matlock no est¨¢ seguro de que Gorbachov "se oponga tanto como ¨¦l dice al principio de la SDI". Pero Matlock piensa que "si la URS S se empe?a en querer llegar a acuerdos sobre todo a la vez, ser¨¢ imposible llegar a algo".
Espejismo econ¨®mico
P. ?Necesita la econom¨ªa sovi¨¦t¨ªca acuerdos con EE UU sobre control de armamentos?R. S¨ª. Pienso que al querer introducir cambios en la gesti¨®n de la econom¨ªa sovi¨¦tica aumenta el inter¨¦s de Gorbachov por tratar de reducir la tensi¨®n frente al exterior. Pero ser¨ªa un espejismo pensar que la econom¨ªa sovi¨¦tica est¨¢ en tan mal estado que tienen que llegar a cualquier acuerdo sobre armamentos.
P. Cuando hablan con los sov¨¦ticos, ?discuten de doctrina estrat¨¦gica?
R. No hay consultas formales. Mi punto de vista personal es que la URSS nunca acept¨® plenamente la doctrina de la destruccion Mutua Asegurada (MAD). No es s¨®lo una cuesli¨®n te¨®rica, sino pr¨¢ctica. En la ¨¦poca en que EE UU desmantel¨® virtualmente todas sus defensas, la URSS las desarroll¨®, y en los ¨²ltimos 10 a?os ha gastado tanto en defensa como en ofensa.
Reikiavik ha supuesto "un impulso considerable" en las relaciones de las superpotencias, dice Matlock. ?A pesar de las expulsiones de diplom¨¢ticos? "En lo que a nosotros se refiere", afirma Matlock, "es una cuesti¨®n que no tiene por qu¨¦ tener impacto en las negociaciones de control de armamentos".
P. ?Es, entonces, el control de armamentos un terreno auton¨®mo?
R. No totalmente. Pero para nosotros no hay vinculaci¨®n formal a otros campos.
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