?Caridad?
Cuando el Papa est¨¢ en su casa, en el Vaticano, en la ciudad de Roma, cuando es ¨¦l quien recibe, al resto del mundo le asiste el derecho a preguntarse sobre la calidad de sus visitantes y sobre la imperiosa necesidad que obliga al Pont¨ªfice a concederles una recepci¨®n oficial. ?sta es la raz¨®n por la que el anuncio de la visita de Kurt Waldheim al Vaticano provoca, cuando menos, cierta perplejidad y un claro embarazo.Y tal embarazo es m¨¢s que perceptible en el Vaticano, donde se explica mediante una admirable distinci¨®n, que har¨ªa las delicias de los antiguos doctores escol¨¢sticos, que el Papa no recibe al individuo Kurt Waldheim, sino al presidente de la Rep¨²blica Austriaca, normal y democr¨¢ticamente elegido.
19 de junio
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