La ¨²ltima libertad

El ¨²ltimo p¨¦talo de la flor de la libertad est¨¢ a punto de arrugarse, como se arrugan tambi¨¦n los miembros viriles al o¨ªrlo mencionar. S¨ª, esa libertad que todav¨ªa nos quedaba a los pobres, de disponer libremente de unas relaciones sexuales, m¨¢s o menos placenteras seg¨²n el caso. Tanto SIDA y enfermedades ven¨¦reas est¨¢n causando una verdadera revoluci¨®n (o involuci¨®n) de la sexualidad a escala mundial.Cuando todav¨ªa nos estamos planteando educar sexualmente a nuestros hijos en un clima de libertad sexual, resulta que hemos de volver a empezar de cero. Sexo ?s¨ª o no? Reagan ya pide a gritos que se realicen las pruebas anti-SIDA a quienes vayan a contraer matrimonio. Pronto se nos repartir¨¢n formularios que una vez cumplimentados con los datos de c¨®mo, d¨®nde, cu¨¢ndo y con qui¨¦n cometemos el delito de copular, habr¨¢ que enviar a una delegaci¨®n anti SIDA (o antisexo, que es lo mismo) y hasta es posible que se establezcan las frecuencias copulatorias con diferentes tipos de impuestos.

?Ser¨¢ que realmente caminamos hacia el mundo feliz de Aldous Huxley, donde las relaciones sexuales eran controladas y realizadas con m¨¢quinas?-