Menudo consejo

LA ELECCI?N el pasado jueves por el Parlamento del nuevo Consejo de Administraci¨®n de Radiotelevisi¨®n Espa?ola se ha traducido en un acto suplementario de prepotencia del partido socialista y en un deterioro m¨¢s del ya desprestigiado ente. La renovaci¨®n del consejo dif¨ªcilmente acepta ese t¨ªtulo: seis de sus vocales -cinco del PSOE y uno de AP- contin¨²an conservando sus despachos. El partido socialista ha explotado su preeminencia en en ambas c¨¢maras de las Cortes para situar en el consejo de administraci¨®n a sus ocho candidatos, que sobre la docena total le permite gozar la mayor¨ªa de los dos tercios, necesaria en el arbitrio de las cuestiones m¨¢s relevantes. Por ¨²ltimo, entre esos ocho representantes socialistas desaparecen los anteriores consejeros cr¨ªticos a la gesti¨®n de Jos¨¦ Mar¨ªa Calvi?o y son sustituidos por tres antiguos colaboradores del mismo, destituidos de sus cargos por Pilar Mir¨® en los d¨ªas siguientes al nombramiento de ¨¦sta como responsable de RTVE. Todo un desaf¨ªo, inexplicado y lamentable, a la nueva directora general desde las filas del propio Gobierno y el partido de la mayor¨ªa.La designaci¨®n de Pilar Mir¨® para dirigir la radio y televisi¨®n p¨²blicas ha creado con sobradas razones expectativas de mayor independencia y de atenci¨®n al car¨¢cter p¨²blico del Ente, expectativas que el Grupo Parlamentario Socialista, y quien le ordene, ha sabido destruir aceleradamente. No es s¨®lo que Pilar Mir¨® lo vaya a tener m¨¢s dificil -en perjuicio de todos los televidentes y de la sociedad espa?ola en general-; los hechos demuestran que en los medios de comunicaci¨®n del Estado se sigue empleando un implacable tratamiento partidista, a cuya tentaci¨®n no s¨®lo sucumbi¨® y sucumbe el PSOE, sino que ahora se recrea abiertamente en ella.

Contemplado el comportamiento de los socialistas en este asunto, la retirada del hemiciclo de los diputados correspondientes a la Minor¨ªa Catalana, Partido Dem¨®crata Popular, Izquierda Unida y los vascos era casi una cuesti¨®n de dignidad. Aunque todav¨ªa es pronto para hacer diagn¨®sticos, es claro que el nuevo Consejo de RTVE nace bajo el signo de la renuncia a cumplir su papel de ¨®rgano plural desde el que se represente y preserve los distintos intereses sociales. Su existencia, seg¨²n las actuales circunstancias, s¨®lo se justifica como un juguete pol¨ªtico, pieza de tr¨¢fico para el grupo que en cada caso ostenta el poder y para sus particulares componendas.

La relaci¨®n de vocales que componen hoy el consejo muestra que, salvo excepciones, no son los m¨¦ritos profesionales lo que se tiene en cuenta para proponer a alguien como consejero de RTVE, sino las fidelidades pol¨ªticas y el mercado de influencias. Esto es particularmente verdad en el caso de las designaciones socialistas. Y mal puede velar este organismo por el respeto en RTVE de los principios de imparcialidad y pluralismo si su composici¨®n es de hecho monol¨ªtica y partidista.