En un

pa¨ªs en el que un directivo gana al mes m¨¢s que un obrero al a?o, concibo que el descontento llegue a situaciones que jam¨¢s se pens¨® pudieran haberse producido. A?adamos a ello el mal ejemplo de nuestros hombres de empresa, que toman posesi¨®n de sus cargos para no plantearse una salida a la crisis, sino para firmar y convencer de que la ¨²nica alternativa es la reducci¨®n de plantilla. ?Cu¨¢ntos? ?Les da lo mismo! ?Que la empresa no tiene beneficios siendo ellos los m¨¢ximos responsables? ?No importa! Van a seguir percibiendo unos sueldos fant¨¢sticos hasta dejar la empresa igual o peor de c¨®mo la encontraron, y a continuaci¨®n buscar otra poltrona o tomar posesi¨®n de un nuevo cargo.La de cosas bonitas que tiene Reinosa; su gente, que te hace sentir amigo cuando nadie te conoce, el nacimiento del r¨ªo Ebro, su estaci¨®n de de esqu¨ª, sus fiestas, las famosas pantorrillas de Vejo y los productos y tradiciones de sus pueblos, y que triste que ahora se les conozca por alborotadores, folloneros.. ?Pues no! Reinosa no ha cambiado; simplemente ten¨ªa que demostrar a nuestro indigno gobierno que estaba hasta las narices.-