15 a?os despu¨¦s de Estocolmo

Con motivo del D¨ªa Mundial del Medio Ambiente, el articulista denuncia que la degradaci¨®n ambiental -hasta hace poco un problema espec¨ªfico de los pa¨ªses desarrollados- ha llegado ya a los pa¨ªses en desarrollo. Esta internacionalizaci¨®n de los problemas ambientales le lleva a deducir la necesidad de solidaridad.

El d¨ªa 5 de junio ha quedado institucionalizado como D¨ªa Mundial del Medio Ambiente, por iniciativa de la Asamblea General de las Naciones Unidas, para conmemorar la fecha en que se inaugur¨® la Conferencia de Estocolmo de 1972. Este acontecimiento represent¨® una primera reflexi¨®n conjunta de los poderes p¨²blicos a nivel mundial sobre los problemas ambientales generados por nuestra sociedad y acerca de la necesidad de impulsar pol¨ªticas ambientales superadoras de los marcos nacionales.Quince a?os m¨¢s tarde la situaci¨®n es claramente distinta La degradaci¨®n ambiental ha llegado a los pa¨ªses en desarrollo. De hecho, la b¨²squeda y explotaci¨®n de nuevos recursos naturales est¨¢ poniendo en peligro ecosistemas de importancia capital Baste citar la desaparici¨®n del bosque tropical como exponente de la realidad que el binomio medio ambiente y desarrollo tiene en amplias zonas de nuestro com¨²n planeta. En los pa¨ªses industrializados hace tiempo que se impulsan pol¨ªticas de reducci¨®n de contaminantes y de prevenci¨®n de da?os ambientales. En el marco de la CE, al que nuestro pa¨ªs pertenece desde hace a?o y medio, el desarrollo de la pol¨ªtica ambiental tiene su reflejo en el Acta ?nica, que modifica el Tratado de Roma y responde, sin duda, a la exigencia de una mejor calidad de vida de los ciudadanos europeos y a la urgencia de sentar las bases de un nuevo modelo y desarrollo que tenga en cuenta la finitud de los recursos y la limitada capacidad para recomponer el equilibrio ecol¨®gico.

Este decimoquinto aniversario de la Conferencia de Estocolmo ha contado con la publicaci¨®n del Informe de la Comisi¨®n Mundial de Medio Ambiente, presidida por la primera ministra de Noruega, informe del que cabr¨ªa extraer dos ideas importantes: el medio ambiente constituye un factor de desarrollo. En los pa¨ªses en desarrollo, el uso sostenido de los recursos naturales constituye la ¨²nica posibilidad de futuro. En los desarrollados, el medio ambiente es el factor de calidad de vida que las sociedades demandan con mayor insistencia, aplicando crecientes re cursos monetarios y significando todo ello un elemento importante de transformaci¨®n social por la importancia del d¨¦ficit ambiental acumulado en fases de crecimiento cuantitativo, por la incidencia en sectores educativos y culturales para dar respuesta a nuevas cualificaciones en relaci¨®n al medio ambiente y, de igual manera, por la transformaci¨®n de los problemas ambienta les en fundamento de los programas pol¨ªticos, y, por tanto, integrantes de la oferta y la controversia pol¨ªtica.

La segunda idea, importante que subyace en el informe de la comisi¨®n mundial es la de que estos 15 ¨²ltimos a?os han reafirmado la internacionalizaci¨®n de los problemas y tambi¨¦n de las posibles soluciones. La tendencia al desplazamiento de degradaci¨®n ambiental al Tercer Mundo obviamente no es casual, tiene su raz¨®n de ser en la crisis econ¨®mica estructural de los pa¨ªses en desarrollo y en factores a?adidos a la misma, como son el crecimiento demogr¨¢fico y la imposibilidad de ordenar el uso de los recursos naturales propios.

Suelo f¨¦rtil

Y esta situaci¨®n se encuentra en la base de algunos problemas importantes con incidencia ambiental. De hecho, la desaparici¨®n de la cubierta vegetal en extensas ¨¢reas del mundo puede provocar un incremento de la p¨¦rdida de suelo f¨¦rtil, cambios clim¨¢ticos importantes y una disminuci¨®n de la capacidad de renovaci¨®n de la atm¨®sfera. Y ello al margen de las pol¨ªticas correctas de reducci¨®n de contaminantes y de prevenci¨®n a que antes hac¨ªa referencia en el caso de los pa¨ªses desarrollados.

Por eso es preciso citar la progresiva internacionalizaci¨®n de los problemas ambientales y especificar que de: ello se deduce la necesidad de solidaridad. Solidaridad expresada en m¨²ltiples direcciones. Entre las sociedades desarrolladas y en desarrollo del presente, entre la generaci¨®n actual y las generaciones futuras y entre pa¨ªses con diferentes grados de desarrollo. A este respecto hemos se?alado en m¨²ltiples ocasiones que el avance de la pol¨ªtica ambiental no puede significar discriminaci¨®n ni anulaci¨®n de las posibilidades de desarrollo en ninguna sociedad humana.

Las soluciones van a venir unidas precisamente a la generaci¨®n de riquezas, a la construcci¨®n de la sociedad del bienestar y a aspectos muy concretos, como el que la producci¨®n de equipamiento ambiental sea un sector rentable que la sociedad en su conjunto pueda abordar la progresiva internacionalizaci¨®n de costes que requiere el d¨¦ficit ambiental acumulado. Por eso, coincidiendo en objetivos, ni las fases ni el ritmo de aplicaci¨®n de pol¨ªticas de correcci¨®n ambiental puede ser el mismo.

El aumento de los costes generados como consecuencia de la degradaci¨®n ambiental, de las disfunciones introducidas en el mismo sistema productivo y del deterioro de las condiciones vitales de reproducci¨®n, cada vez menos aceptables para la poblaci¨®n en general, ha evidenciado la necesidad de introducir mecanismos correctores y de control o, lo que es lo mismo, de objetivos, pol¨ªticas y regulaciones ambientales gestionadas por los distintos niveles de la Administraci¨®n.

En el contexto actual en que se encuentra nuestro pa¨ªs -sistema social de mercado, consagrado por la Constituci¨®n, e integraci¨®n en la CEE desde enero de 1986-, las pautas para el dise?o y gesti¨®n de una pol¨ªtica ambiental existen. Ser¨¢ necesario asumir unos objetivos y regulaciones ambientales que ya nos vienen dados como consecuencia de la integraci¨®n en la CEE, lo que tendr¨¢ que traducirse en las normativas y programas nacionales correspondientes.

Ser¨¢ fundamental, sobre todo, la eficacia en la implantaci¨®n de las pol¨ªticas ambientales y en la aplicaci¨®n de la normativa adoptada, lo que requerir¨¢ clara voluntad pol¨ªtica y un gran esfuerzo organizativo. No va a ser un camino f¨¢cil. En numerosas encrucijadas se entrelazar¨¢n y encontrar¨¢n intereses contrapuestos y los problemas de gesti¨®n van a ser arduos.

es director general del Medio Ambiente.