Shultz acusa a los libaneses de pasividad ante el terrorismo
El secretario de Estado norteamericano, George Shultz, ha sugerido que la poblaci¨®n de Beirut ser¨ªa responsable de las posibles consecuencias de un ataque militar, en el caso de que los extremistas isl¨¢micos cumplan su amenaza de matar a los tres rehenes norteamericanos que tienen en su poder. Pero en Washington no se registraron ayer movimientos que hicieran pensar en una acci¨®n de represalia inminente contra L¨ªbano. El Pent¨¢gono orden¨® a cinco barcos de la VI Flota entrar en el puerto israel¨ª de Haifa, donde ya se encuentran ocho buques, incluido el portaviones Kennedy, disminuyendo la alerta de la flotilla.
"La gente de Beirut tiene que reconocer que lo que est¨¢n haciendo est¨¢ arruin¨¢ndoles. Tienen una plaga all¨ª y se est¨¢n aislando del mundo, y el mundo debe aislarlos. Tienen que tomar el control de esta situaci¨®n", declar¨® Shultz a la cadena de televisi¨®n ABC, que quiso saber si puede haber una represalia militar, a¨²n en el caso de que acarree la p¨¦rdida de vidas inocentes.El secretario de Estado ha dicho p¨²blicamente que, en ciertos casos, el fin de luchar contra el terrorismo puede justificar la muerte de civiles en una respuesta. "La poblaci¨®n de Beirut no est¨¢ ejerciendo la responsabilidad debida hacia su comunidad", afirm¨® Shultz. La Casa Blanca precis¨® ayer que las palabras del secretario de Estado no deben entenderse como un aviso a la poblaci¨®n de L¨ªbano.
El embajador de la Liga ?rabe en la ONU calific¨® estas declaraciones de "provocadoras y fr¨ªvolas". Estados Unidos se encuentra m¨¢s aislado que nunca ante la decisi¨®n de utilizar su poder¨ªo militar, que s¨®lo contar¨ªa con el apoyo diplom¨¢tico y b¨¦lico de Israel. Los pa¨ªses europeos, que tambi¨¦n tienen rehenes en L¨ªbano, han advertido a Washington que no inicie ninguna acci¨®n armada. Ni siquiera Margaret Thatcher, que hace un a?o apoyaba los bombardeos contra Libia, esta vez se pone al lado de Reagan. La desconfianza europea sobre la capacidad de esta Administraci¨®n, sobre todo tras el esc¨¢ndalo del Irangate, es reconocida aqu¨ª como un factor muy negativo cara a cualquier acci¨®n dr¨¢stica en el exterior.
"No comentaremos sobre futuras acciones", afirm¨® ayer la Casa Blanca, que inform¨® de que Washington no ha pedido a Israel que negocie con los terroristas la liberaci¨®n de 400 prisioneros ¨¢rabes, como exige la Jihad Isl¨¢mica para la Liberaci¨®n de Palestina. El portavoz presidencial insisti¨® en que no habr¨¢ pago de rescate por los rehenes ni petici¨®n a terceros pa¨ªses de que lo hagan. Pero el esc¨¢ndalo iran¨ª ha acabado con la credibilidad de estas declaraciones. El ultim¨¢tum expiraba a las cinco de la tarde hora de Washington (medianoche en L¨ªbano).
Weinberger, con Reagan
El secretario de Defensa, Caspar Weinberger, que se reuni¨® ayer con Ronald Reagan en la Casa Blanca, ha dicho que el Pent¨¢gono puede enviar m¨¢s barcos al Mediterr¨¢neo. "Si la situaci¨®n se hace m¨¢s cr¨ªtica, y nadie puede negar que lo que est¨¢ ocurriendo en L¨ªbano, en Siria, en Ir¨¢n y en Irak no es cr¨ªtico, la presencia [militar norteamericana] puede aumentar. Lo mejor es planear algo eficaz, hacerlo y no dar ninguna pista antes", explic¨® Weinberber a la BBC.Los 120 aviones embarcados en los portaviones Kennedy y Nimitz tienen planes secretos para atacar decenas de objetivos en L¨ªbano, si el presidente decide finalmente ir adelante. Pero la dificultad de identificar a los secuestradores, la seguridad de que un ataque ser¨ªa la sentencia de muerte de todos los rehenes (hay 26 extranjeros secuestrados en L¨ªbano, nueve de ellos norteamericanos), y la certeza de que la pol¨ªtica occidental en el mundo ¨¢rabe pagar¨ªa un precio muy alto, hacen ser muy cautos a los pol¨ªticos y a los militares en Washington.
La Casa Blanca insisti¨® tambi¨¦n ayer en que Terry Waite, negociador de la Iglesia de Inglaterra desaparecido hace m¨¢s de dos semanas en Beirut, no consult¨® con la Administraci¨®n de Reagan ni antes, ni durante su misi¨®n en L¨ªbano. El portavoz presidencial, Marlin FitzWater, desminti¨® que Waite llevara un transmisor colocado por EE UU para que sus movimientos pudieran ser seguidos por los servicios de espionaje.
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