El Gobierno de EE UU estudia recomendar pruebas masivas a los ciudadanos que recibieron transfusiones
En la guerra contra el SIDA, ya casi nadie est¨¢ libre de sospecha en Estados Unidos. El Gobierno estudia la posibilidad de recomendar pruebas masivas del SIDA para millones de ciudiadanos que entre 1977 y 1985. recibieron transfusiones de sangre. Treinta y cuatro millones de personas pueden verse afectados por estas pruebas, que ser¨¢n voluntarias. Desde 1985, las donaciones de sangre est¨¢n controladas para impedir la difusi¨®n de la enfermedad. El presidente Ronald Reagan, que ha sido operado en los ¨²ltimos a?os en varias ocasiones, se someti¨® a la prueba, con resultado negativo.
A la espera de las a¨²n inexistentes soluciones m¨¦dicas, el Gobierno present¨® el pasado lunes un plan masivo de educaci¨®n contra el SIDA que reiterara que s¨®lo la abstinencia se xual y la fidelidad matrimonial son soluciones al mal. Cuando esto no sea posible, recomienda la utilizaci¨®n de condones. Deja a las comunidades locales y a las escuelas libertad para decidir qu¨¦ informaci¨®n y con qu¨¦ grado de detalle debe ser ofrecida a los j¨®venes. La Administraci¨®n se gastar¨¢ este a?o 84 millones de d¨®lares en la campa?a de informaci¨®n.Las autoridades sanitarias no quieren que cunda el p¨¢nico y se?alan que es muy distinto el riesgo entre una persona que s¨®lo recibi¨® una ¨²nica transf¨²si¨®n en una regi¨®n del pa¨ªs con una muy baja del virus y un ciudadano que ha recibido varias transfusiones en Nueva York o San Francisco. Tambi¨¦n se tendr¨¢ en consideraci¨®n la edad y si el ciudadano es o no sexualmente activo. Pero la idea de que la peste del siglo XX amenaza tambi¨¦n a la generalidad de la poblaci¨®n y no s¨®lo a los colectivos homosexuales, de drogadictos o de quienes han recibido sangre infectada, provoca una ansiedad pr¨®xima a la histeria.
Pero los datos refuerzan el miedo. Los ni?os del Greenwich Village, un barrio bohemio de Nueva York, con una importante concentraci¨®n de hornosexuales, juegan al SIDA en los parques. Cuando se tocan, se queman con la enfermedad, que transmiten a su vez tocando a un compa?ero en el juego, ¨²nica posibilidad de quit¨¢rsela de encima. Cada tres horas, dos ciudadanos v¨ªctimas del SIDA mueren en este pa¨ªs. Este a?o habr¨¢ 21.000 nuevos casos y 15.000 muertes. Ning¨²n lugar, aparte de ?frica, ha sufrido m¨¢s por el SIDA que Nueva York, donde vive el 30% de los afectados de todo Estados Unidos.
La epidemia ya ha afectado a 9.000 neoyorquinos, de los que 5.000 han muerto. Medio mill¨®n de personas en esta ciudad est¨¢n posiblemente afectadas por el virus, y 25.000 morir¨¢n en los pr¨®ximos cinco a?os. "Est¨¢ transformando inexorable y dolorosamente la ciudad", afirma The New York Times. En todo el pa¨ªs, en 1990, 50.000 personas morir¨¢n cada a?o y 220.000 contraer¨¢n el terrible mal. Se calcula que entre un mill¨®n y un mill¨®n y medio de norteamericanos son portadores actualmente del virus. Te¨®ricamente, ahora est¨¢n sanos, pero son potenciales transmisores y pueden enfermar dentro de unos a?os.
El Gobierno, presionado por los cient¨ªficos, que creen que hay que ampliar los an¨¢lisis de sangre, se ha resistido hasta ahora a generalizarlos y no ha recomendado ampliarlos a todos los ciudadanos que quieran casarse, a los que ingresen en un hospital o a las mujeres embarazadas. Pero la extensi¨®n del virus, que ya ha castigado a 32.000 norteamericanos, de los que 18.000 han muerto, refuerza las posiciones de los sectores oficiales, que quieren dar una batalla m¨¢s agresiva contra el SIDA.
An¨¢lisis obligatorio
Hasta ahora s¨®lo son analizados obligatoriamente los donantes de sangre y los reclutas, y se recomienda a los colectivos de alto riesgo. Los an¨¢lisis de las personas que hayan recibido transfusiones en los ¨²ltimos a?os revelar¨¢n si han sido o no expuestos al virus, que destruye el sistema inmunol¨®gico dej¨¢ndolo indefenso. Hasta ahora s¨®lo el 2% de todos los casos del SIDA (657) ha ocurrido por trasfusiones.
El Colegio Norteamericano de M¨¦dicos estima que la prueba generalizada del, SIDA a los receptores de sangre no es una soluci¨®n satisfactoria por s¨ª sola. Cree que no existe la infraestructura necesaria para realizarla y que muchos docto res no est¨¢n preparados para dar el consejo necesario que debe acompa?ar a los que se sometan a la misma y sin el cual ¨¦sta ser¨ªa inefectiva. "No podemos exacerbar la actual ansiedad", explic¨® un portavoz de los m¨¦dicos estadounidenses. El miedo atenaza a una poblaci¨®n que vivi¨® en su juventud la revoluci¨®n sexual de los a?os sesenta. Y no s¨®lo es histeria, si hay que creer la afirmaci¨®n del ministro de Sanidad, Otis Towen: "Cuando una persona realiza el acto sexual no lo est¨¢ haciendo s¨®lo con su compa?ero o companera, sino que lo practica con todas las personas con las que su pareja lo ha hecho durante los pasados 10 a?os".
La comunidad cient¨ªfica trabaja fren¨¦ticamente para conseguir una droga que cure este virus que ha transformado profundamente las relaciones sexuales en este pa¨ªs. Dentro de unas semanas, el Gobierno aprobar¨¢ el uso comercial de la AZT, Azydotimidina, hasta ahora s¨®lo aplicada experimentalmente con efectos positivos para retrasar el avance de la enfermedad, pero no para curarla.
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