La oposici¨®n gallega exige a Fern¨¢ndez Albor que dimita

La oposici¨®n pol¨ªtica al Gobierno gallego en el Parlamento aut¨®nomo volvi¨® a pedir un¨¢nimemente la dimisi¨®n del presidente Gerardo Fern¨¢ndez Albor en el transcurso de un debate celebrado el martes por la noche que se transform¨® en una moci¨®n de censura encubierta a la Xunta. Mientras arreciaban los ataques de nacionalistas y socialistas, los diputados de Coalici¨®n Galega, que han firmado un acuerdo de apoyo a la Xunta, se manten¨ªan en silencio. Ello dio pie a que en los pasillos de la C¨¢mara se hablase de una inminente moci¨®n de censura contra Albor.

El portavoz de este grupo, Fernando Gonz¨¢lez Laxe, neg¨® que fuese a hacerlo antes de las elecciones municipales para no caer en el "electoralismo y oportunismo, y adem¨¢s cuando la presentemos ser¨¢ para ganarla". Para ello necesitar¨ªan todos los votos de la oposici¨®n, incluidos los de Coalici¨®n Galega, que, en todo caso, no la apoyar¨¢ hasta que caduque el acuerdo con la actual Xunta el pr¨®ximo mes de julio.?sta es la segunda vez en menos de un a?o que la oposici¨®n en el Parlamento gallego acorrala al Gobierno conservador ante unas elecciones, dej¨¢ndolo al borde del precipicio, pero sin atreverse a derribarlo. El motivo de este acoso lo dieron dos interpelaciones: una, presentada por Pablo Gonz¨¢lez Mari?as, l¨ªder del Partido Nacionalista Galego, cuestionando la cesi¨®n de poderes que Gerardo Fern¨¢ndez Albor hizo en su vicepresidente Mariano Rajoy, y otra, del socialista Ceferino D¨ªaz sobre la dudosa compra de un hotel que la Xunta de Galicia y la Diputaci¨®n de Lugo hicieron a un precio presumiblemente superior al de su valor real de mercado.

La sesi¨®n del pleno del Parlamento estuvo salpicada de insultos y de descalificaciones personales, algunas dirigidas a Fern¨¢ndez Albor, quien permaneci¨® en absoluto silencio en su esca?o del banco azul, mientras los diputados de la oposici¨®n defin¨ªan su posici¨®n en la Xunta como "flor¨®n, mueble, reina de Inglaterra y tapado". Alegaban para ello la aludida delegaci¨®n de poderes de Fern¨¢ndez Albor en el vicepresidente de la Xunta a trav¨¦s de un decreto por el que le cedi¨® toda la direcci¨®n, coordinaci¨®n y ejecuci¨®n de la pol¨ªtica econ¨®mica, la interna y la mayor parte de las relaciones institucionales.