La tortura
El 25 de febrero de 1987 apareci¨® en EL PA?S, bajo el t¨ªtulo Los rentistas de la tortura, un excelente art¨ªculo de Fernando Savater, coincidiendo adem¨¢s con la coyuntura del caso Yoldi y de la reciente derogaci¨®n de la ley antiterrorista. Comulgando con el tono general del profesor Fernando Savater, hay, a mi juicio una peque?a imprecisi¨®n, en su argumento.Savater comienza afirmando que ¨¦l no abomina la tortura por el hecho de vivir en un Estado represivo, sino porque conf¨ªa en las posibilidades institucionales de la democracia; no se puede, pues, responder ilegalmente a una conducta ilegal.
A continuaci¨®n, Fernando Savater, refiri¨¦ndose a "quienes rugen contra la tortura policial y jam¨¢s han dicho p¨²blicamenteuna palabra contra un secuestro, una bomba o un tiro en la nuca", nos da el siguiente consejo de profesor de ?tica a deshoras: "Resp¨®ndeles que quienes en las presentes circunstancias est¨¢n convencios de que la batalla por la liberaci¨®n nacional (?) justifica la Goma 2 te merecen el mismo desprecio pol¨ªtico que quienes sostienen que el mantenimiento del orden (?) obliga de vez en vez a hacer la vista gorda contra la tortura".
Profesor Savater, ?no ser¨ªa m¨¢s consecuente con los presupuestos fijados al principio sustituir, el mismo de su comparaci¨®n por un menos?
Creo que el crimen perpetrado por la polic¨ªa estatal, del que casi nunca nos enteramos, no s¨®lo es m¨¢s despreciable que el primero, sino potencialmente m¨¢s destructivo para las instituciones democr¨¢ticas. Aprovecho para decir que el se?or Barrionuevo deber¨ªa concienciarse de que el decr¨¦pito chirriar de las junturas que articulan sus acciones policiales es demasiado escandaloso; a m¨ª me recuerda aberrantes gestas himinlerianas.-
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