Disparos espa?oles
Ayer muri¨® una mujer pobladora en Chile, un negro en Sur¨¢frica, un adolescente iran¨ª, una ni?ita iraqu¨ª, etc¨¦tera. Quiz¨¢ alguna de estas muertes se produjo por munici¨®n disparada por armas suministradas clandestinamente por el Gobierno espa?ol. Porque clandestinos son los m¨¦todos, y los caminos seguidos para hacerlas llegar a esos pa¨ªses.Ya s¨¦. Muchos pa¨ªses se aprovechan de los conflictos ajenos para poner en circulaci¨®n las armas almacenadas y conseguir unos miles de d¨®lares que alivien o quiz¨¢ enriquezcan al sector de la industria b¨¦lica. La inmoralidad es uso y costumbre desde hace mucho tiempo en lo que se refiere al establecimiento de relaciones comerciales. Hay una regla de oro: "Venda quien pueda", porque si yo no las vendo lo har¨¢ otro pa¨ªs exportador. Claro que yo rio dejo de ser inmoral por mucho que me escude en la costumbre ya generalizada.
Recuerdo el inicio de la guerra entre Ir¨¢n e Irak, all¨¢ por septiembre de 1980. Pasaba unos d¨ªas de vacaciones en Atenas y me enter¨¦ por un diario en ingl¨¦s. Hoy, casi siete a?os despu¨¦s, he terminado mi carrera universitaria, he viajado a otros pa¨ªses, casi me cuesta recordar fielmente el viaje a Grecia porque la lejan¨ªa en el tiempo me juega alguna mala pasada. Pero sigo viendo de cuando en cuando los campos de batalla sembrados de miles de cad¨¢veres despu¨¦s de cruentos combates. Y se me hace un nudo en la garganta, se me entumece la conciencia y quiz¨¢ muero un poco a pesar de que soy inocente, o por lo menos no tengo la posibilidad de aprobar o consentir env¨ªos clandestinos de armas. Pienso si a nuestros gobernantes les ocurrir¨¢ lo mismo.
No obstante, me siento mejor cuando oigo a nuestro Gobierno a trav¨¦s de su ministro de Industria, Luis Carlos Croissier, afirmar que vendemos seis veces menos que Francia o s¨®lo la mitad que Italia. Somos menos inmorales o menos asesinos en potencia- Gervasio S¨¢nchez Fern¨¢ndez
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