M¨¢cao retorna a China
EL 20 de diciembre de 1999, Portugal devolver¨¢ solemnemente a China la peque?a colonia de Macao. Esta fecha ha sido dada a la publicidad por el embajador portugu¨¦s en Pek¨ªn, aunque la declaraci¨®n completa sobre las condiciones de dicha devoluci¨®n, elaborada en las negociaciones chino-portuguesas, se firmar¨¢ hoy mismo. El problema de la fecha era el m¨¢s conflictivo, ya que Portugal se esforzaba por retrasar la lo m¨¢s posible y hab¨ªa propuesto el a?o 2007. El retraso podr¨ªa tener ventajas econ¨®micas para Macao, ya que despu¨¦s de julio de 1997, fecha del retorno de Hong Kong a China, determinados capitales podr¨ªan desplazarse de Hong Kong a Macao. De ah¨ª la insistencia en aplazar la devoluci¨®n lo m¨¢s posible. No se trataba de una cuesti¨®n de prestigio. Al final, y despu¨¦s de ciertas tensiones, Macao ser¨¢ devuelto dos a?os y medio despu¨¦s que Hong Kong. China hab¨ªa exigido recuperar Macao antes del a?o 2000, y ello tendr¨¢ lugar unos 10 d¨ªas antes del inicio del nuevo siglo.La conclusi¨®n positiva, precisamente en estos d¨ªas, de las negociaciones entre Portugal y China sobre Macao tiene un valor muy concreto en la compleja coyuntura pol¨ªtica que se vive en Pek¨ªn. El 25 de este mes se abre la sesi¨®n de primavera del Congreso Nacional del Pueblo, asamblea cuyas funciones son las del parlamento. Su presidente, Peng Zhen, es uno de los jefes de los conservadores y se ha destacado en la ofensiva contra el llamado "liberalismo burgu¨¦s". El problema grave es que esta ofensiva amenaza con debilitar el poder del propio grupo reformador encabezado por Deng Xiaoping. Es sintom¨¢tico que algunas leyes esenciales para la reforma econ¨®mica han sido retiradas y no ser¨¢n votadas por el Parlamento. En esta situaci¨®n, los reformadores, Deng y el jefe del Gobierno, Zhao Ziyang (que ocupa adem¨¢s la secretar¨ªa general del partido desde la eliminaci¨®n de Hu Yaobang), necesitan ¨¦xitos para reforzarse ante la ofensiva conservadora. Uno de esos ¨¦xitos puede ser el acuerdo sobre Macao. Un argumento fuerte es que, gracias a la l¨ªnea reformadora, China recuperar¨¢ tanto Hong Kong como Macao. Y que esa l¨ªnea es decisiva para tener ¨¦xito en el problema, mucho m¨¢s complejo, de Taiwan.
Las negociaciones sobre Macao han sido un ejemplo de realismo diplom¨¢tico. Portugal ha entendido que en la ¨¦poca actual es ineludible poner fin de manera constructiva, sin levantar pasiones anacr¨®nicas, a situaciones creadas en otros per¨ªodos de la historia en los que las relaciones entre pa¨ªses se reg¨ªan por normas muy distintas a las actuales. Es cierto que hist¨®ricamente el caso de Macao se diferencia de otros a los que se le suele comparar; el dominio portugu¨¦s no se debe a una apropiaci¨®n violenta, sino a un regalo de la dinast¨ªa Ming, en 1557, a los portugueses para facilitar el comercio. Pero diferencias hist¨®ricas de ese g¨¦nero son irrelevantes ante la necesidad de poner fin a los residuos coloniales. Desde que la democracia triunf¨® en Portugal con la revoluci¨®n de los claveles, el Gobierno lisboeta se mostr¨® dispuesto a devolver Macao, y fue China la que prefiri¨®, al principio, dejar las cosas tal como estaban. Le interesaba, como en el caso de Hong Kong, conservar un centro muy ¨²til para el comercio y las comunicaciones con el resto del mundo. Cuando se restablecieron las relaciones diplom¨¢ticas entre los dos pa¨ªses, Macao fue definido como "territorio chino bajo administraci¨®n portuguesa". Por tanto, en las ¨²ltimas negociaciones, el tema de fondo, la soberan¨ªa, estaba b¨¢sicamente resuelto. Se discut¨ªa el c¨®mo y el cu¨¢ndo, no el si. Ahora ha quedado fijado el tope temporal para poner fin al estado colonial de la parte de China que m¨¢s tiempo ha estado sometida a dominaci¨®n extranjera. Con su desaparici¨®n desaparece tambi¨¦n el ¨²ltimo fleco del antiguo imperio colonial luso.
La soluci¨®n del problema de Macao pone de relieve el anacronismo, cada vez m¨¢s incomprensible, de la actitud brit¨¢nica en el tema de Gibraltar, neg¨¢ndose incluso a presentar una contrapropuesta a las sugerencias adelantadas por Espa?a para un proceso escalonado que permita un retorno sin trauma de ese territorio a la soberan¨ªa espa?ola. No se trata de identificar situaciones en las que hay sin duda diferencias serias. Pero resalta el contraste entre el realismo con que han sido resueltos los problemas de Hong Kong y Macao y la cerraz¨®n de Londres ante el caso de Gibraltar, cuyas ra¨ªces coloniales son tan indiscutibles como las de los enclaves europeos en China.
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