Las armas que Espa?a vendi¨® a Pinochet
Aviones, morteros, lanzacohetes y ametralladoras son algunas de las compras realizadas por Chile
La mitad de los aviones militares fabricados en Espa?a y vendidos en Am¨¦rica Latina prestan servicio en las tres ramas de la defensa nacional chilena. Morteros, lanzacohetes y granadas, pistolas, explosivos, armas cortas, ametralladoras y sistemas de punter¨ªa tambi¨¦n figuran entre las compras chilenas a Espa?a, seg¨²n un alto cargo de la firma chilena Empresa Nacional Aeron¨¢utica (ENAER), dependiente de las fuerzas armadas de Chile y excelente cooperadora en los programas t¨¦cnicos de la empresa p¨²blica espa?ola Construcciones Aeron¨¢uticas, SA (CASA).
La operaci¨®n del siglo, en cuanto a venta de armas en Chile, la ha realizado CASA, pese a que la Empresa Nacional Santa B¨¢rbara de Industrias Militares, SA (ENSB); Uni¨®n de Explosivos R¨ªo Tinto, SA, y Esperanza y Compa?¨ªa, SA, hayan realizado tambi¨¦n sus no menos considerables negocios con el r¨¦gimen dictatorial del general Augusto Pinochet.La historia de los desiguales intercambios de armas entre Espa?a y el pa¨ªs andino comenz¨® cuando tras el golpe de Estado de 1973 se iniciaron los embargos a las ventas de armas por parte de los pa¨ªses que tradicionalmente hab¨ªan venido suministrando material b¨¦lico a Chile. Primero hab¨ªa sido el Gobierno laborista brit¨¢nico, en 1974, y pronto le siguieron los Estados Unidos de Jimmy Carter, en 1979, y la Francia socialista de Mitterrand, en 1982. A?os antes, los trabajadores de Rolls-Royce en East Kilbride (Escocia) se hab¨ªan negado a trabajar en los motores Avon para la flota a¨¦rea de combate Hawker Hunter, de la Fuerza A¨¦rea chilena. S¨®lo Rhodesia, entonces aliado de Sur¨¢frica, suministr¨® repuestos al sangriento r¨¦gimen latinoamericano.
En medio de la crisis se desat¨® el litigio por la soberan¨ªa del canal de Beagle, que a punto estuvo de desembocar en una guerra en la que la aviaci¨®n chilena, desabastecida, hubiera salido poco airosa.
El ascenso de CASA
Se iniciaron entonces las negociaciones con CASA. El Ej¨¦rcito chileno adquiri¨® seis aviones CASA de transporte biturboh¨¦lide C-212 Aviocar, que fueron entregados a Pinochet entre 1978 y 1979. El precio promedio de aquellos aparatos era entonces de unos tres millones de d¨®lares. La Marina chilena, por su parte, adquiri¨® cuatro C-212.El Ej¨¦rcito chileno, sin embargo, buscaba algo m¨¢s que un simple abastecedor de material b¨¦lico. Buscaba un socio que le facilitara no s¨®lo aviones, sino tambi¨¦n tecnolog¨ªa. Construcciones Aeron¨¢uticas se mostr¨® dispuesta en ambos campos, y comenz¨® entonces un ambicioso programa de cooperaci¨®n entre la ENAER chilena y la CASA espa?ola.
El proyecto inicial, negociado a finales de los setenta, consider¨® la compra de tres aviones de entrenamiento monorreactores C-101 Aviojet, cuyo precio rondaba los 3,5 millones de d¨®lares. Otros 15 o 16 C-101, bautizados en Chile como T-36 Halc¨®n, deber¨ªan ser ensamblados en el pa¨ªs suramericano.
Con el primer Gobierno del PSOE, concretamente en 1984, ENAER adquiri¨® otros 21 aviones C-101, que, a raz¨®n de seis anuales, fueron ensamblados en Chile con un aporte de un 20% de componentes tecnol¨®gicos propios. Entre estos ¨²ltimos aparatos se cuenta la variante de combate del T-36 y el moderno A-36, que ser¨¢ dotado con misiles aire-mar Sea Eagle producidos por la firma brit¨¢nica British Aerospace, en un contrato estimado en unos ocho millones de d¨®lares.
Respecto a las caracter¨ªsticas del Halc¨®n-Aviojet, un cat¨¢logo publicado por CASA se?ala textualmente que se trata de un avi¨®n de combate, en contra de lo afirmado el pasado mes de agosto por el vicepresidente del Gobierno, Alfonso Guerra, que a preguntas de los periodistas dijo que s¨®lo se hab¨ªan realizado contratos de aviaci¨®n civil con Chile. "El C-101 permite tambi¨¦n su utilizaci¨®n como avi¨®n de ataque al suelo", dice el prospecto. "Para ello, dispone bajo las alas de seis puntos de amarre de cargas exteriores, as¨ª como de una bodega de armamento donde se instala un ca?¨®n y una serie de equipos especiales".
Gracias a estas caracter¨ªsticas, los Halc¨®n han comenzado a reemplazar a los obsoletos Dragonfly, comprados a EE UU de segunda mano y que constituyen todav¨ªa el principal contingente de la Fuerza A¨¦rea chilena destinado a la contrainsurgencia. La magnitud del programa de cooperaci¨®n la explica una comunicaci¨®n de ENAER donde puede leerse que dicha empresa "se encuentra desarrollando, en asociaci¨®n con CASA y British Aerospace, una versi¨®n de ataque a blancos navales ( ... ). En esta nueva configuraci¨®n, el Halc¨®n llevar¨¢ dos misiles ( ... ) y estar¨¢ dotado de un nuevo sistema de navegaci¨®n y ataque, lo que le permitir¨¢ alcanzar cualquier blanco a una distancia de 100 kil¨®metros del punto de lanzamiento".
Construcciones Aeron¨¢uticas, bajo licencia de la Messerschmitt-B?lkow-Blohm alemana occidental, tambi¨¦n fabrica los helic¨®pteros BO-105, de los que la Fuerza A¨¦rea chilena adquiri¨® hace algo m¨¢s de un a?o 32 unidades, que ser¨¢n armadas por ENAER en Chile. El precio de cada aparato ronda los 900.000 d¨®lares.
En lo que a ENAER toca, ha sacado un provecho adicional de su relaci¨®n con CASA: consigui¨® vender 40 aviones de entrenamiento primario a la Fuerza A¨¦rea espa?ola. Se trata del Pill¨¢n -desarrollado por la Piper Aircraft Corporation, de EE UU-, que cuenta con un alto grado de integraci¨®n de componentes chilenos. El Pill¨¢n, rebautizado en Espa?a como E-26 Matiz, cuesta unos 250.000 d¨®lares.
Material antidisturbios
Seg¨²n el Anuario sobre armamentismo en Espa?a, editado por el Centro de Investigaciones por la Paz, "junto a la compensaci¨®n rec¨ªproca de los aviones C-101 y T-35 Pill¨¢n, Chile import¨® material antidisturbios, armas cortas, sistemas de rumbo a¨¦reo, camiones, etc¨¦tera".En este sentido, las acusaciones pol¨ªticas contra el Gobierno de Felipe Gonz¨¢lez se han venido sucediendo en los ¨²ltimos a?os. Varias declaraciones contradictorias entre altos dirigentes socialistas han terminado estableciendo agosto de 1986 como fecha de consenso a partir de la cual se embarg¨® la venta de material b¨¦lico a Chile. Sin embargo, un alto directivo de la firma comercial chilena Kenrick y Compa?¨ªa, SA, que en repetidas ocasiones ha actuado como intermediaria en las transacciones entre Espa?a y la dictadura de Pinochet, asegur¨® que "alrededor del 15 de septiembre de 1986 unas 40 tanquetas antidisturbios procedentes de Espa?a y fabricadas por ENSB fueron desembarcadas en el puerto chileno de Valpara¨ªso". El extremo de si fueron fabricadas en Espa?a estas tanquetas, conocidas vulgarmente por zorillos debido a su reducido tama?o y a los gases vomitivos que lanza junto a las r¨¢fagas de balines a discrecci¨®n, no ha sido confirmado por la citada empresa.
Por otra parte, el director general de Comercio Exterior, Miguel ?ngel Ord¨®?ez, presidente a su vez de la Junta Interministerial Reguladora del Comercio Exterior de Armas, declar¨® en los primeros d¨ªas de abril ante una comisi¨®n de control parlamentario, a las preguntas hechas por el diputado de Izquierda Unida Enrique Curiel, que se cumplir¨¢n los contratos de compraventa de armas firmados anteriormente.
Los contratos logrados por Espa?a en 1982 dan una idea de la magnitud de las compras chilenas, que en dicho a?o superaron los 80 millones de d¨®lares. En realidad, hasta 1984, Chile represent¨® casi el 20% de las exportaciones b¨¦licas totales espa?olas. Los contratos chilenos firmados con CASA han representado para esta ¨²ltima casi el doble de todas las ventas de Aviojet fuera de Espa?a. Am¨¦rica Latina, en su conjunto, fue depositaria de m¨¢s de la mitad del equipamiento militar exportado por Madrid. Otros compradores son Jordania, que adquiri¨® 16 aparatos, y Honduras, que compr¨® cuatro con opci¨®n a cuatro m¨¢s.
Pese al gran esfuerzo exportador que ha ignorado condicionamientos pol¨ªticos, el citado Anuario sobre annamentismo en Espa?a habla de un "subsector privilegiado dentro del conjunto del sector p¨²blico", ya que "a?o a a?o, y empresa a empresa, las inversiones siempre son superiores a los resultados, aunque ¨¦stos sean positivos". Adem¨¢s, como el propio Felipe Gonz¨¢lez ha reconocido, en los ¨²ltimos a?os la exportaci¨®n espa?ola de armas ha ca¨ªdo en casi un 50% hecho que desde el Gobierno es atribuido a una nueva ¨¦tica comercial y desde la oposici¨®n al incremento de importaciones de armamento a EE UU.
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