El Congreso niega la inmunidad a North y Poindexter

El teniente coronel Oliver North, principal implicado en el Irangate, se resiste a las presiones de su jefe, Ronald Reagan, para que declare todo lo que sabe. Este "h¨¦roe nacional" como le llam¨® Reagan, dej¨® claro ayer que, por el momento al menos, no tiene intenci¨®n de contarlo todo. "No creo que el presidente quiera que abandone mis derechos constitucionales, no me lo ha pedido",dijo. El Comit¨¦ de Informaci¨®n del Senado, que concluy¨® ayer su investigaci¨®n, se neg¨® el mi¨¦rcoles a conceder la inmunidad pedida por Reagan para North y el ex consejero de Seguridad Nacional John Poindexter.

Los m¨¦dicos operaron ayer du rante cinco horas a William Ca sey, director de la Agencia Central de Inteligencia (CIA) y un de las piezas claves del esc¨¢ndalo iran¨ª, para extraerle un tumor canceroso de la parte interior izquierda del cerebro. Los ex¨¢menes patol¨®gicos preliminares indicaron que se trata de un linfonia. Casey, de 73 a?os, fue hospitalizado el pasado lu nes en el hospital universitario de Georgetown, en Washing ton, tras sufrir dos derrames ce rebrales y despu¨¦s de declarar durante m¨¢s de ocho horas, la semana anterior, ante el Congreso.Los doctores del Georgetown Hospital dijeron anoch que Casey podr¨¢ volver a su ocupaciones habituales y que permanecer¨¢ hospitalizado al menos hasta la semana pr¨®xi ma.

El hemisferio cerebral izquierdo controla la parte derecha del cuerpo. Habr¨¢ que es perar, sin embargo, a las pruebas definitivas para decidir el tratamiento posterior. La larga intervenci¨®n se realiz¨® sin complicaciones y el director de la CIA descansaba anoche, "en condici¨®n estable", en una unidad de cuidados intensivos.

El presidente del Comit¨¦ de Informaci¨®n del Senado, el republicano Dave Durenberger, que anoche dio por concluida su investigaci¨®n, cuyos resultados pasar¨¢n ahora al nuevo Congreso y a los comit¨¦s especiales que se han coristituido, afirm¨® que la declaraci¨®n de Casey sigue siendo muy importante para esclarecer el esc¨¢ndalo. "La responsabilidad m¨¢xima de lo ocurrido reside en el presidente de Estados Unidos.

Otros comit¨¦s tratar¨¢n ahora de descubrir cu¨¢ndo el presidente deleg¨® su autoridad, c¨®mo y a qui¨¦n", explic¨® Durenberger. Y a?adi¨®: "No hemos podido probar que North, cuyo papel es crucial, actu¨® s¨®lo, pero yo as¨ª lo creo". "Seguimos sin saber", dijo, "cu¨¢nto dinero fue desviado y a qu¨¦ [grupos] contras".

La ¨²ltima maniobra del presidente al solicitar al Congreso inmunidad para que North y Poindexter declaren sin miedo a que su testimonio pueda servir para su eventual procesamiento ha fracasado. Reagan tendr¨¢ que volver a solicitarla a los comit¨¦s especiales de investigaci¨®n,que iniciar¨¢n su labor a mediados de enero pr¨®ximo.

El oficial de marines North, al que la Casa Blanca parece querer convertir en cabeza de turco ¨²nico del esc¨¢ndalo, acude todos los d¨ªas a trabajar al Pent¨¢gono. "Me siento abandonado por mis amigos y mis colegas, o los que se dicen tales", dijo a los periodistas. North, del que la Casa Blanca ha confirmado que lleg¨® a proponer la idea de secuestrar a familiares de miembros del Gobierno iran¨ª y meterlos enjaulas en Europa para cambiarlos por rehenes norteamericanos, a?adi¨® que ahora s¨®lo conf¨ªa, por este orden, en la ayuda de Dios, de su familia y de su abogado.

Edwin Meese, investigado

El Bur¨® Federal de Investigaci¨®n (FBI) est¨¢ investigando al propio ministro de Justicia, Edwin Meese, que en octubre pasado orden¨®, inexplicablemente, al FBI que detuviera unas pesquisas, en Miami (Florida), destinadas a probar supuestas acciones ?legalidades en el env¨ªo de armas a la contra. Estados Unidos pidi¨® ayer al Gobierno suizo el bloqueo de nueve cuentas m¨¢s, y le dio losnombres de tres nuevas compa?¨ªas que sospecha que han podido ser utilizadas para desviar fondos a la contra.

El Ministerio de Justicia aleg¨® que la investigaci¨®n del FBI podr¨ªa poner en peligro las negociaciones secretas para liberar a los rehenes norteamericanos en L¨ªbano. Esta actuaci¨®n suscita la duda de que la Administraci¨®n, el propio fiscal general, pod¨ªa saber, bastante antes de lo que afirma, que exist¨ªa una vinculaci¨®n entre los tratos con Ir¨¢n y la ayuda a los rebeldes antisandinistas.

La orden de Meese, seg¨²n algunas fuentes, se produjo despu¨¦s de recibir una llamada de North, quien al parecer tam bi¨¦n llam¨® al FBI al d¨ªa siguien te de que fuera derribado el avi¨®n de Hasenfus para que no se investigaran los suministros a la contra. Si se probara que el ministro de Justicia trataba de ocultar el desv¨ªo de fondos a la contra procedentes de la conexi¨®n iran¨ª, podr¨ªa ser acusado de obstrucci¨®n a la justicia. Hasenfus se ha ofrecido a declarar ante el Congreso, pero ning¨²n comit¨¦ se ha interesado, por ahora, por su testimonio.

El Comit¨¦ de Informaci¨®n del Senado, que el mi¨¦rcoles trat¨® de averiguar, en el interrogatorio al secretario de Defensa, Caspar Weinberger, por qu¨¦ el Pent¨¢gono vendi¨® tan baratas las armas a la CIA, lo que permiti¨® a ¨¦sta generar unos beneficios en la venta posterior a Ir¨¢n y desviarlos a la contra, tom¨® de nuevo ayer declaraci¨®n a Donald Regan y a Robert McFarlane. Se trata de dilucidar una contradicci¨®n entre estos personajes. McFarlane, ex consejero de Seguridad Nacional, asegura que el presidente autoriz¨® verbalmente, en agosto de 1985, el env¨ªo de armas a Ir¨¢n v¨ªa Israel. Por el contrario, Regan, jefe del gabinete presidencial, ha declarado bajo juramento que el presidente aprob¨® al suministro s¨®lo despu¨¦s de que ¨¦ste se realizara, en octubre.