El Consejo de Seguridad Nacional, una segunda CIA
F. G. B. Ronald Reagan ha permitido, por omisi¨®n, que el Consejo de Seguridad Nacional (NSC) se convierta en una segunda CIA que ejecuta acciones encubiertas con la ventaja de no tener que dar cuentas al Congreso. Esta distorsi¨®n del NSC, creado por Harry Truman en 1947 como organismo asesor, ha acabado provocando la crisis del Irangate, al permitir a una serie de funcionarios de escasa talla intelectual, pero muy ideologizados, actuar por libre fuera de los canales ordinarios del Gobierno y por encima de las leyes.
"La funci¨®n del NSC debe ser aconsejar al presidente sobre la integraci¨®n de las pol¨ªticas interna, exterior y militar relativas a la seguridad nacional, permitiendo a las fuerzas armadas y al resto de los departamentos gubernamentales cooperar m¨¢s efectivamente en asuntos de seguridad nacional". ?sta es la definici¨®n de su papel que ofrece la ley que establece el Consejo de Seguridad Nacional.
La llegada al puesto de consejero de Seguridad Nacional de Nixon del poderoso Henry Kissinger comenz¨® a cambiar las cosas. Se convirti¨® en un supersecretario de Estado, con los que comenz¨® a tener problemas, y actuaba como definidor de la pol¨ªtica exterior norteamericana. Zbigniew Brzezinski, con Jimmy Carter, continu¨® esta l¨ªnea.
Miembros natos
El presidente, el vicepresidente y los secretarios de Estado y de Defensa son los miembros natos del NSC. Pero en esta Administraci¨®n tambi¨¦n se sientan en sus reuniones el director de la CIA, el presidente de la Junta de Jefes de Estado Mayor, el secretario del Tesoro y el ministro de Justicia.
En el NSC se discuten las propuestas sobre armamento nuclear que se llevan a las cumbres con la URSS o la Iniciativa de Defensa Estrat¨¦gica. En su d¨ªa se debati¨® la retirada de Vietnam, el rescate de los rehenes de Ir¨¢n o la invasi¨®n de Granada.
Los que han fallado en el Irangate han sido las personas, no el sistema. El Consejo de Seguridad Nacional es responsable de informar al presidente diariamente de la situaci¨®n internacional. Asegura que todas las opciones razonables, con sus an¨¢lisis de ventajas y riesgos, lleguen a Reagan para que ¨¦ste pueda tomar una decisi¨®n. Tambi¨¦n controla la ejecuci¨®n de la pol¨ªtica de seguridad nacional.
Reagan, que ha tenido cinco consejeros de Seguridad Nacional en seis a?os, lleg¨® al poder con la idea de reforzar el papel del Gabinete y convertir a sus secretarios de Estado y Defensa en sus principales consejeros de Segur¨ªdad Nacional. Posteriormente, sobre todo con McFarlane y Poindexter, el consejero de Seguridad cobr¨® m¨¢s importancia, y se reprodujeron los problemas con los ministros de Exteriores y Defensa.
El NSC ha desbordado sus l¨ªmites legales al ejercer un activismo incontrolado. Lo primero que ha hecho el nuevo consejero de Seguridad Nacional, Frank Carlucci, es prohibir al consejo realizar operaciones encubiertas.
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