Los terremotos inspiran una exposici¨®n en el Grand Palais de Par¨ªs

Bajo el t¨ªtulo Terrae motus: N¨¢poles, temblor de tierra y arte contempor¨¢neo se expone en el Grand Palais de Par¨ªs, hasta el 11 de mayo, la colecci¨®n de la Fundaci¨®n Amelio, que re¨²ne obras de 70 artistas internacionales inspiradas en el tema el terremoto.Ni son todos los que. est¨¢n ni est¨¢ ninguna de las que son, y conviene decirlo e incluso destacarlo, pues resulta por lo menos curioso que en esta colecci¨®n num¨¦ricamente importante, obra del marchante de cuadros y hoy tambi¨¦n mecenas Lucio Amelio, no haya ni una sola artista mujer.

En el origen de la fundaci¨®n/ colecci¨®n, una excelente idea de Lucio Amelio -napolitano de origen muy modesto (su padre era ferroviario) que comenz¨® su brillante carrera en el comercio del arte con el arte povera, muchos de cuyos artistas est¨¢n presentes. en la colecci¨®n-, quien tras la cat¨¢strofe del 23 de noviembre de 1980, que azot¨® la regi¨®n de N¨¢poles, decidi¨® pedir a cierto n¨²mero. de artistas una obra sobre el tema y crear as¨ª una colecci¨®n que se integrara en las realidades socioculturales napolitanas, la cual, terminado su periplo por diferentes capitales europeas, de las que Par¨ªs es la primera, se instalar¨¢ en N¨¢poles.

Conseguir una buena exposici¨®n sobre un solo tema es dif¨ªcil, como lo han demostrado los numerosos intentos que en el mundo han sido. En el caso de la Fundaci¨®n Amelio puede decirse en justicia que es una colecci¨®n apreciable e interesante.

Desde la generaci¨®n de Rauschenberg o Beuys hasta la de Cherna Cobo o Barcel¨® (en la colecci¨®n est¨¢n presentes tambi¨¦n Francisco Leiro y Robert Llinos), los artistas han tratado el tema de forma realista, abstracta, conceptual, etc¨¦tera, apoy¨¢ndose en sus vivencias, creencias religiosas, obsesiones (incluida la sexual) o partiendo de las consecuencias de una cat¨¢strofe como ¨¦sta y su problem¨¢tica tanto a nivel individual como a nivel pol¨ªtico-social, como es el caso de J. Beuys, cuya pieza Terremoto in Palazzo (1981) es, posiblemente, la mejor de la muestra, realizada con elementos recuperados en el lugar del desastre, como han hecho otros de los participantes, Rauschenberg o Woodrow por ejemplo, aunque con otra intenci¨®n.

La obra de Beuys, una serie de mesas y sillas en equilibrio precario sobre tarros de cristal o tiestos colocados entre la mesa y la pared, es tr¨¢gica, silenciosa como ese silencio de muerte que al parecer precede a todo terremoto y tiene la hermosura fundamental de lo esencialmente necesario. Felizmente, los comisarios de la muestra, el director de la colecci¨®n y Ram¨®n T¨ªo Bellido, han creado el espacio adecuado para la misma, pese a que han tenido que instalar toda la colecci¨®n en s¨®lo uno de los pisos del Grand Palais.