Gorbachov impulsa el cambio a golpe de ley
'Perestroika', 'glasnost' y 'uskorenie', instrumentos claves en el proceso de reformas
El m¨¢ximo dirigente sovi¨¦tico, Mijail Gorbachov, dos a?os despu¨¦s de haber llegado al poder, el 11 de marzo de 1985, puede atribuirse el m¨¦rito de haber cortado el bostezo a la URSS y a sus observadores. Este ruso astuto del norte del C¨¢ucaso, que conoce y saca partido del valor de la imagen, ha llevado al Kremlin un nuevo estilo m¨¢s din¨¢mico y ha puesto en marcha, como un aprendiz de brujo, un conjunto de cambios cuyo alcance -junto con la pericia del maestro- est¨¢ a¨²n por determinar, en una pr¨¢ctica que, dadas las dimensiones y h¨¢bitos del pa¨ªs, se tomar¨¢ su tiempo.Sorpresas fuera de pron¨®stico y viejos proyectos abortados en el pasado componen la lista de iniciativas registradas estos dos a?os al calor de palabras m¨¢gicas, como perestroika (reconstrucci¨®n o reestructuraci¨®n), glasnost (transparencia informativa) y uskorenie (aceleraci¨®n). En pol¨ªtica, un intento de involucrar a la poblaci¨®n en las decisiones a nivel local prev¨¦ elecciones con varios candidatos en los niveles m¨¢s bajos de la gesti¨®n. En econom¨ªa, los factores de mercado comienzan a ser rehabilitados, y la aparici¨®n de empresas privadas de servicios se encuentra ya plasmada en una ley.
El cient¨ªfico y premio Nobel de la Paz Andrei Sajarov, s¨ªmbolo de toda una oposici¨®n, ha regresado a Mosc¨², y m¨¢s de 100 presos pol¨ªticos han sido liberados. Una nueva legislaci¨®n, cuyas bases empiezan a perfilarse, pretende dar garant¨ªas a los ciudadanos de que sus derechos no van a ser pisoteados.
En historia, el proceso de desestalinizaci¨®n se ha desempolvado en parte, y se complementa ahora con el de desbreznevizaci¨®n. En cultura, el espectro de lo posible se ha enriquecido con obras censuradas en el pasado, aunque todav¨ªa no se puede hablar de la publicaci¨®n de Solyenitsin ni de los escritores emigrados que est¨¢n todav¨ªa vivos en Occidente. En Prensa y medios de comunicaci¨®n se han roto muchos tab¨²es. El nivel de cr¨ªtica se ha elevado.
El pasado est¨¢ presente
El cambio preconizado desde el Kremlin no puede interpretarse, sin embargo, como un fen¨®meno que impregne de manera uniforme a toda la URSS. El pasado que Gorbachov quisiera eliminar est¨¢ todav¨ªa presente en los talleres, donde se trabaja con maquinaria anticuada, a veces de antes de la revoluci¨®n; en las oficinas, donde se dormita pac¨ªficamente; en los estantes vac¨ªos de muchos supermercados; en las colas para comprar vino o carne; en las comisar¨ªas, donde los detenidos en prisi¨®n preventiva pueden esperar durante a?os.
El tiempo transcurrido desde que Gorbachov subi¨® al poder muestra el alcance de las dificultades y la amplia resistencia que la pol¨ªtica del l¨ªder suscita en los diferentes escalones de la sociedad sovi¨¦tica, incluido,el hombre de la calle.
Hoy parece casi imposible pensar que el domingo 24 de febrero de 1985 un Constantin Chernenko moribundo aparec¨ªa en la televisi¨®n depositando su voto en las elecciones al Soviet Supremo. Ante ¨¦l, el entonces miembro del Politbur¨® y responsable del partido en Mosc¨², Viktor Grishin, hoy jubilado, sonre¨ªa grotescamente al enfermo, mientras le animaba a hacer un ¨²ltimo esfuerzo. Los corresponsales extranjeros, sin embargo, hab¨ªan sido invitados a presenciar en directo c¨®mo votaba el entonces benjam¨ªn del Politbur¨®, Mijail Gorbachov, en un colegio electoral del centro de Mosc¨². Pocos d¨ªas m¨¢s tarde, el 10 de marzo, fallec¨ªa Chernenko, y la noticia de su muerte quedaba desbancada por el r¨¢pido nombramientode su sucesor. Mijail Shatrov, un dramaturgo perteneciente al grupo de intelectuales en alza en la actualidad, revelaba hace poco que hab¨ªa habido un intento de nombrar a Grishin como m¨¢ximo dirigente de la URSS.
Casi dos a?os despu¨¦s de la muerte de Chernenko, un conjunto de maniqu¨ªes occidentales presentaba la colecci¨®n primavera-verano de la revista germana occidental Burda, precisamente en la sala donde se vel¨® el cad¨¢ver de Chernenko. Hoy, la kremlinolog¨ªa ha dejado de ser la interpretaci¨®n de las listas de asistentes a entierros y desfiles y se ha complicado mucho m¨¢s. Con su lenguaje popular y colorista, Gorbachov ha viajado desde Vladivostok a las rep¨²blicas b¨¢lticas, pasando por el Kazajist¨¢n, la siberiana Tiumen o las regiones del norte del C¨¢ucaso. La televisi¨®n le ha mostrado durante horas hablando en la calle con los ciudadanos. Su esposa, Raisa, que se limitaba hasta, hace poco a aparecer en p¨²blico, ha comenzado a hablar ella misma tambi¨¦n ante las c¨¢maras, ya sea para agradecer al magnate norteamericano Armand Hammer la donaci¨®n de un cuadro o para se?alar la importancia de las empresas mixtas con Occidente ante la empresaria alemana occidental Aenne Burda. Detr¨¢s de las relaciones p¨²blicas que suponen estos detalles, el ciudadano no sabe casi nada de cu¨¢les son los pactos y alianzas en la cumbre del poder, de c¨®mo se desarrollan los debates en el pleno del Comit¨¦ Central o se toman las decisiones en el Politbur¨®.
Los acontecimientos de los dos ¨²ltimos a?os no han tenido un ritmo constante. Un amplio per¨ªodo ha sido dedicado a la consolidaci¨®n de la base de poder de Gorbachov (un proces¨® que a¨²n contin¨²a) y la eliminaci¨®n de los adversarios pol¨ªticos, comenzando por Grigori Romanov, retirado de la vida p¨²blica en junio de 1985. Medios comunistas hablan de 800 miembros del partido purgados en estos dos a?os. De hecho, la limpieza del partido era uno de los puntos de un discurso pronunciado por Gorbachov en diciembre de 1984. Un p¨¢rrafo donde Gorbachov defend¨ªa la purga de las filas del partido y la eliminaci¨®n de los elementos degenerados fue emitido entonces. Con todo, la lectura del discurso revela hoy que Gorbachov ten¨ªa una idea muy clara de c¨®mo "entrar en el tercer milenio como corresponde a una gran potencia floreciente". Y para ello consideraba imprescindible "una econom¨ªa intensiva y altamente desarrollada" que garantice el fortalecimiento de las posiciones del pa¨ªs en la arena internacional".
Un programa de reforma legal publicado a finales de 1986 prev¨¦ la promulgaci¨®n de 38 leyes o disposiciones legales entre 1986 y 1990. El programa, que choca con gran oposici¨®n y est¨¢ llev¨¢ndose a cabo con retraso, abarca desde una ley de Prensa a una ley sobre seguridad (prevista para 1990) que afecta al Ministerio de Justicia, al de Defensa, al Comit¨¦ de Seguridad del Estado (KGB) y a la fiscal¨ªa. Hay tambi¨¦n un nuevo c¨®digo de aduanas, una ley de archivos y otra sobre elecciones de consejos locales.
En la pr¨¢ctica, tres leyes importantes han sido adoptadas en estos dos a?os. Se trata del decreto contra el alcoholismo, las medidas contra los ingresos no procedentes del trabajo y la ley sobre las actividades laborales individuales. Arkadi Vaksberg, un prestigioso periodista que escribe sobre cuestiones jur¨ªdicas en Literaturnaia Gazeta, cree que s¨®lo la ley contra el alcoholismo pese a ser la m¨¢s impopular, ha dado resultados tangibles.
Econom¨ªa paralela
Las medidas contra los ingresos no procedentes del trabajo, que reprimen la econom¨ªa paralela surgida al calor de la incapacidad estatal para satisfacer a la pobla ci¨®n con bienes y servicios, es seg¨²n Vaksberg, "un carro puesto delante del caballo". El caballo es la ley de actividades laborales individuales, que entra en vigor el pr¨®ximo mayo. Mientras centenares de emprendedores ciudadanos se aprestan a legalizar su taxi privado o su taller de reparaci¨®n de coches en r¨¦gimen de cooperativa, se desconoce a¨²n cu¨¢l va a ser el sistema de impuestos que pesar¨¢ sobre el nuevo grupo de intereses. La uranilovka, o tendencia a la nivelaci¨®n de ingresos para evitar conflictos sociales, es objeto de ser¨ªas condenas desde el poder, pero el enriquecimiento de quienes se decantan por el sector privado sigue siendo considerado como un peligro en la URSS.
Desde la revista te¨®rica del partido, Komunist, el observador pol¨ªtico Otto Lazis advert¨ªa recientemente que entre las "consecuencias negativas" de la actividad laboral individual est¨¢n la "diferenciaci¨®n arbitraria de los ingresos" y la "psicolog¨ªa invididualista y peque?o burguesa".
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.