Calder¨®n, en clave polaca
Cuando el teatro Stary, de Cracovia, produjo La vida es sue?o, de Calder¨®n de la Barca, lo hizo como una par¨¢bola del enfrentamiento entre poder y libertad, como una afirmaci¨®n de esperanza y de fe ¨²til para el momento pol¨ªtico en que viv¨ªa el pa¨ªs, hace cinco a?os: estas transposiciones para burlar censura y prohibici¨®n son frecuentes en la historia del teatro, y Espa?a las ha conocido no hace mucho tiempo.Probablemente la inflexi¨®n del texto traducido, la acentuaci¨®n de unas escenas y la desaparici¨®n de otras no ten¨ªan m¨¢s objeto que ¨¦se; y el probablemente se escribe aqu¨ª porque el desconocimiento del idioma polaco impide apreciarlo.
Quedan, como interesantes para los espectadores del festival en que se incluye, la experiencia esc¨¦nica y la labor de los actores. La escenograf¨ªa es muy simple, muy despojada; pero una pasarela ocupa todo el pasillo del patio de butacas y hay como un peque?o escenario al otro lado del verdadero; la doble acci¨®n, en lugar de envolver en ella al espectador, le resulta sobre todo molesta y perturbadora.
La vida es sue?o
Calder¨®n de la Barca, versi¨®n polaca de Jaroslaw Marex Rymkiewioz. Int¨¦rpretes: compa?¨ªa de teatro Stary, de Cracovia. Escenograf¨ªa de Jerzy Juk-Kowarski. Direcci¨®n de Jerzy Jarocki. 7? Festival de Teatro.Estreno en Madrid, teatro de la Comedia, 12 de marzo.
Los actores del Stary, de Cracovia, tienen una gran escuela y la demuestran; dicen el texto con una sonoridad ¨ªntima, con una media voz que, sin embargo, llena; sobre todo Krzysztof Globisz (Segismundo) y Jerzy Binciczycki (Basilio).
Globisz tiene un ¨¢gil movimiento de manos que le revela como bailar¨ªn, y en efecto, de una manera impensada, al final de la obra. baila una danza ante el estupor de los espectadores.
Privados de las claves de la obra, desorientados por una manera de ver y recitar a Calder¨®n, los espectadores se entretienen hasta donde pueden con todo esto y agradecen sobre todo la abreviatura de la obra. Desencadenan, sin embargo, sus aplausos al final por el merecido trabajo de los actores y por la cuidadosa labor del director, Jerzy Jarocki, importante figura del teatro polaco, tan pr¨®digo en ellas.
Babelia
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