De cine

La calidad, empaste y viveza de la Orquesta Sinf¨®nica de Madrid, ejemplo de orquesta autogestionada, han servido para mostrar la producci¨®n de m¨²sica cinematogr¨¢fica de dos compositores que abarcan, cronol¨®gicamente, toda la historia del cine musical en Espa?a: Joaqu¨ªn Turina y Ant¨®n Garc¨ªa Abril.Si en el concierto que inaugur¨® el Encuentro se puso de manifiesto que para Maurice Jaubert la m¨²sica tiene un papel inseparable del filme, en el concierto de clausura se pudo comprobar que Turina ten¨ªa una concepci¨®n muy diferente: la m¨²sica debe tener su propio protagonismo, atrapando para s¨ª la atenci¨®n del espectador.

En 1941, cuando Turina inicia su colaboraci¨®n con el cine, realizando la m¨²sica para los cortometrajes Campamentos, encargo del Frente de Juventudes, hab¨ªa compuesto ya todas sus grandes obras.

Cuando al iniciarse la, segunda parte del concierto Garc¨ªa Abril tom¨® la batuta para presentar una selecci¨®n de sus propios temas musicales cinematogr¨¢ficos, se inici¨® un proceso de acercamiento entre p¨²blico y compositor. La m¨²sica de pel¨ªculas y series tan populares como Segunda ense?anza o Gary Cooper que est¨¢s en los cielos sirvi¨® para seducir a un p¨²blico poco habitual de los conciertos, que reconoc¨ªa en la m¨²sica que estaba escuchando los temas e im¨¢genes a los que esta m¨²sica iba destinada.