El Espa?ol fue un rival c¨®modo para el Zaragoza
Nkono se pas¨® de confianza en un bal¨®n que pudo haber despejado fuerte y su fallo en esa Jugada decisiva, en el minuto 15, dio el primer gol al Zaragoza. Ello dio alas al conjunto ma?o, que super¨® claramente al Espa?ol, al que lleg¨® incluso a bailar.
El Espa?ol sorprendi¨® ya en su alineaci¨®n, pues parece un lujo excesivo dejar fuera a Valverde y no contar con Lauridsen ni para los relevos. Extra?¨® tambi¨¦n la posici¨®n de Alonso, muy atrasado, tanto que se emparej¨® con Se?or, al que intentaba obstaculizar en su vocaci¨®n ofensiva. Curiosamente, el peque?o centrocampista del Zaragoza le gan¨® la gran mayor¨ªa de los balones altos que disputaron. En general, los jugadores de Clemente dejaron sensaci¨®n de escasa ambici¨®n. Quiz¨¢ los prop¨®sitos de aspirar al t¨ªtulo sean tan s¨®lo palabras de su entrenador. Los mejores momentos los tuvieron entre los minutos 60 y 65, que coincidieron con los de aparente reposo del Zaragoza.
En el primer tiempo, el Zaragoza supo crear oportunidades para decidir incluso por goleada. Pese a que la primera ocasi¨®n fue del Espa?ol, un inocente tiro de Z¨²?iga en el minuto 9, el equipo local mand¨® con claridad. S¨®lo en 10 minutos, entre los 28 y 38, Nkono tuvo que hacer dos paradas de m¨¦rito a tiros de Pascual y Garc¨ªa Cort¨¦s y, adem¨¢s, Pineda y Sosa pudieron haber marcado tambi¨¦n. El Espa?ol soport¨® una presi¨®n agobiante.
Parte de la explicaci¨®n de este dominio pudo estar en el bajo rendimiento del centro del campo del Espa?ol. Zu?iga parec¨ªa, preocupado s¨®lo por cortar los adelantamientos de Garc¨ªa Cort¨¦s, Txelis se perd¨ªa en el marcaje que le hizo Pascual y Golobart daba la impresi¨®n de estar empe?ado en mandar ¨²nicamente balones altos que despejaba f¨¢cilmente Fraile. Alonso, el cuarto hombre del Espa?ol en esa zona, no dej¨® constancia de su presencia m¨¢s que en acciones anecd¨®ticas. Pese a que eran muchos en el centro del campo, esa cantida no se correspond¨ªa con la distribuci¨®n del juego. El Espa?ol o retrasaba balones a su portero o los soltaba en pases excesivamente largos. En construcci¨®n del juego con sentido del apoyo, el Zaragoza fue muy superior al Espa?ol. El gol de la tranquilidad lo marc¨® el Zaragoza nada m¨¢s empezar la segunda parte, con lo que la decoraci¨®n de ¨¦sta fue distinta a lo habitual. Se situ¨® m¨¢s en la defensa y le toc¨® entonces atacar al Espa?ol.
Aunque tuvo ocasiones, no superaron las del Zaragoza, que logr¨® alg¨²n contragolpe r¨¢pido y espectacular y se permiti¨® el lujo de reservar a Rub¨¦n Sosa muy pronto y de que nadie se enfadara por la discutible anulaci¨®n de un gol a Ayneto. El final del encuentro fue espectacular por parte local, con las mejores jugadas que se han visto esta temporada en La Romareda.
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