Un pol¨ªcia, acusado de pegar a un travestido en un hospital
Jos¨¦ Manuel Gonz¨¢lez Ca?izares, bailar¨ªn y transformista con el nombre art¨ªstico de Cristina, que convalece en el hospital Provincial de fracturas en las dos piernas por un accidente, fue apaleado por un polic¨ªa nacional con s¨ªntomas de embriaguez el domingo a las diez de la noche, seg¨²n varios testigos. El polic¨ªa vigilaba a los presos enfermos de SIDA internados en el hospital. Seg¨²n la versi¨®n policial, el agente fue insultado y empujado.
Jos¨¦ Manuel, que comparte la habitaci¨®n con otros dos enfermos, relata que el domingo fumaba un cigarrillo cerca de la cafeter¨ªa y bromeaba con otros internos cuando vio salir de la cafeter¨ªa a un polic¨ªa nacional. "Vi que estaba tomado, y se acerc¨® y me dijo que me pusiera en pie. Le dije que me era imposible, porque ten¨ªa escayoladas las dos piernas, y entonces me agarr¨® por el pelo y por un brazo y me oblig¨® a incorporarme y me aporre¨® en las piernas y en el pecho. Se me rompi¨® una de las escayolas".Jos¨¦ Manuel, un rostro hermoso y barbilampi?o, tinerfe?o, de 21 a?os, se muestra cabizbajo y asustado y ense?a la huella de un porrazo en el pecho. Est¨¢ siendo tratado con calmantes por los fuertes dolores en una de las piernas, y espera que le hagan una radiograria "a ver qu¨¦ pasa".
Otras dos chicas, tambi¨¦n enfermas en el centro, corroboran lo que cuenta Jos¨¦ Manuel. "Le est¨¢bamos tomando el pelo a otra, Laura, que tiene un collar¨ªn y llevaba el suero puesto. Jos¨¦ Manuel le pregunt¨® si era un collar antipulgas, y todos soltamos la carcajada. En ese momento se vino hacia nosotros, llam¨¢ndonos 'hijos de la gran puta' y empez¨® todo".
"Me estaba dando con la porra", contin¨²a Jos¨¦ Manuel su relato, "y yo ve¨ªa, aterrorizado, que pasaban por all¨ª otras personas y no interven¨ªan, hasta que una auxiliar de mi planta avis¨® a la supervisora y ¨¦sta consigui¨® pararlo, mientras la auxiliar me meti¨® a mi corriendo en el ascensor".
La enfermera auxiliar confirma el apaleamiento, y los insultos del agente, as¨ª como su estado evidente de embriaguez. El polic¨ªa nacional acababa de entrar en su guardia de vigilancia a los presos enfermos, y pertenec¨ªa al turno C de la Unidad Polivalente de Moratalaz de la Polic¨ªa Nacional.
La enfermera encargada de planta en el momento de los hechos, Carmen R. P., declar¨® que al ser informada de lo que hab¨ªa pasado se dirigi¨® al ret¨¦n y se?al¨® en¨¦rgicamente que el polic¨ªa en cuesti¨®n era responsable de lo que le pudiera ocurrir al enfermo, y pidi¨® hablar con un superior del agente, ya que con ¨¦ste "era in¨²til hablar".
"Vino un sargento, que no me quiso decir su nombre, ni el del agresor, y trataba de calmarme diciendo que el n¨²mero hab¨ªa tomado 'una copilla'. Le dije que algo m¨¢s que una copilla, pero no quiso hacerle la prueba de alcoholemia". El cabo prometi¨®, seg¨²n la enfermera, que dar¨ªa parte del incidente.
Carmen R. P. se?al¨® tambi¨¦n que cuando reproch¨® al n¨²mero que si se consideraba ofendido por los enfermos debiera haber presentado una reclamaci¨®n "civilizada", ¨¦ste, se?alando la pistola y la porra que cuelgan del cintur¨®n, le dijo: "Esto y esto, la ley me permite utilizarlo". Carmen se neg¨® a facilitar informaci¨®n adicional sobre el enfermo, para lo que fue requerida por los agentes.
Versi¨®n policial
Seg¨²n la Jefatura Superior de Polic¨ªa, el agente, al pasar por un grupo de tres personas oy¨® que le insultaban gravemente. Hizo caso omiso, pero los insultos se repitieron, en vista de lo cual recrimin¨® al grupo su comportamiento. Uno de los miembros del grupo empuj¨® entonces al agente, que tuvo que reducirlos por la fuerza. El agente se person¨® en la comisar¨ªa del barrio de La Estrella, donde se han abierto diligencias sobre el hecho, siempre seg¨²n la versi¨®n policial.
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