Sergio Contreras: "Puede haber grandes p¨¦rdidas de vidas humanas en Chile"
Para el portavoz de la Conferencia Episcopal Chilena, las reformas de Pinochet son insuficientes
Contreras, de 60 a?os, cl¨¦rigo diocesano, ingeniero mec¨¢nico, es uno de los obispos progresistas de la Iglesia cat¨®lica chilena, aunque habla en un lenguaje cauto y moderado. Se define como "un fidel¨ªsimo adherente a la doctrina social de la Iglesia". Su lenguaje y carisma le han supuesto ataques: en 1985 estall¨® una bomba frente a su vivienda, y al a?o siguiente aparecieron pintadas murales en Temuco insultantes para su persona.
Pese a su permanente cr¨ªtica de la dictadura, la jerarqu¨ªa eclesi¨¢stica chilenas ha sido objeto de recientes cr¨ªticas por parte de algunas comunidades cristianas de base. ?stas consideran que la Iglesia no defendi¨® con la suficiente energ¨ªa a los curas de barriadas obreras que han sido agredidos presuntamente por agentes de seguridad o expulsados del pa¨ªs por el Gobierno en los ¨²ltimos meses.[El papa Juan Pablo II, entretanto, declar¨® ayer en Roma que el "objetivo principal" de su viaje a Argentina y Chile es "agradecer a la Providencia el haber podido evitar una guerra entre ambos pa¨ªses", que estuvo a punto de producirse en 1978, informa France Presse.]
Pregunta. ?Qu¨¦ tipo de pa¨ªs se va a encontrar el Papa?
Respuesta. Chile es un pa¨ªs que hab¨ªa sido muy orgulloso de su propia condici¨®n y modo de ser. Un pa¨ªs que estaba acostumbrado a resolver sus problemas con el di¨¢logo y la conjugaci¨®n de las distintas corrientes que participaban en su vida. Hay un espacio de 13 a?os en que sus posibilidades de ser han sido interrumpidas. Sigue gravitando el deseo muy sincero de los m¨¢s aut¨¦nticos chilenos para volver a ser lo que ¨¦ramos.
P. ?Qu¨¦ pens¨® cuando, ante el ¨²ltimo mensaje de los obispos, el presidente Pinochet dijo que le parec¨ªa estar viendo surgir un nuevo "partido pol¨ªtico"?
R. Pens¨¦ que era una cosa que dec¨ªa al pasar, como alguien que se molesta y sale con el primer exabrupto que se le ocurre. Luego me preocup¨¦, porque supe que eso lo dijo despu¨¦s de ver las pautas [del documento del comit¨¦ permanente del Episcopado]. Eso denota una falta de respeto que es seria cuando viene de alguien que tiene la investidura de presidente de la Rep¨²blica.
P. ?En, qu¨¦ sentido la Iglesia ha afirmado que el Gobierno est¨¢ en pecado social?
R. Hay cosas concretas del Gobierno que constituyen pecado social, que inducen a pecado social. Por ejemplo, el mantenimiento de un sistema de informaci¨®n que usa como instrumento m¨¦todos de presi¨®n indebida, como fue el caso de la sobrina de monse?or Carlos Camus [que, seg¨²n los obispos, fue objeto de "tortura ps¨ªquica" por parte de agentes de la polic¨ªa pol¨ªtica]. En una declaraci¨®n posterior se dijo que eso estaba dentro de lo normal. O sea, normalmente se utilizan sistemas que no son justificables y son calificables de inmorales.
Temor a una guerra civil
P. ?C¨®mo califica las relaciones Iglesia-Gobierno?R. En lo referente a la visita del Papa, tengo que reconocerlo, ha habido un alto nivel de colaboraci¨®n. Eso es muy importante dejarlo bien claro: el Gobierno ha puesto, objetivamente, los medios necesarios para que esa visita tenga pleno ¨¦xito. Pero en el ¨¢mbito de la preocupaci¨®n que el Episcopado tiene por la suerte del pa¨ªs no se han abierto puertas para dialogar.
P. ?Usted teme que pueda haber una guerra civil?
R. No creo mucho en la posibilidad de una guerra civil. Yo y algunos obispos pensamos que si no se arreglan las condiciones para un tr¨¢nsito pac¨ªfico hacia otra situaci¨®n, ciertamente se est¨¢n abriendo perspectivas para el ejercicio de la violencia. Frente a la desesperanza por la falta de cambios, puede que mucha gente abrace el camino de la violencia. No digo, que pueda haber una guerra civil, pero s¨ª una situaci¨®n que ocasione grandes p¨¦rdidas de vidas...
P. ?Considera suficientes las medidas de liberalizaci¨®n emprendidas por el r¨¦gimen, como la ley de partidos pol¨ªticos, apertura de los registros electorales y el regreso de algunos exiliados?
R. Bastantes de esas medidas son positivas, pero insuficientes. Por su idiosincrasia, los chilenos tienen una identidad con la democracia. Ante el deseo de los chilenos de asumir el destino de la naci¨®n, en forma participativa, son medidas absolutamente insuficientes, entregadas con cuentagotas y muy restringidas, ya que no guardan relaci¨®n con las aspiraciones de la gente.
P. As¨ª como el Papa se va a encontrar tres veces con Pinochet, ?usted considera conveniente que se re¨²na tambi¨¦n con la oposici¨®n?
R. En el programa oficial est¨¢n los encuentros religiosos, de car¨¢cter pastoral, y tres encuentros protocolarios en que el Papa se encuentra con el presidente de la Rep¨²blica. Tanto la llegada como la despedida son breves intercambios de saludos, y hay una entrevista m¨¢s personal en La Moneda [palacio presidencial]. El Papa tiene escaso tiempo y un programa tan apretado que lo veo dif¨ªcil. Pero ¨¦l es libre de decir, mire yo quiero reunirme con tal persona, un tipo de contacto que no entra en el programa.
P. ?Qu¨¦ opina ante el anuncio de sectores de izquierda de que asistir¨¢n a los encuentros masivos con el Papa portando pancartas contra la tortura y la represi¨®n y por la libertad de los presos pol¨ªticos?
R. Soy absoluta y radicalmente contrario. Ese tipo de cosas tiende a desnaturalizar los actos. Un acto religioso no se puede transformar en una especie de mitin. Si usted invita a alguien a cenar a su casa y llega en traje de playa, no es lo adecuado.
P. ?Qu¨¦ significado le atribuye a la oraci¨®n que el Papa pronunciar¨¢ por las v¨ªctimas que hubo en el Estadio Nacional despu¨¦s del golpe militar?
R. Toda oraci¨®n es digna de alabanza. Si fue un lugar donde hubo acontecimientos especialmente dolorosos y sombr¨ªos para el pa¨ªs, me parece muy bien que el Papa haga una oraci¨®n por los que fueron v¨ªctimas.
Democracia y reconciliaci¨®n
P. ?Cree que la reconciliaci¨®n pedida por la Iglesia es posible sin que los culpables de violaciones de los derechos humanos sean debidamente juzgados?R. Los dos extremos pueden ser muy peligrosos para la reconciliaci¨®n. El camino cristiano es el adecuado. La reconciliaci¨®n en el primer nivel es con Dios, que reconcilia perdonando. Entre los hombres es m¨¢s compleja: se est¨¢ al mismo nivel y no puede existir tan f¨¢cilmente ese perd¨®n. Pero querer aplicar justicia a todos hace muy dif¨ªcil la paz. La justicia que quiere ser justiciera se torna generadora de nuevas injusticias. La soluci¨®n va por el establecimiento, primero, de la verdad. Para perdonar se tiene que saber qu¨¦ ocurri¨®.
P. ?Influir¨¢ la visita en acelerar la vuelta la democracia?
R. Directamente no, porque el objetivo del Papa es un anuncio del Evangelio, una propuesta de reconversi¨®n y una renovaci¨®n espiritual. Esto debiera concederle al pa¨ªs una estatura moral. Indirectamente, puede ser un aporte valioso al crear un clima propicio para recuperar la condici¨®n propia del ser de Chile.
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