Hawks en ?frica con John Wayne
La caza del rinoceronte considerada como una necesidad vital, no s¨®lo la pr¨¢ctica de un oficio ins¨®lito. Eso nos dejan ver sus protagonistas desde la primera escena, un prodigio de cine de acci¨®n y dinamismo donde, seg¨²n cuenta la leyenda (y hay que creer siempre en la leyenda, como nos ense?¨® Ford), los actores no permitieron ser doblados.Despu¨¦s, las camionetas de los cazadores recorren la estepa con el deber cumplido, mientras Henry Mancini y sus tambores crean el clima y los t¨ªtulos de cr¨¦dito nos anuncian -aunque ya lo sab¨ªamos- que ¨¦sta es una pel¨ªcula de Howard Hawks. Hawks en ?frica y que est¨¢ interpretada por John Wayne. No cabe duda: se trata de la aventura en estado puro y el genuino cine se han reunido una vez m¨¢s, como se reuni¨® en otras realizaciones del mismo cineasta, como S¨®lo los ¨¢ngeles tienen alas o R¨ªo de sangre, para darnos una obra maestra. Es un grito: ?Hatari!
Piedra de toque
Somos sentimentales, nost¨¢lgicos, rom¨¢nticos y la suma de todo eso, cin¨¦filos, y no podemos remediarlo. ?Hatari! sobre todo para los nacidos en la d¨¦cada de los cincuenta, fue una piedra de toque por v¨ªa som¨¢tica, antes que otras piedras de toque nos golpearan la v¨ªa intelectual.Despu¨¦s result¨® que lo som¨¢tico y lo intelectual pod¨ªan formar matrimonio y a cada nueva visi¨®n de ?Hatari! la pel¨ªcula se enriquec¨ªa porque lo que ah¨ª hay metido no s¨®lo es mucho: en cine lo es todo.
Vamos a ver. Si el arte ha de ser la liberaci¨®n de la mente, la plasmaci¨®n por parte del autor de su propia persona, su vida y sus ilusiones, ?no es ?Hatari! la representaci¨®n perfecta en im¨¢genes de un esp¨ªritu concreto, el de Hawks, y un modo de entender la vida y vivirla? La aventura, en ¨¦l y sus personajes -y, c¨®mo no, en un actor tan sintom¨¢tico en este sentido como Wayne-, es la culminaci¨®n de sus exigencias. Y la amistad, la raz¨®n misma de la existencia.
Fascinaci¨®n de ?frica
?frica como escenario, m¨¢s all¨¢ de su exotismo, aumenta la fascinaci¨®n de lo vivido fuera del alcance de la realidad. Seamos pr¨¢cticos y reconozc¨¢moslo. Por m¨¢s que tengamos pasta y podamos costearnos un safari de agencia, nunca cazaremos rinocerontes ni nuestras tertulias a la luz de la luna esteparia tendr¨¢n la intensidad de las de ?Hatari!, ni nunca tampoco despertaremos a la ma?ana siguiente con una criatura como la Martinelli a nuestra vera. Ni un elefantito suplir¨¢ con sus delicias las de nuestro siam¨¦s.Seguiremos fichando cada d¨ªa en la oficina y pagando los impuestos requeridos, porque la realidad de ?Hatari! pertenece s¨®lo a dioses como Hawks. Es cine ¨²nicamente, el mejor cine.
?Hatari! se emite hoy por TVE-1 a las 21.50.
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