SIDA y droga

Comparto plenamente lo planteado en su editorial del pasado viernes 5 de junio La Inquisici¨®n frente al SIDA, donde se denominaban justamente "m¨¦todos medievales" los propuestos por Reagan sobre pruebas obligatorios -y posiblemente, discriminatorias racial y socialmente- para detectar los portadores de esta enfermedad. De nuevo estamos frente a una mezcla de prepotencia m¨¦dica, intolerancia moral, instrumentaci¨®n. pol¨ªtica y uso represivo del miedo a la cat¨¢strofe, base de nuestro equilibrio del terror. El mejor p¨¢rrafo de su editorial me parece ¨¦ste: "Frente al SIDA, las sociedades democr¨¢ticas dignas de este nombre no tienen otra salida que la de la responsabilidad y la informaci¨®n: que los ciudadanos sepan los riesgos de la enfermedad y los medios que existen para librarse de ella". Pero falta algo m¨¢s en este planteamiento. ?No es el caso de la droga semejante al ciento por ciento con el del SIDA? ?No se est¨¢n aplicando aqu¨ª tambi¨¦n m¨¦todos medievales e inquisitoriales en nombre de la sacrosanta salud p¨²blica? ?Por qu¨¦ la informaci¨®n y la responsabilidad son las medidas realmente democr¨¢ticas frente al SIDA y no frente a la droga? Aclaremos estas cuestiones, pues Reagan al menos es bruto, pero coherente, mientras que nuestros gobernantes -y aspirantes a ello- parecen ser s¨®lo incoherentemente brutos- Fernando Savater.