Pugna judicial por la tutela de un beb¨¦ gestado por una 'madre de alquiler'
El primer juicio que se celebra en Estados Unidos para decidir a qui¨¦n corresponde la tutela de un beb¨¦ tra¨ªdo al mundo por una madre de alquiler comenz¨® el pasado lunes en Hackensack, Estado de Nueva Jersey. Las primeras intervenciones de los abogados y el emocionado testimonio del padre dieron el tono de un litigio desti nado a tener una repercusi¨®n sensiblemente mayor a la decisi¨®n final sobre qu¨¦ hogar acoger¨¢ rinalmente a la ni?a, nacida el 27 de marzo ¨²ltimo y conocida con el sobrenombre de Beb¨¦ M.
La sentencia de este juicio, en opini¨®n de los especialistas, podr¨ªa modificar sustancialmente el r¨¢pido crecimiento que registra el n¨²mero de madres de alquiler en Estados Unidos, donde m¨¢s de 500 mujeres han aceptado engendrar ni?os para otras parejas a lo largo de los ¨²ltimos 10 a?os.El caso ha tenido una publicidad excepcional por las especiales circunstancias, a veces" rocambolescas, que lo han rodeado, como la huida de la madre biol¨®gica con su beb¨¦ al Estado de Florida, donde fueron localizados por un detective privado, a sueldo de la pareja que hab¨ªa contratado la gestaci¨®n del ni?o.
"Hay cosas que el dinero no puede comprar", afirm¨® en la sesi¨®n de apertura del juicio el abogado de Mary Beth Whitehead, la madre de alquiler, que quiere quedarse con su hijo tras haber aceptado ser inseminada artificialmente con esperma de William Stern y recibir 10.000 d¨®lares (1.300.000 pesetas, aproximadamente) contra la entrega del hijo inmediatamente despu¨¦s de su alumbramiento.
William Stern, un bioqu¨ªmico de 40 a?os, revel¨® al tribunal el motivo que le empuj¨® a recurrir a una madre de alquiler. "Mi mujer sufr¨ªa una enfermedad del, sistema nervioso, una esclerosis m¨²ltiple, y un embarazo podr¨ªa parafizarla e incluso acabar con su vida", confes¨® con voz temblorosa y el rostro enrojecido.
Por,su parte, el abogado de Whitehead afirm¨® que su clienta hab¨ªa decidido engendrar el beb¨¦ por encargo de Stern despu¨¦s de haber vivido la experiencia- de su hermana que no puede tener hijos
Hermanastros
Mary Beth Whitehead y su esposo, Richard, barrendero, ten¨ªan dos hijos: una ni?a y un ni?o. Durante el embarazo, los Stern invitaron vanas veces a los Whitehead a su casa para que las familias se conocieran, ya que los hijos de los Whitehead ser¨ªan hermanastros de su hijo.Pocos d¨ªas despu¨¦s del parto, Mary Beth entreg¨® el beb¨¦ a los Stern. Todos estaban muy emocionados. Al poco tiempo, sin embargo, la madre biol¨®gica no pudo soportar la ausencia de su hijo y se present¨® en casa de los Stern para pedirles que le, devolvieran su criatura. Tras hacerse con su hija, Mary Beth escap¨® a Florida, donde fue localizada por un detective privado contratado por los Stem y obligada por un juez a entregarles provisionalmente el beb¨¦.
Hasta el momento se han producido cinco casos de madres de alquiler que han querido conservar a sus hijos, lo que supone un 1% de conflictos, seg¨²n Alan Grosman, que ha sido uno de los inventores de este sistema. En los casos anteriores se lleg¨® a acuerdos al margen de los tribunales. En el caso "Whitehead contra Stern", el juez Harwey Sorkon deber¨¢ decidir si es v¨¢lido el contrato suscrito entre ambas partes. En Estados Unidos no existe legislaci¨®n espec¨ªfica sobre madres de alquiler, pero varios Estados han iniciado ya la redacci¨®n de proyectos de ley.
Algunos juristas creen que este tipo de contratos de alquiler de ¨²teros, o alquiler de madres, es ?legal porque equivale a una "venta de ni?os". Para otros, la madre tiene derecho a recibir una compensaci¨®n econ¨®mica por los inconvenientes que supone un embarazo. El juez Sorkon deber¨¢, pues, decidir qui¨¦n tiene derecho a quedarse con el ni?o: si Sara Elisabeth Whitehead o Melissa Elisabeth Stern.
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