Grave cogida de Joselito
JOAQUIN VIDAL El sobrero, sexto de la tarde, un torazo de cerca de 700 kilos de peso, arroll¨® a Joselito cuando lo recib¨ªa de capa, prendi¨¦ndole por la parte alta del pecho y volte¨¢ndolo por los aires de forma dram¨¢tica. Hubo cornada, cornada que pudo ser mortal, pues el pit¨®n le alcanz¨® el cuello, lesion¨¢ndole tr¨¢quea, l¨®bulo tiroideo, car¨¢tida y yugular. Fue la culminaci¨®n de la mala suerte que est¨¢ persiguiendo toda la temporada a este jovenc¨ªsimo torero, el m¨¢s prometedor que haya surgido en los ¨²ltimos a?os.
Ning¨²n toro le ha embestido a Joselito para torear medianamente bien. Ning¨²n toro, ni en las fallas de Valencia, ni en la feria de Sevilla, ni, por supuesto, ayer en la corrida inaugural de la feria de San Isidro. El primero que le correspondi¨® ten¨ªa peligro, probaba las embestidas, se paraba en el centro de la suerte, met¨ªa certero el pit¨®n, daba lo mismo que se le citara por el izquierdo o por el derecho. Ya en banderillas se tap¨®, arriba la carota, enarbolando agresivo su cornamenta peliagudamente astifina, cada vez que el matador intentaba meter los brazos, y por esto result¨® el tercio tremendamente deslucido. A pesar de todo Joselito porfi¨® con enorme verg¨¹enza torera, aguantando imp¨¢vido parones y coladas; sin ceder nunca ante la desesperante bronquedad de su enemigo, busc¨¢ndole por todos lados las vueltas del dominio y de la provocaci¨®n para que embistiera de una vez.Con el capote tambi¨¦n le per sigui¨® la mala suerte a Joselito Se ci?¨® en lances al delantal, en chicuelinas, aunque las embesti das le llegaban violentas; y en un quite por faroles, el viento le echaba el capote a la cabeza, desbaratando el vistoso lance. Al sexto lo recibi¨® con una larga cambiada. Al sobrero que sustituy¨® a este toro -pues estaba inv¨¢lido- con ver¨¢nicas adelantando la pierna contraria, en ejecuci¨®n pura de los m¨¢s ortodoxos c¨¢nones, dejando llegar el vedaval del torazo lanzado a todo carb¨®n, y en una de ellas sobrevino la espeluznante cogida. De mal en peor le ha ido a Joselito en lo que va de temporada. Hasta la cogida, finalmente, que ha sido su bautismo de sangre.
Pe?ajara / C
V¨¢zquez, Jim¨¦nez, JoselitoToros de Pe?ajara, de mucha romana, mansos y broncos (6?, sobrero). Curro V¨¢zquez:, pinchazo y bajonazo , (silencio y bajonazo descarado (divisi¨®n y estocada ca¨ªda (oreja). Pep¨ªn Jim¨¦nez: dos pinchazos bajos y media atravesada baj¨ªsima (algunos pitos) cinco pinchazo muy bajos (protestas). Joselito: media estocada tendida ca¨ªda y tres dezcabellos (silencio). Cogido grave por el 6?. Plaza de Las Ventas, 15 de mayo. Primera corrida de feria.
Result¨® que el torazo sobrero lleg¨® noblet¨¢n al ¨²ltimo tercio y Curro V¨¢zquez le hizo una faena plet¨®rica de torer¨ªa, en la que destacaron redondos citando de frente, la ligaz¨®n de los naturales con el pase de pecho, trincherazos y ayudados. A la calidad que tuvo la faena en diversos pasajes, se un¨ªa la gallard¨ªa deltorero, superando la impresi¨®n de la cogida presenciada minutos antes, y se descaraba con el toro, lo retaba, pecho adelante, muy cerca de los pitones.El p¨²blico, liberado de los negros presagios que produjo la cornada por las luminarias de una inesperada torer¨ªa, se entreg¨® a Curro V¨¢zquez. Se le entreg¨® con las delirantes efusiones propias de dos que se aman, pues hasta entonces hab¨ªa prevalecido una quiebra de la admiraci¨®n y mutua simpat¨ªa que existen entre este torero y la afici¨®n de Madrid.
A la afici¨®n de Madrid le hab¨ªa disgustado en lo profundo que Curro V¨¢zquez toreara descaradamente con el pico al manejable cuarto toro, incluso al m¨¢s complicado primero, y matara m¨¢s descaradamente a¨²n de bajonazos. Picos y bajonazos defraudan las m¨¢s acendradas ilusiones. La afici¨®n, al ver morir al cuarto toro vomitando sangre y con un sablazo tabernario en el costado, hab¨ªa pedido a Curro V¨¢zquez que le devolviera el rosario de su madre y se quedara con lo dem¨¢s. Cuando los redondos al sexto, sin embargo, el rosario ya lo ten¨ªa otra vez Curro V¨¢zquez en el bolsillo del chaleco, muy cerca del coraz¨®n.Torazos saltaban a la - arena la mayor¨ªa coloraos o casta?os un salpicao tambi¨¦n -ese regres¨® a los chiqueros, a causa de su invalidez perniciosa- pero to dos estaban en los l¨ªmites triangulares de la bronquedad, 1a mansedumbre, la moruchez.Los fronterizos con la moruchez le correspondieron a Pep¨ªn Jim¨¦nez, cuyos arrestos ante toros poco claros ya se sabe cu¨¢ntos son poquitos, y no todo los d¨ªas-, y para qu¨¦ quer¨ªa mas cuando le acud¨ªan a la muleta probones, se paraban a la mitad del derechazo o del natural, desde?aban el enga?o y se quedeban mirando distra¨ªdamente por ah¨ª, quien sabe si buscando hierba, quien sabe si a?orando la compa?¨ªa de los cabestros, gente mendaz entre los de su raza.
Para qu¨¦ quer¨ªa m¨¢s Pep¨ªn Jim¨¦nez, y optaba por entrar a matar mal- tanto como en los restantes pasajes de la corida optaba por no agotar turnos -ninguno- y ni se le ocurr¨ªa intervenir en lidia, quites, todas esas zarandajas. En cambio su pe¨®n Manuel Ruiz breg¨® con valor y eficacia al fijar y doblar al corret¨®n-h¨²¨ªdo tercer toro de la tarde su banderillero Manolo Ortiz prendi¨® dos soberanos pares, por los que hubo de saludar montera en mano, y sus compa?eros de terna Curro V¨¢zquez y Joselito intervinieron en quites, en lidia ense?ando al fr¨¢gil diestro lorquino qu¨¦ es, hasta d¨®nde deb¨ªa llegar la torer¨ªa, cuando el oficio de matador de toros se ejerce hasta se profesa.
Hasta d¨®nde debe llegar, aunque se sepa que puede sobrevenir la cornada -le sobrevino a Joselito- por aguantar valerosamente la brutal acometida del torazo- pues ese es el precio de la gloria y la gloria la tocaron ambos diestros con la punta de losdedos m¨¢s gozosamente Curro V¨¢zquez, que logr¨® salir indemne aureolado por el triunfo.
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