El porqu¨¦ de las huelgas en el servicio p¨²blico
El trato que han recibido los trabajadores de Iberia y Aviaco -injusto, seg¨²n los autores del art¨ªculo- les impulsa a explicar sus reivindicaciones y a intentar hacer llegar a los ciudadanos-usuarios las razones de las impopulares huelgas en distintos servicios p¨²blicos, as¨ª como dar una respuesta a los ataques recibidos.
Se dice que se maltrata por doble v¨ªa al ciudadano, como contribuyente que financia la subida salarial y como usuario que debe soportar la indefensi¨®n m¨¢s absoluta ante el deficiente o nulo servicio que resulta de la huelga. Nada m¨¢s lejos de la realidad.En primer lugar, el hablar de empresa p¨²blica con grandes d¨¦ficit financiados por los ciudadanos, adem¨¢s de ser absolutamente falso en esta ocasi¨®n (Iberia ha tenido unos beneficios en torno a los 800 millones de pesetas en el ejercicio pasado), es dar un tratamiento a esta empresa que s¨®lo contempla los aspectos econ¨®micos de su cuenta de resultados, sin valorar en lo m¨¢s m¨ªnimo que es adem¨¢s y sobre todo un servicio social a la comunidad cuya utilidad es indiscutible.
Los sindicatos hemos demostrado hasta la saciedad que el mantenimiento de ciertas l¨ªneas (como las interinsulares) resulta altamente deficitario, pero es imposible en la vida moderna prescindir de ellas si se quiere mantener y mejorar la econom¨ªa de las islas.
Y lo mismo podemos decir de todas aquellas otras l¨ªneas, tanto nacionales como internaciolales, que es preciso mantener, no por su rentabilidad inmediata, sino por otras cuestiones no menos importantes, como fomentar el desarrollo de regiones secularmente atrasadas, potenciar las relaciones internacionales y los intercambios comerciales, contribuir al incremento del turismo, etc¨¦tera.
Arg¨¹ir que porque estas empresas sean deficitarias hay que congelar los salarios de sus trabajadores podr¨ªa llevarnos al absurdo de su desaparici¨®n como empresas o al hambre y miseria de sus empleados.
Por otra parte, hacer notar que los trabajadores de Iberia somos tambi¨¦n contribuyentes, y de los de primera (controlados por nuestra n¨®mina), sin que formemos parte de esas bolsas negras de defraudadores o Hacienda.
En cuanto a los usuarios, hemos sido escrupulosos en darles puntual informaci¨®n de los servicios cancelados o modificados para que pudieran buscar otros medios de transporte alternativo, o, en su defecto, adelantar o retrasar su viaje, tratando de causarles las menos molestias posibles. Ello ha sido posible por la negociaci¨®n con el tiempo suficiente de los servicios m¨ªnimos para los d¨ªas de huelga, que, por primera vez, se ha hecho mediante el acuerdo entre la empresa y el comit¨¦. Adem¨¢s, hemos hecho llegar a los pasajeros una hoja informativa de los motivos de nuestra convocatoria.
Otro de los argumentos que se han esgrimido en contra nuestra se refiere al "abuso pol¨ªtico" que suponen las fechas escogidas para las movilizaciones. ?ste es, desgraciadamente, el terreno de juego a que nos ha llevado la postura intransigente de la direcci¨®n de la empresa, que prefiere perjudicar a los pasajeros en d¨ªas tan se?alados y afrontar p¨¦rdidas econ¨®micas que superan con creces el dinero que supondr¨ªa aceptar nuestras reivindicaciones. ?ste no ha sido nuestro planteamiento inicial, antes bien, las primeras huelgas convocadas lo eran en d¨ªas lo suficientemente alejados de la Semana Santa como para posibilitar antes un acuerdo negociado.
Por ¨²ltimo, la imagen que desde ciertos editoriales pretende darse de los trabajadores de Iberia es que somos privilegiados, con altos salarios que, adem¨¢s, no merecemos por nuestra baja productividad (vagos y maleantes).
En cuanto al salario, esta imagen est¨¢ distorsionada por lo que ganan ciertos colectivos (no todos los trabajadores de Iberia somos pilotos; de un total de 26. 000, s¨®lo hay unos 1.600). La realidad es bien otra, y tanto los ,de a pie (tierra) como los tripulantes de cabina de pasajeros llevamos los ¨²ltimos a?os reduciendo nuestros salarios reales por mor de los sacrificios que exig¨ªa el saneamiento de la empresa. Ahora que hay beneficios, de nuevo quieren imponernos moderaci¨®n salarial y sacrificios.
Reparto injusto
El salario es escaso, pero adem¨¢s injustamente repartido: as¨ª, los pilotos han obtenido en el a?o 1986 un incremento de sus altos salarios de un 30%, mientras que la gratificaci¨®n de nuestros directivos se ha incrementado en un 40%. Respecto a la productividad de los trabajadores de Iberia, medida ¨¦sta en, el n¨²mero de pasajeros atendidos por empleado, es muy superior a la media europea. Los incrementos de productividad de los ¨²ltimos a?os se han conseguido en base a una "eventualizaci¨®n" del trabajo. As¨ª, la plantila fija de Iberia se ha reducido en m¨¢s de 1.000 trabajadores, mientras que el personal eventual, con contratos incluso por horas y por fines de semana, se ha incrementado en m¨¢s de 2.500. Es decir, en 1980, el personal no fijo representaba menos del 3% del total, mientras que en 1986 ascendi¨® al 18% de la plantilla fija.
Finalmente, los trabajadores de Iberia hemos demostrado nuestra flexibilidad y apertura al di¨¢logo en todo momento, sin cerrar nunca las v¨ªas de negociaci¨®n. Como muestra, los servicios m¨ªnimos que por primera vez se han pactado.
Por todas estas razones, y porque entendemos que nuestras reivindicaciones son justas y razonables, ha sido tan un¨¢nime la respuesta de los trabajadores a la convocatoria de su comit¨¦ de huelga. Y por ello tambi¨¦n, de persistir la cerraz¨®n empresarial, mantendremos con igual unanimidad la huelga convocada para los d¨ªas 10 y 15 de este mes.
son presidente y secretario, respectivamente, del comit¨¦ intercentros.
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