La investigaci¨®n del 'Irangate' revela que North deposit¨® 10 millones de d¨®lares en una cuenta equivocada

Un rico hombre de negocios suizo se embols¨® los 10 millones de d¨®lares (sobre 1.250 millones de pesetas) que el sult¨¢n de Brunei dio para la contra, a petici¨®n del Departamento de Estado. Esta es la ¨²ltima revelaci¨®n producida por la investigaci¨®n parlamentaria del Irangate, que continu¨® ayer con el ex consejero de Seguridad Nacional Robert McFarlane sentado en el banco de los testigos por segundo d¨ªa consecutivo. Pero s¨®lo este dato o la noticia de que Oliver North ofreci¨® dar una vuelta nocturna por la Casa Blanca a tres intermediarios iran¨ªes con los que estaba negociando no tienen el suficiente morbo para captar la atenci¨®n de un p¨²blico que, estimulado por el esc¨¢ndalo sexual que ha destruido a Gary Hart, quiere que la investigaci¨®n produzca sangre.

Fundamentalmente, la prueba, que quizas no exista, de que Ronald Reagan autoriz¨®, a sabiendas de que era ilegal, la desdichada operaci¨®n de venta secreta de armas a Ir¨¢n y el desv¨ªo de fondos a la contra. Pero McFarlane dijo ayer que no est¨¢ protegiendo al presidente Reagan. "Creo en sus motivos y en que sus ¨®rdenes fueron legales. No creo que haya violado la ley. Si la culpa es de alguien, fue m¨ªa", dijo. Defendi¨® emocionadamente a Oliver North, aunque admiti¨® que su subordinado actu¨®, en ocasiones, incontroladamente. "0llie es un hombre de inmensa devoci¨®n por la vida ajena, un gran creyente, aunque es bastante c¨ªnico sobre el Gobierno". La actuaci¨®n de North, explic¨® McFarlane, se justifica por el trauma que sufri¨® en Vietnam al ver que EE UU abandonaba sus compromisos, lo que no estaba dispuesto a que volviera a repetirse con los contras.

El senador Daniel Inouye, que preside el comite especial de investigacion del Senado, revel¨® ayer que el dinero de Brunei fue depositado en una cuenta corriente equivocada del Credit Suisse por Oliver North. El inesperado receptor, lo invirti¨® en certificados de dep¨®sito y obtuvo 250.000 dolares en interes que, como el principal, espera recuperar el Gobierno norteamericano.

No se sabe si el responsable del error es este teniente coronel, que aparece cada vez mas como el superman del esc¨¢ndalo, o el secretario de Estado para Asuntos Interamericanos, Elliot Abrams, que fue el encargado de solicitar al, sultanato del Golfo P¨¦rsico una contribuci¨®n para la cruzada antisandinista.

Seguir la pista del dinero parece hasta ahora la estrategia de los investigadores, con la esperanza de que sirva para desmontar la defensa del presidente, que insiste en que, aunque orden¨® que se apoyara a los contras, cuando el Congreso lo hab¨ªa prohibido, no solicit¨® dinero ni hizo nada ilegal. La declaraci¨®n de McFarlane, en un tono de ultratumba que produce una mezcla de l¨¢stima en sus interrogadores, que le est¨¢n tratando muy bien, y un profundo sopor en los espectadores, est¨¢ sirviendo para ahondar las dudas ya existentes sobre la inocencia presidencial. McFarlane ha puesto en boca de Ollie North que ten¨ªa autorizaci¨®n superior para desviar fondos a la contra.

Curiosamente, despu¨¦s de que Ronald Reagan se entrevistara en dos ocasiones, primero con el embajador y luego con el rey Fahd de Arabia Saud¨ª, en la Casa Blanca, los saud¨ªes comenzaron a entregar 1 mill¨®n de dolares mensuales a los contras, con una donaci¨®n extraordinaria de 24 millones de d¨®lares tras el encuentro con Fahd.