Rebajas en la reforma china
LA DIMISI?N del secretario general del Partido Comunista Chino, despu¨¦s de dos semanas de tensiones y rumores, es el cambio m¨¢s importante que se produce en la direcci¨®n China desde 1981, cuando fue eliminado el sucesor de Mao, Hua Guofeng. Aunque el poder m¨¢ximo ha estado desde entonces en manos de Deng Xiaoping, Hu era el n¨²mero uno del partido y la figura clave para garantizar la continuidad de la pol¨ªtica de reformas. Bajo su influencia se han formado muchos de los cuadros que est¨¢n llamados a desempe?ar un papel dirigente en los pr¨®ximos a?os. Su dimisi¨®n no puede interpretarse solamente en funci¨®n de las manifestaciones estudiantiles del pasado mes de diciembre. ?stas pusieron de relieve la impaciencia, sobre todo en medios estudiantiles e intelectuales, ante la lentitud de la reforma pol¨ªtica, anunciada ya en 1980 por el propio Deng Xiaoping.Ante los acontecimientos, algunas diferencias, no simplemente de matiz, aparecieron en las reacciones de diversos organismos estatales y del partido. Pero los problemas de fondo que han causado la dimisi¨®n de Hu vienen de m¨¢s lejos. Su ra¨ªz se encuentra en la confrontaci¨®n entre los partidarios de un cambio y los sectores que quieren, por el contrario, estabilizar la situaci¨®n, reducir el ¨¢mbito de la reforma econ¨®mica y aplazar la reforma pol¨ªtica.
Estas dos tendencias no han surgido por casualidad: a diferencia de la reforma en la agricultura, cuyo ¨¦xito nadie pone en duda, la reforma industrial ha dado lugar a serias dificultades econ¨®micas a partir de 1985. Los conservadores han utilizado esas dificultades objetivas para propugnar su paralizaci¨®n. Los aperturistas, en cambio, creen que la reforma pol¨ªtica ayudar¨¢ a superar las dificultades. Seg¨²n su tesis, un marco pol¨ªtico m¨¢s flexible y participativo permitir¨ªa evitar las interferencias administrativas centralistas, causa en no escasa medida de la inoperancia de la reforma econ¨®mica en las ciudades.
En el Comit¨¦ Central de septiembre de 1986 triunf¨® la l¨ªnea aperturista, apoyada entonces por Deng y Hu. All¨ª se decidi¨® proseguir la transformaci¨®n econ¨®mica, dando un espacio al mercado, y poner en marcha una reforma pol¨ªtica, si bien enunciada vagamante. El congreso convocado para octubre de este a?o deb¨ªa aprobar un texto precisando el contenido de esta reforma y promover un equipo de cuadros m¨¢s j¨®venes, formados sobre todo en la secretar¨ªa general del partido, en torno a Hu Yaobang. Despu¨¦s del Comit¨¦ Central de septiembre, la discusi¨®n entre las dos opciones sigui¨® desarroll¨¢ndose. Y se reflej¨® incluso en la Prensa, en sus t¨¦rminos te¨®ricos, en un clima de mayor apertura del debate ideol¨®gico.
Ahora, el ambiente que rodea la dimisi¨®n de Hu Yaobang es muy distinto. La Prensa vuelve al tono de etapas lejanas, pone el acento en la disciplina y en la obligaci¨®n de no discrepar de la pol¨ªtica oficial, ataca reiteradamente al "liberalismo burgu¨¦s". Por otro lado, algunos intelectuales y dirigentes han sido desplazados, e incluso expulsados del partido, por desviaciones "burguesas".
La realidad es que nadie ha defendido en China, y menos en las esferas dirigentes, una democracia pluralista del tipo occidental. Lo que se ha, pedido es m¨¢s libertad para expresar y confrontar ideas, m¨¢s participaci¨®n de los ciudadanos, y sobre todo una superaci¨®n real de la cerraz¨®n dogm¨¢tica a la que tantos viejos cuadros siguen apegados.
A pesar de la escasez de noticias, la explicaci¨®n l¨®gica de la dimisi¨®n de Hu Yaobang es que Deng ha preferido aliarse en esta etapa, con vistas al congreso de octubre, con los elementos conservadores para impedir una reforma con m¨¢s vuelos. Probablemente, a trav¨¦s de su propia experiencia, ha de pensar que la moderaci¨®n es el mejor camino, o el ¨²nico, de salvar los pasos reformistas, sin duda serios, ya realizados en el terreno econ¨®mico. La actitud de los cuadros militares puede haber sido adem¨¢s un factor importante en esta decisi¨®n.
Por otro lado, Deng cuenta no s¨®lo con el apoyo de los sectores tradicionales, sino tambi¨¦n con cuadros j¨®venes, de mentalidad tecnocr¨¢tica, sensibles al argumento de que el desarrollo econ¨®mico puede funcionar -como ocurre en Corea del Sur o Taiwan- en un marco pol¨ªtico autoritario. En espera de un conocimiento m¨¢s preciso, parece evidente que la dimisi¨®n de Hu tendr¨¢ un coste pol¨ªtico, conocido el importante papel que ha desempe?ado en las relaciones exteriores. Su viaje a Europa occidental en junio de 1986 tuvo como objetivo esencial dar garant¨ªas a la opini¨®n internacional de que las reformas del anciano Deng Xiaoping ten¨ªan una continuidad asegurada. Su marginaci¨®n ahora no puede dejar de suscitar preocupaci¨®n. Y resta credibilidad a la famosa tesis de Deng: "Dos sistemas, un pa¨ªs", tan decisiva para la pol¨ªtica de reintegraci¨®n de Hong Kong y Taiwan.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
?Tienes una suscripci¨®n de empresa? Accede aqu¨ª para contratar m¨¢s cuentas.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.