Albania en el sal¨®n
Para quienes recuerden Albania como un pa¨ªs de pastores y bandidos, fragmentado en bandas m¨¢s bien feroces y sometido a ocupaciones y protectorados de naciones vecinas, esta visi¨®n que llega ahora al sal¨®n de casa resulta positiva. Pero no deja de ser una Albania de sal¨®n, de gente contenta, que se ha liberado de todas las intervenciones exteriores y de todas las religiones que, a fin de cuentas, fueron llevadas por los invasores y eran algo de sus huellas. Es la primera vez que entran las c¨¢maras en el pa¨ªs que practica el aislamiento nacional como virtud pol¨ªtica: un comunismo tan peculiar que, al mismo tiempo que la distancia de Occidente, la separa tambi¨¦n de las otras naciones comunistas del planeta, despu¨¦s de la ruptura con China que fue su ¨²ltimo enlace. En esta incursi¨®n hay que suponer no la audacia o el tes¨®n de los reporteros de la NHK, sino una lev¨ªsima apertura de las autoridades de Tirana, que han dado ya otras muestras de dejarse ver; ya han entrado algunos periodistas, algunos diplom¨¢ticos; ya el ferrocarril llega a Tirana -s¨®lo mercanc¨ªas: para exportar algunas de sus materias primas- y, sin duda, han puesto condiciones severas.Pero un pa¨ªs que tiene apenas tres millones de habitantes en su interior y cuatro millones de exiliados en los pa¨ªses fronterizos inquieta mucho. Parte de estas colonias albanesas en el extranjero proceden de fugas muy anteriores, y conservan, generaci¨®n tras generaci¨®n, idioma y costumbres; el hecho de que no puedan regresar a su pa¨ªs de origen, como el de que los residentes en Albania no puedan abandonar el suyo -el reportaje nos muestra la salida de una mujer hacia Yugoslavia como un acontecimiento ¨²nico y pat¨¦tico, por razones muy especiales- es algo que, hasta en el contexto del sal¨®n, inquieta notablemente. Como la unanimidad en el elogio al r¨¦gimen y el misticismo por la figura de Enver Hoxa en las personas entrevistadas.
Pasa con este documental algo parecido a la serie de las monarqu¨ªas europeas: que no dejan la sombra de una duda o el susurro de una oposici¨®n. Las razones pueden ser distintas: los reporteros que han entrado en Albania han pactado unas condiciones y las cumplen, mientras que los espa?oles que han ido de visita a las monarqu¨ªas europeas lo han hecho ya como transidos de fe y previamente decididos a encontrar lo mejor. En este tipo de filmaciones la palabra documento o la palabra informe parecen enteramente desplazadas: son m¨¢s bien actos de propaganda, y en Espa?a hay mucha sensibilidad, por razones del r¨¦gimen anterior, para todo aquello que se presenta sin una controversia, sin una discusi¨®n, sin un resquicio para respirar de otra manera. La unanimidad con que hablan los estudiantes de la universidad de Tirana entrevistados -en p¨²blico, en el aula, ante sus camaradas- y la de los campesinos dedicados con entusiasmo a proliferar -la campa?a de natalidad ha multiplicado por tres la poblaci¨®n en 40 a?os, y las madres de 10 hijos reciben el t¨ªtulo de h¨¦roe nacional-, la boda en la que se cantan canciones en honor de Enver Hoxa, hacen pensar que la abolici¨®n de las religiones no ha ido m¨¢s all¨¢ de su sustituci¨®n por otro tipo de religi¨®n pol¨ªtica, y que el opio del pueblo es ahora otro.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
?Tienes una suscripci¨®n de empresa? Accede aqu¨ª para contratar m¨¢s cuentas.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.