Rinus Michels ya no es 'm¨ªster M¨¢rmol'
El t¨¦cnico quiere devolver a Holanda el esplendor de anta?o
Rinus Michels ya no es aquel t¨¦cnico duro y antip¨¢tico que mereci¨® el apelativo de m¨ªster M¨¢rmol. El paso del tiempo ha suavizado su forma de ser. Est¨¢ a punto de cumplir los 59 a?os y hace apenas 11 meses recibi¨® un serio aviso. Su coraz¨®n se mostr¨® un d¨ªa perezoso por culpa de un estrechamiento de la arteria coronaria. Un h¨¢bil cirujano solucion¨® este problema y el f¨²tbol mundial no perdi¨® a uno de sus t¨¦cnicos m¨¢s prestigiosos. Michels sigue sent¨¢ndose en el banquillo. "Me gusta el f¨²tbol y, adem¨¢s, los m¨¦dicos no me lo han prohibido". Pero dosifica sus emociones. Su ¨²nico objetivo es devolver a Holanda aquel esplendor de 1974, el a?o de la llamada naranja mec¨¢nica, que impresion¨® en el Mundial de la RFA.
Michels se pase¨® ayer por uno de los escenarios donde consigui¨® mayores ¨¦xitos, el Camp Nou. Mientras miraba con nostalgia a las gradas, daba instrucciones a sus pupilos -sobre c¨®mo deb¨ªan saludar al p¨²blico ma?ana, mi¨¦rcoles. "Son todos muy j¨®venes, pero van madurando", afirma ben¨¦volamente con su peculiar castellano, en el que siempre utiliza la palabra "vale". Responde con un ejemplo a la pregunta sobre las diferencias de aquella selecci¨®n holandesa de 1974 y la de hoy: "Mira, es como si compar¨¢ramos un Rolls Royce con un Renault. En primer lugar, no est¨¢ Johan Cruyff, que era ¨²nico. Tampoco Neeskens ni Jansen. Era otra ¨¦poca. Holanda ten¨ªa un equipo complet¨ªsimo, coordinado en todas sus l¨ªneas y con una gran calidad individual. Ahora es diferente. Todo ha cambiado".
Sin riesgo
A Michels parece no agradarle el f¨²tbol actual, pero es consciente de que hay que adaptarse a ¨¦l para triunfar. "El p¨²blico quiere resultados, adem¨¢s de espect¨¢culo y el f¨²tbol mundial ha derivado hacia planteamientos m¨¢s defensivos porque todos se juegan mucho y nadie quiere arriesgarse". El pasado s¨¢bado vio un ejemplo claro. Su Bar?a, el equipo con el que conquist¨® una Liga, en la temporada 1973-1974, resolvi¨® el partido frente al Athl¨¦tic de Bilbao de una forma c¨®moda, pero sin brillantez: "Hizo un f¨²tbol t¨ªpicamente brit¨¢nico, que es muy pragm¨¢tico y directo, muy diferente al que se practicaba en Espa?a cuando yo entrenaba aqu¨ª. Pero van primeros en la Liga y eso es lo que importa, ?no?".
Pero ¨¦l se resiste a aceptar esos planteamientos. Quiere hacer lo m¨¢s dificil con la selecci¨®n holandesa: "Lograr el equilibrio necesario entre el f¨²tbol defensivo y el ofensivo, sin renunciar a hacer algo atractivo sobre el terreno de juego". Sabe que su trabajo no es f¨¢cil: "En mi pa¨ªs se perdi¨® toda una generaci¨®n de futbolistas por creer, equivocadamente, que las figuras eran eternas. Mis jugadores no tienen experiencia internacional porque sus clubes siempre son eliminados prematuramente de las competiciones europeas, pero estamos en buen camino".
Ma?ana, en el Camp Nou, tendr¨¢ que improvisar: "Me faltan jugadores de la categor¨ªa de Van Basten y no encuentro extremo izquierdo". Muy diferente a cuando estaba en el Barcelona, cuando dispon¨ªa de lo mejorcito del mercado nacional e internacional y pod¨ªa permitirse el lujo de prescindir de todo un Sotil para dar entrada a su compatriota Neeskens: "Aquello ya es historia y, como siempre ocurre en la vida, s¨®lo quieres recordar los momentos buenos, que fueron muchos. De mis dos etapas en el Barcelona lo que m¨¢s tengo grabado en mi mente es el comportamiento del p¨²blico barcelonista".
Michels recibir¨¢ ma?ana escasos aplausos de ese p¨²blico, que se resiste a presenciar los partidos de la selecci¨®n. Se le acoger¨¢ con la misma frialdad que en Estados Unidos, adonde fue en busca de d¨®lares, o con la misma indiferencia que en Colonia, otro de los clubes que entren¨®, despu¨¦s de pasar por el Barga y el Ajax, equipo que le catapult¨® a la fama.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.