El fantasma de la recesi¨®n
LA REUNI?N de los ministros de Econom¨ªa de los pa¨ªses miembros de la Organizaci¨®n para la Cooperaci¨®n y el Desarrollo Econ¨®mico (OCDE) ha permitido comprobar una vez m¨¢s que el peligro de una recesi¨®n econ¨®mica est¨¢ muy cercano si no se toman medidas para coordinar las pol¨ªticas econ¨®micas de los pa¨ªses industrializados. El ¨²nico acuerdo de principio adoptado se refiere a la revisi¨®n de los complicados sistemas de apoyo a la agricultura, que han terminado por crear gigantescas distorsiones en los mercados mundiales.La reuni¨®n de Par¨ªs es la primera de una serie de encuentros internacionales que culminar¨¢n con la cumbre de Venecia de los siete pa¨ªses m¨¢s industrializados del mundo el pr¨®ximo mes de junio. Son, pues, unas semanas de intensa actividad econ¨®mica, y siempre cabe esperar que lo que no se ha conseguido en una reuni¨®n se obtenga en la siguiente. De hecho, los principales actores del drama actual -Estados Unidos, Jap¨®n y la Rep¨²blica Federal de Alemania- tienen sobradas oportunidades para coordinar sus pol¨ªticas econ¨®micas, al menos en sus aspectos esenciales, de aqu¨ª a la cumbre.
Seg¨²n los an¨¢lisis de la OCDE, de continuar las cosas como hasta ahora, lo m¨¢s probable es que el d¨®lar siga cayendo de manera m¨¢s o menos incontrolada, acercando cada vez m¨¢s el riesgo de una crisis financiera mundial. Por su parte, el modesto crecimiento de los pa¨ªses industrializados y los desequilibrios en los intercambios de mercanc¨ªas y servicios alimentar¨¢n las tensiones comerciales internacionales y agravar¨¢n la situaci¨®n social en los pa¨ªses de la zona. Pocas veces ha sido la OCDE tan expl¨ªcita en sus advertencias como este a?o.
Las declaraciones de los principales protagonistas de la reuni¨®n no dan pie para el optimismo. El secretario del Tesoro norteamericano declar¨® que no ten¨ªa sentido aumentar los impuestos en su pa¨ªs para reducir el d¨¦ficit p¨²blico, porque, de hacerlo, los parlamentarios aumentar¨ªan inmediatamente los gastos y no se habr¨ªa conseguido nada. Por su parte, el representante alem¨¢n occidental asegur¨® que no era necesario anticipar la rebaja fiscal anunciada para el pr¨®ximo a?o, porque con el mero anuncio se conseguir¨¢n los deseados efectos de aceleraci¨®n del gasto de los particulares. Por ¨²ltimo, el representante de Jap¨®n se limit¨® a repetir una vez m¨¢s la promesa de su Gobierno de presentar ante el Parlamento nip¨®n un plan de relanzamiento de la econom¨ªa que comporta un aumento del gasto de unos 35.000 millones de d¨®lares.
Estas declaraciones no ayudan en nada a devolver la confianza a unos mercados financieros que dan unas muestras de nerviosismo cada vez mayores. La confianza en que los tipos de cambio flotantes iban a producir el equilibrio en las balanzas de pagos ha dejado el paso a la creencia difusa de que, de una u otra manera, es preciso volver a un sistema monetario intemacional m¨¢s administrado que el actual, apoyado en la coordinaci¨®n permanente de las pol¨ªticas econ¨®micas de Estados Unidos, la Comunidad Europea y Jap¨®n. Desde esta perspectiva, las declaraciones de los representantes de los tres primeros pa¨ªses industrializados del mundo en la reuni¨®n de Par¨ªs dejan bastante que desear: las consideraciones de pol¨ªtica interior a corto plazo han prevalecido sobre las responsabilidades mundiales de estos grandes pa¨ªses.
En el lado positivo de la reuni¨®n hay que destacar el principio de acuerdo sobre la reforma de los sistemas de apoyo a la agricultura, al levantar la Rep¨²blica Federal de Aleman¨ªa las objeciones que tradicionalmente ha opuesto a cualquier modificaci¨®n de un sistema del que depende el voto de sus agricultores. La revisi¨®n formar¨¢ parte del calendario global de negociaciones comerciales en el marco del Acuerdo General sobre Aranceles Aduaneros y Comercio (GATT). Se trata, sin lugar a dudas, de un importante paso adelante para desmontar el complicado sistema actual de ayudas y subvenciones, cuya racionalidad no es otra que el mantenimiento de la renta de determinados colectivos agrarios, que no siempre coinciden con los m¨¢s necesitados de ayuda.
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