Los radicales iran¨ªes recuperan posiciones tras la "nueva humillaci¨®n" a EE UU
EE UU parece haberse equivocado, una vez m¨¢s, en sus c¨¢lculos sobre Ir¨¢n. Las revelaciones sobre la existencia de contactos entre el gran Sat¨¢n y un grupo dirigente iran¨ª supuestamente moderado han dado fuerzas a los radicales, a quien se pretend¨ªa debilitar. El discurso de Jomeini hace una semana y la liberaci¨®n de Mehdi Hachemi confirman que a¨²n no ha llegado el termidor de la revoluci¨®n isl¨¢mica.
Numerosos comandantes de los guardias revolucionarios han acudido a Teher¨¢n en las ¨²ltimas tres semanas. Llegaban indignados desde todo el pa¨ªs a: informarse del alcance de la traici¨®n, es decir, de los contactos entre EE UU y algunos l¨ªderes iran¨ªes. En la mezquita de Yamar¨¢n, al norte de la capital, el ayatola Ruhollah, Jomeini, de 86 a?os, se refiri¨®. el pasado jueves a la agitaci¨®n de los pasdaranes."La reacci¨®n popular que reh¨²sa establecer relaciones con EE UU es la m¨¢s, grande victoria revolucionaria", dijo. Desde que el asunto se hizo p¨²blico, era la primera vez que el ayatola alud¨ªa expresamente a la posibilidad de una reconciliaci¨®n entre el pa¨ªs, que desde 1979 gu¨ªa espiritualmente y EE UU. Jomeini se felicit¨® de que todo el ajetreo hubiera terminado con una "nueva humillaci¨®n" para Washington.
La sucesi¨®n del octogenario dirigente hab¨ªa abierto el episodio. Seg¨²n las confesiones de la Casa Blanca, EE UU hab¨ªa pretendido tender puentes con una supuesta facci¨®n moderada del r¨¦gimen iran¨ª, encabezada por el hojatoleslam Rafsanjani, de 52 a?os, presidente del Parlamento. Rafsanjani hab¨ªa conseguido presentar ante Washington una imagen de "hombre inteligente, no fan¨¢tico, partidario de abrir las puertas a Occidente y de un compromiso en la guerra con Irak", como le describe Time.
Para ganarse las simpat¨ªas de ese moderado y, con m¨¢s certeza, a cambio de la liberaci¨®n de algunos rehenes norteamericanos en manos de grupos libaneses proiran¨ªes, EE UU hab¨ªa entregado por tortuosos caminos municiones y repuestos al Ej¨¦rcito iran¨ª.
Pero cuando Jomeini habl¨® el otro d¨ªa en la mezquita de Yamar¨¢n ya se sab¨ªa que se hab¨ªa desmoronado uno de los argumentos que daban cierto cr¨¦dito a la operaci¨®n norteamericana. Mehdi Hachemi hab¨ªa sido liberado bajo fianza, como prueba de que los d¨ªas de los radicales no estaban contados. La detenci¨®n de Hachemi a finales del pasado octubre se consider¨® un indicio seguro de que en Teher¨¢n soplaban vientos del Oeste.
"Exportar la revoluci¨®n"
Hachemi tiene muchos amigos en el seno del movimiento hezbolahi, liban¨¦s, la corriente integrista y proiran¨ª entre el cerca de un mill¨®n de shi¨ªes que viven en el pa¨ªs levantino. Se los ha ganado como jefe de la oficina iran¨ª de ayuda a los movimientos isl¨¢micos de liberaci¨®n del mundo. Es un firme partidario de "exportar" la revoluci¨®n, "hasta la reconquista de Jerusal¨¦n", esto es, un radical, seg¨²n Washington.
Sus amigos libaneses han interpretado la libertad de Hachemi como un golpe a la oferta de Reagan a su imaginaria facci¨®n moderada. La relativa rehabilitaci¨®n del radical es muy significativa. Los cargos en su contra eran serios: "Asesinatos antes y despu¨¦s de la revoluci¨®n, secuestros, posesi¨®n ilegal de armas y falsificaci¨®n de documentos". A Hachemi se le implica en el secuestro durante 24 horas del encargado de negocios sirio en Teher¨¢n, oscuro episodio sucedido a comienzos de octubre.
El ayatola Montazeri, de 64 a?os, ha sido otro de los nombres iran¨ªes abundantemente mencionados por la Prensa mundial en las ¨²ltimas semanas. Hace un a?o Montazeri fue propuesto por Jomeini como su sucesor, en tanto que gu¨ªa de la revoluci¨®n. La asamblea de expertos le acept¨®. Montazeri es, seg¨²n los esquemas de Washington, la cabeza de la corriente radical. EE UU, afirman sus correligionarios libaneses, nunca olvidar¨¢ que ¨¦l areng¨® a las masas, apoyado en un kalashnikov, aquel d¨ªa de noviembre de 1979 en que un grupo de estudiantes ocup¨® su Embajada en Teher¨¢n.
Poco despu¨¦s del arresto de Hachemi, Montazeri fue a ver a Jomeini. Intent¨® interceder por el detenido. Jomeini, se dice en Beirut, le recomend¨® calma y le pidi¨® que no entrara en las querellas internas del r¨¦gimen. So hay que hacer creer que existen entre nosotros facciones m¨¢s o menos radicales", advirti¨® el pasado jueves Jomeini en su discurso. Tirios y troyanos deb¨ªan darse por amonestados con esta expresi¨®n, que probablemente contiene una gran verdad. Un diplom¨¢tico europeo que ha pasado los ¨²ltimos a?os en Teher¨¢n cree que los an¨¢lisis norteamericanos son "demasiado esquem¨¢ticos". "La existencia de luchas dentro del r¨¦gimen", dice, "es real, pero est¨¢ por demostrar que opongan a moderados y radicales".
Ir¨¢n es una vieja naci¨®n que nunca ha llegado a madurar. Cualquier observador occidental honesto debe admitir que lo que all¨ª ocurre es para ¨¦l confuso, impenetrable y angustioso. Lo que se cuece dentro de la floreada cer¨¢mica verdeazul de los edificios sagrados es un misterio oriental, en particular porque el shi¨ªsmo considera que en determinadas circunstancias el disimulo es un mandamiento religioso. Es lo que en farsi se llama ketnian, y en ¨¢rabe, taqiya, el arte de ocultar las m¨¢s ¨ªntimas convicciones.
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