Un s¨ªmbolo del terror
El Papa visit¨® ayer en Majdanek uno de los campos de concentraci¨®n cuyo nombre simboliza el terror a que se vio sometida Polonia bajo la ocupaci¨®n nazi. El firme compromiso de no dejar caer en el olvido aquellos a?os tr¨¢gicos en los que perdieron la vida m¨¢s de seis millones de polacos, en su mayor parte jud¨ªos, es uno de los escasos puntos de convergencia de posturas, por lo dem¨¢s antag¨®nicas, del Papa y del r¨¦gimen comunista del general Wojciech Jaruzelski.Es muy significativo que aparte de la jornada de llegada, el lunes, y de despedida, el pr¨®ximo domingo, el primer canal de televisi¨®n polaca s¨®lo retransmita en directo tres actos: la visita a Majdariek, la misa en la ciudad de Sczeczin y un encuentro con los j¨®venes en Westerplatte, una peque?a pen¨ªnsula en la bah¨ªa de Gdansk. Aqu¨ª, el 1 de septiembre de 1939 comenz¨® la II Guerra Mundial, al abrir fuego el buque alem¨¢n Schlesw?gHolstein contra una fortaleza polaca.
Westerplatte es el s¨ªmbolo de la agresi¨®n extranjera; Majdanek, el testimonio del terror nazi; y Sczeczin (Stetin) es una antigua ciudad alemana a la que Juan Pablo II acude para desmostrar su apoyo a la integridad territorial de Polonia, frente a reivindicaciones de ciertos c¨ªrculos conservadores alemanes que sue?an con la reinstauraci¨®n de un Estado alem¨¢n seg¨²n las fronteras de 1937. Estos tres actos son los ¨²nicos de toda la visita del Papa a Polonia en los que el r¨¦gimen puede estar seguro de o¨ªr su propio punto de vista en labios de Juan Pablo II. El consenso nacional polaco sobre la inviolabilidad de su frontera occidental y sobre el recuerdo de la ocupaci¨®n nazi es absoluto. El r¨¦gimen, tan falto de apoyo popular, tiene un l¨®gico inter¨¦s en fomentarlo.
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