La ley de 'obediencia debida' argentina, estancada
El Senado argentino posterg¨® la votaci¨®n del proyecto de ley que regula la obediencia debida en las Fuerzas Armadas. Las comisiones de Asuntos Constitucionales, Defensa y Legislaci¨®n General, demoraron su dictamen y a¨²n no se inici¨® la sesi¨®n de debate a pesar del inter¨¦s personal del presidente Ra¨²l Alfons¨ªn, quien deseaba que se apruebe "cuanto antes" el texto que envi¨® al Congreso.
El partido en el Gobierno no tiene, como en la C¨¢mara de los Diputados, mayor¨ªa propia en el Senado. S¨®lo cuenta con 18 senadores radicales, y necesita seis votos m¨¢s para alcanzar la mitad m¨¢s uno. Las alianzas posibles con los bloques de los partidos provinciales se rompieron cuando empezaron a hacer efecto las intensas presiones militares. Los generales retirados Antonio Bussi y Llamil Reston, que ocuparon altos cargos durante la dictadura, se reunieron con varios de ellos para imponer al texto del proyecto un p¨¢rrafo que absuelva de culpa tambi¨¦n a los mandos superiores hasta el grado de general de brigada en el Ej¨¦rcito de Tierra y su equivalente en las otras fuerzas. Con esa modificaci¨®n la ley se convertir¨ªa en la pr¨¢ctica en una amnist¨ªa de la que ¨²nicamente quedar¨ªan exceptuados los miembros de las dos primeras juntas militares de los actuales jefes de Estado Mayor de los Ej¨¦rcitos de Tierra y Aire, el general Jos¨¦ Caridi y el brigadier Ernesto Crespo, participaron tambi¨¦n en encuentros con legisladores y funcionarios del Gobierno. El ministro de Defensa, Horacio Jaunarena, se reuni¨® con el pleno del Senado en una sesi¨®n secreta pedida por los jefes de la oposici¨®n. Durante tres horas, el ministro, acompa?ado por Facundo Su¨¢rez, jefe de los servicios de inteligencia, explic¨® a los senadores la necesidad de sancionar con urgencia la ley. Les record¨® que actualmente hay 234 oficiales involucrados en procesos penales, de los que se ha citado a menos de 50. De aprobarse la ley, los juicios se reducir¨ªan a 80 casos, en los que hay s¨®lo dos militares en activo. El senador peronista Juan Carlos Romero le pregunt¨® si el Gobierno ten¨ªa garant¨ªas de que "detr¨¢s de esta ley no se ven¨ªa una escalada proamnistia", y el ministro asegur¨® que "hay importantes sectores de las Fuerzas Armadas que han dado su con sentimiento".
Traba formal
La traba que sufre la ley en el Senado es m¨¢s de forma que de fondo. Si la C¨¢mara Alta modifica el texto, el proyecto regresa a la Baja, donde los diputados se han comprometido p¨²blicamente a rechazar las enmiendas. Se producir¨ªa entonces un nuevo debate, donde el radicalismo podr¨¢ imponer finalmente su mayor¨ªa propia. De acuerdo con el reglamento parlamentario, los diputados tienen, en este caso, la ¨²ltima palabra, porque el poder Ejecutivo envi¨® su proyecto a esa C¨¢mara.Queda claro as¨ª que las posiciones en el Senado no responden a una estrategia en particular. El peronismo, que podr¨ªa alcanzar te¨®ricamente la mayor¨ªa, est¨¢ dividido en ocho bloques que no tienen proyectos comunes. Los partidos provinciales se han volcado a favor de incorpo rar el p¨¢rrafo redactado por los militares para convertir la ley en una amnist¨ªa a¨²n m¨¢s amplia. El bloque de senadores radicales se mantiene unido s¨®lo por "obediencia debida" al presidente de la naci¨®n y jefe del partido, Ra¨²l Alfons¨ªn. En privado, la mayor¨ªa de ellos admite que este proyecto tampoco va a acabar con los planteos de las Fuerzas Armadas.
Los partidos de izquierda, sin representaci¨®n parlamentaria, y las organizaciones defensoras de los derechos humanos reunieron a m¨¢s de 10.000 personas en una manifestaci¨®n que se realiz¨® el mi¨¦rcoles por la noche frente al edificio del Congreso. Desde el improvisado palco, montado sobre la caja de un cami¨®n, los organizadores denunciaron que, de aprobarse el proyecto de ley, quedar¨ªa absuelto, entre otros, el capit¨¢n de nav¨ªo Alfredo Astiz. Si adem¨¢s se incorpora la enmienda que proponen los militares, la amnist¨ªa alcanzar¨ªa a cubrir tambi¨¦n al general Ram¨®n Camps, conocido como El carnicero de Buenos Aires.
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