La Casa de Aleixandre ha sido desalojada de muebles y libros y va a ser vendida por los herederos

La casa de Vicente Aleixandre en Velintonia, 3, foco de cultura extraoficial durante el franquismo, ha sido desalojada de muebles y libros, y, seg¨²n los herederos, va a ser vendida probablemente. El fallecimiento de Concha, hermana de Aleixandre y ¨²nica habitante de la casa, hizo que el domicidio del premio Nobel de Literatura en 1977 quedase vac¨ªo. Seg¨²n uno de los familiares, la biblioteca ha pasado al acad¨¦mico y escritor Carlos Bouso?o. Los muebles y recuerdos personales han sido repartidos entre los herederos: tres primos paternos y otra parte, que se divide en dos, de la familia materna. Ning¨²n organismo ha mostrado inter¨¦s por conservar la casa, mientras que han recibido ya varias ofertas de compra de particulares.

Concha, hermana de Vicente Aleixandre, falleci¨® el 7 de octubre del a?o pasado a los 87 a?os de edad, sin que la noticia haya trascendido el c¨ªrculo familiar. Los herederos, al no tener descendencia ni el poeta ni su hermana, son tres primos por parte de padre -Agust¨ªn, Conchita y Marita-, y por v¨ªa materna otra parte, de paren tesco similar, que, al parecer, se divide en dos.Desde octubre, Velintonia, 3 -como siempre la sido conocida la casa, aunque el nombre actual de la calle es Vicente Aleixandre- esta vac¨ªa. La familia, afirma Agust¨ªn Aleixandre, se reparti¨® los muebles y objetos del artista, mientra que la biblioteca y los manus critos han pasado a Carlos Bouso?o. Esta cesi¨®n se ha realizado siguiendo un deseo verbal del poeta. Bouso?o declar¨® ayer que ten¨ªa la biblioteca de Aleixandre separada de la suya, que no era demasiado interesante porque la mayor parte de los libros se perdieron el guerra y que apenas la hab¨ªa ojeado.

La probable venta de la casa se llevar¨¢ a cabo cuando est¨¦ terminada la testamentar¨ªa y la declaraci¨®n de herederos y sepan el importe del impuesto general sobre, las sucesiones al que tienen que hacer frente. Seg¨²n fuentes jur¨ªdicas consultadas por este peri¨®dico, al tratarse de un parentesco de cuarto grado el impuesto puede rebasar los dos tercios de la cantidad que hereden."A ning¨²n miembro de la familia le interesa en principio la casa, y los derechos que hay que pagar ser¨¢n muy altos, por lo que probablemente la vendamos", declar¨® a EL PA?S Agust¨ªn Aleixandre. Dijo que hab¨ªa recibido ya varias ofertas de particulares para comprar el inmueble-, aunque no las cuantific¨®, y confirm¨® que ning¨²n organismo oficial se hab¨ªa puesto en contacto con ellos para conservar la casa o transformarla en un centro de estudios sobre el autor de La destrucci¨®n o el amor.

La familia Aleixandre, origi naria de Andaluc¨ªa, se traslad¨® a Velintonia tras la muerte de la madre, en 1934. All¨ª recibieron a amigos como Federico Garc¨ªa Lorca, que sol¨ªa interp¨ªetar piezas al piano, y, Miguel Hern¨¢ndez, a quien Aleixandre defend¨ª¨® durante toda su vida. Al estallar la guerra civil, el domicilio de los Aleixandre es desalojado, ya que a pocos metros est¨¢ el frente. Seg¨²n record¨® Aleixandre a Antonio Colinas, su hermana y ¨¦l volvieron a Ve.lintonia con sus enseres en un carro despu¨¦s de la contienda. De la casa s¨®lo quedaban las cuatro paredes. Por tejado ten¨ªa el cielo, y las ventanas y puertas no eran m¨¢s que enormes boquetes.

Pero lo que interesaba a Aleixandre era la biblioteca. Asombrosamente, los libros no hab¨ªan sido ni derribados ni quemados ni robados, sino que hab¨ªan sido sometidos a una cocienzuda operaci¨®n. Alguien hab¨ªa arrancado todas y cada una de las hojas de todos y cada uno de los libros, de tal forma que sobre el suelo del sal¨®n hab¨ªa quedado otro suelo de papel. "Despu¨¦s de tantos a?os", dijo -a Colinas, "todav¨ªa no me lo explico". Se salvaron algunos ejemplares pisoteados de la revista Litoral y un ejemplar dedicado de Llanto por la muerte de Ignacio S¨¢nchez Mej¨ªas, de Lorca, ilustrada por el pintor Jos¨¦ Caballero. Bouso?o dijo ayer que no hab¨ªa encontrado este libro a pesar de haberlo buscado particularmente.

La casa amarilla

La casa amarilla de Velintonia recibi¨® con las puertas abiertas a todos los poetas y narradores que quisieron acercarse. Nuevas generaciones de literatos pasaban por all¨ª sin otro requesito que una llamada previa. De Velintonia salieron manifiestos firmados por los intelectuales que viv¨ªan lo que se ha dado en llamar el exilio interior, y multitud de ayudas a escritores encarcelados o perseguidos.

Vicente Molina Foix, uno de los j¨®venes poetas que m¨¢s frecuent¨® la casa, ha recordado el ambiente acogedor y el amor por los rituales de Aleixandre. Conversador incansable, siempre dispuesto a ayudar a los escritores que comenzaban su carrera, Aleixandre recib¨ªa de doce de la ma?ana a dos de la tarde, y a los m¨¢s ¨ªntimos a partir de las 4.30, generalmente echado en su famoso div¨¢n. Un div¨¢n del que se ha llegada a afirmar que desde ¨¦l se manejaban los hilos de la poes¨ªa espa?ola.

Con la llegada de la democracia, la concesi¨®n del Nobel y su precario estado de salud, Aleixandre se cerr¨® m¨¢s en s¨ª mismo. Ya los escritores ten¨ªan donde dialogar. Empez¨® a recibir visitas de gratitud. Por ejemplo, los sucesivos ministros de Cultura, todos ellos retratados abrazando al poeta.