Esc¨¢ndalo en el Reino Unido
Una vez m¨¢s, el lastimoso ritual de un esc¨¢ndalo sexual hace su aparici¨®n en la vida pol¨ªtica brit¨¢nica. Jeffrey Archer que dimiti¨® recientemente de su cargo de vicepresidente del Partido Conservador, aparece en su jard¨ªn, junto a su fiel esposa, haciendo penitencia ante las c¨¢maras. La primera ministra acogi¨® la noticia de su marcha "con tristeza". La v¨ªctima se lamenta con amargura por su falta de juicio, que le hizo "caer en una trampa grosera" y ofrecer dinero a-una prostituta a la que no conoc¨ªa ( ... )( ... ) El peri¨®dico News of de World ( ... ) -como habr¨ªa hecho cualquier diario que hubiera tenido la fortuna de dar con una primicia de tal envergadura- lanza un serm¨®n asegurando que el problema no est¨¢ en el pecado original en s¨ª mismo, si es que hubo pecado, sino en la terrible ofensa de tratar de esconderlo. Pero ?qu¨¦ se supone que tienen que hacer nuestros mancillados h¨¦roes pol¨ªticos? ?Podr¨ªan admitir su pecadillo p¨²blicamente como en una sesi¨®n de autocr¨ªtica comunista? Nada de eso, podemos estar seguros, podr¨ªa salvarlos de la ca¨ªda en desgracia. Es el pecado en s¨ª mismo el que hace la historia. Como otros pol¨ªticos conservadores, tanto de la C¨¢mara de los Lores como de la de los Comunes, que se han encontrado en situaci¨®n similar en recientes a?os, podr¨ªa asegurar que una vez que se lanza la primera piedra la avalancha es imparable. Si aterrados intentan con mentiras salvar su maltrecha reputaci¨®n, uno no puede sino simpatizar con ellos. ( ... )
?Por qu¨¦ tenemos que condenar [en el Reino Unido] una conducta que en otros pa¨ªses no escandaliza a nadie?(...)
28 de octubre
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