Tormenta pol¨ªtica en Estocolmo por la supuesta venta de armas a pa¨ªses en guerra
La presunci¨®n de que la empresa sueca Bofors, del grupo Nobel, ha hecho contrabando de material de guerra durante los ¨²ltimos a?os hacia zonas en las que existen conflictos b¨¦licos, entre ellos Ir¨¢n, ha desatado una tormenta pol¨ªtica en ¨¦l pa¨ªs n¨®rdico, con m¨²ltiples ramificaciones, que algunos califican como un Irangare en tono menor. Hay fuertes sospechas de que entre los suministros ilegales se cuentan los complejos Robot 70, guiados por l¨¢ser hacia el objetivo, un arma en la que Suecia no tiene pr¨¢cticamente competidores. Y hay acusaciones de que sucesivos Gobiernos, incluido el actual, socialdem¨®crata, han hecho la vista gorda.
La actitud de los gobernantes de Suecia, que se explica por los beneficios que las supuestas violaciones de la ley han podido reportar a la econom¨ªa del pa¨ªs, ha hecho subir de tono el debate pol¨ªtico, que ha adquirido adem¨¢s una dimensi¨®n internacional, al incluir como figura clave al presidente de la Asociaci¨®n de Marinos Daneses, Preben Moller Hansen. ?ste declar¨® que posee pruebas sobre el contrabando de armas desde Suecia a pa¨ªses en guerra, pero que el sindicato ha decidido no hacerlas p¨²blicas por ahora con objeto de preservar la seguridad de los marinos daneses que actualmente prestan servicio en las zonas de conflicto.Las afirmaciones del marino reavivaron la pol¨¦mica en Suecia, y el primer ministro, el socialdem¨®crata Ingvar Carlsson, reaccion¨® con aspereza y des, minti¨® categ¨®ricamente que su Gabinete, e incluso los Gobiernos burgueses posteriores a 1976, hubieran tenido conocimiento de tales exportaciones ilegales.
Carlsson desafi¨® al sindicato a que "pusiera los papeles sobre la mesa", es decir, en manos de la polic¨ªa sueca, que actualmente realiza, conjuntamente con la justicia, una investigaci¨®n sobre la empresa Bofors, supuesta responsable de dichas ventas ilegales.
Moller Hansen, que es descrito como un personaje singular de la vida sindical y pol¨ªtica danesa, sin muchos titubeos para decir lo que piensa, que se jacta de haber contribuido a mover el piso a Ronald Reagan, con sus informaciones sobre el Irangate, replic¨® que en vez de exigir pruebas a los marinos daneses, Carlsson debe nombrar de inmediato una comisi¨®n investigadora.
El asesinato de Palme
Ya intrincado de por s¨ª todo el asunto, se complic¨® a¨²n m¨¢s cuando un conocido comentarista de prensa norteamericano public¨® la semana pasada en The New York Times un art¨ªculo en el que afirmaba que los motivos del asesinato del ex primer ministro Olof Palme, hace un a?o, hay que buscarlos en su intervenci¨®n para detener un env¨ªo de armas de Bofors a Ir¨¢n. El Ministerio de Asuntos Exteriores de Suecia rechaz¨® categ¨®ricamente tal hip¨®tesis del articulista y se?al¨® diversas inexactitudes contenidas en sus afirmaciones.
Lo cierto es que Bofors interrumpi¨® en 1978, por decisi¨®n del Gobierno burgu¨¦s de entonces, a la ca¨ªda del sha Reza Pahlevi, un contrato que ten¨ªa con ¨¦ste para el suministro de armas y la construcci¨®n de una f¨¢brica de productos qu¨ªmicos en Isfahan. Pero como aqu¨¦l hab¨ªa pagado 400 millones de coronas (unos 8.000 millones de pesetas) como adelanto, cuando en 1980 estall¨® la guerra con Irak, el Gobierno de Jomeini comenz¨® a presionar a Bofors para que reanudara el suministro de armas.
Las reclamaciones iran¨ªes no se limitaron, al parecer, a la empresa, sino que se formularon tambi¨¦n al Gobierno a trav¨¦s de la embajada en Teher¨¢n. Esto ocurri¨® desde 1982, y, seg¨²n un informe del embajador sueco en aquel pa¨ªs, las exigencias irani¨¦s fueron rechazadas, con la excusa de que las leyes suecas proh¨ªben la exportaci¨®n de armas a pa¨ªses en conflicto.
Una visita a Suecia de una delegaci¨®n de Jomeini, en febrero de 1984, con el mismo prop¨®sito, seg¨²n el art¨ªculo de The New York Times, es negada por un portavoz del Ministerio de Exteriores. Se ha confirmado, en cambio, que a comienzos del a?o pasado hubo en Holanda una reuni¨®n entre la empresa Bofors y una delegaci¨®n de Teher¨¢n. Los iran¨ªes mantuvieron tambi¨¦n supuestamente conversaciones con Olof Palme pos meses antes de que ¨¦ste fuera asesinado.
Todo parece indicar que la empresa Bofors ha realizado exportaciones ilegales de armas hacia pa¨ªses en conflicto o, al menos, en las inmediaciones de ¨¦stos. No se ha puesto en claro si el Gobierno, el actual y los anteriores, ten¨ªa conocimiento de tales exportaciones.
Dos altos jefes de Bofors renunciaron el pasado fin de semana a sus puestos como consecuencia de las investigaciones para determinar las responsabilidades en que incurri¨® la empresa.
Un inspector de material de guerra que ten¨ªa a su cargo la investigaci¨®n sufri¨® un accidente hace unas semanas en una estaci¨®n de metro de Estocolmo, en el que perdi¨® la vida, dos semanas antes de emitir sus conclusiones. Se habl¨® de que hab¨ªa sido empujado, pero la polic¨ªa dictamin¨® que fue accidente.
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