La pirater¨ªa sindical o el imperio de la forma
A partir de ese momento, esos sindicatos adquieren personalidad jur¨ªdica y pueden empezar no a actuar, porque no tienen implantaci¨®n ni realidad ninguna, pero s¨ª a aparecer en la Prensa y a ocupar sitio en las listas, como si, en vez de ser pura fantasmagor¨ªa, fueran verdaderas organizaciones de trabajadores.Pero este es s¨®lo un aspecto de la mistificaci¨®n que llega al colmo cuando, discriminatoriamente, estos productos de cualquier aventurero falsificador que sea un poco ¨¢guila en cuestiones administrativas se presentan no como un puro nombre individual y de oficio o ramo, sino en nombre de una confederaci¨®n preexistente y legalizada. Y decimos discriminatoriamente porque, mientras en los CEMAC no se admite esta pr¨¢ctica arbitraria e interesada con relaci¨®n a las uniones de UGT o de CC OO, s¨ª, escandalosamente, la admiten y la admitieron desde el principio con relaci¨®n a la Confederaci¨®n Nacional del Trabajo (CNT). Esta fue la v¨ªa legal que ofreci¨® al escisionismo en la CNT la ley de Mart¨ªn Villa, que ya en 1977 declar¨® tener mucho m¨¢s miedo al movimiento libertarlo que a ETA. As¨ª empez¨® la mistificaci¨®n y la trampa que permiti¨® doblar un sindicato libertario, en cuyo doblaje s¨®lo ser¨ªa cuesti¨®n de tiempo el irlo diluyendo gradualmente hasta convertirlo en un puro sindicato reformista o abiertamente amarillo.
El esc¨¢ndalo de esta proliferaci¨®n fantasmag¨®rica de sindicatos inexistentes (donde con frecuencia legalizaban las mismas firmas sindicatos diferentes y en diferentes localidades) lleg¨® a tal extremo que alg¨²n miembro honesto de la administraci¨®n del CEMAC tuvo necesidad de comunicar la trampa y el esc¨¢ndalo a su Administraci¨®n auton¨®mica, recibiendo casi siempre la misma respuesta: "Mientras la cuesti¨®n se atenga al respeto formal de las tres firmas, adm¨ªtelo todo". En cambio, cuando hubo alguna justa protesta de fondo por alguna irregularidad (por ejemplo, la desaparici¨®n temporal de la legalizaci¨®n de alg¨²n sindicato, para promover la legalizaci¨®n de alg¨²n otro sindicato o federaci¨®n hom¨®mina), la respuesta es siempre la misma: "Esto no se puede volver atr¨¢s. Vayan ustedes a los tribunales". Por otro lado, estos tribunales, en diversas sentencias que se han producido, han mostrado casi sistem¨¢ticamente una proclividad a mantenerse en el terreno de la forma y a no querer entrar en el fondo de la cuesti¨®n.
Sindicatos fantasmas
Pero no acaba aqu¨ª la sarta de irregularidades, esc¨¢ndalos y arbitrariedades en este terreno. El esc¨¢ndalo m¨¢ximo se produce no ya cuando se crean sindicatos fantasmas, sino cuando se desposee por las buenas a un sindicato legalizado de su personalidad jur¨ªdica. Para ello basta con que, con papel timbrado igual o semejante y con sello de la CNT, se presente un acta firmada por tres individuos que nunca pertenecieron al sindicato, diciendo que en una asamblea equis y por mayor¨ªa se decidi¨® cambiar los estatutos (cambio de domicilio), la modificaci¨®n del sello y la constituci¨®n de una nueva junta sindical. ?Y las oficinas del CEMAC admiten todo esto sin mayor indagaci¨®n!
De forma que, un buen d¨ªa, un sindicato va a esas oficinas a solicitar cualquier certificado o a presentar cualquier moci¨®n o denuncia y se encuentra con esta respuesta del funcionario: "No, si vosotros ya no sois el sindicato; el sindicato tiene ahora tal domicilio y tal junta". O sea, que es como si uno va un d¨ªa a su propia casa y se la encuentra con la cerradura cambiada, los enseres dentro y hasta posiblemente a su propia mujer secuestrada en el interior. Uno protesta de la situaci¨®n, y en el CEMAC se le responde invariablemente: "Vaya usted a los tribunales". Esto es lo que ocurri¨® el a?o pasado con el sindicato de la construcci¨®n de Granada y lo que, seg¨²n nos comunican, acaba de ocurrir con todos los sindicatos de la CNT de la provincia de C¨¢diz: usurpaci¨®n de siglas, usurpaci¨®n de personalidad, usurpaci¨®n de todo. Esto ha sido siempre propio de todos los falsificadores de la historia, pero con el agravante ahora de que, en lugar de encontrar obst¨¢culos a la falsificaci¨®n, se benefician de lugares y pr¨¢cticas celestinescas que pueden convertir en normales actos de pirater¨ªa sindical sistem¨¢tica.
He aqu¨ª una situaci¨®n de Insuficiencia y cobijo de arbitrariedades de la legislaci¨®n sindical vigente, que debe cambiar inmediatamente si no se quiere que todo el panorama sindical quede dominado por el m¨¢s c¨ªnico y estafador aventurerismo.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.