Penitentes
La pesadumbre les nimba como un halo glorioso. Me refiero a los sociatas, quienes, preocupados por una victoria electoral tirando a p¨ªrrica, andan ¨²ltimamente la mar de arrepentidos y modosos. Yo no s¨¦ si este pa¨ªs siente debilidad por los perdedores, lo cual nos honrar¨ªa, o si es que la tradici¨®n judeocristiana del castigo y la culpa nos ha convertido irremisiblemente en una caterva de sadomasoquistas; porque lo cierto es que nos priva la mortificaci¨®n propia y ajena, hasta el punto de haber trocado la penitencia p¨²blica en un celeb¨¦rrimo espect¨¢culo, cual es el caso de la Semana Santa.Pues bien, hete aqu¨ª que los del PSOE, sin duda sabedores del ¨¦xito popular del nazareno, han decidido organizar su propia procesi¨®n penitencial, cosa en la que los sevillanos son, como todo el mundo sabe, grandes, expertos. Y as¨ª, es un portento el verles tan contritos, tan primorosamente humildes, con una corona de expiaci¨®n sobre las sienes y los ojos moraditos de martirio. En fin, que la ciudadan¨ªa est¨¢ disfrutando de lo findo.
En realidad se trata de una par¨¢bola moral muy conocida: es el cuento del soberbio que al final recibe su castigo y aprende en la humillaci¨®n a ser buen¨ªsimo. La puesta en escena es fabulosa; la ejecuci¨®n precisa; la procesi¨®n, en suma, les est¨¢ quedando muy lucida. L¨¢stima que se les haya escapado un peque?o detalle rechinante: su pataleta con los medios de comunicaci¨®n en general y con TVE en particular, a la que acusan (?cielos!) de haber tratado fatal a su partido. Reza la ortodoxia que la condici¨®n b¨¢sica del penitente es el arrepentimiento y el prop¨®sito de enmienda. Y yo no encuentro que nuestros nazarenos de la pol¨ªtica sufran tales espasmos de conciencia. Les ha dolido el cap¨®n de las urnas, eso est¨¢ claro; pero para solucionarlo amenazan con sacar un diario propio y con tomar televisi¨®n en plan Atila. Se dir¨ªa que, m¨¢s que enmendar sus errores, lo que se proponen es enmendar a cantazos a quienes les son m¨ªnimamente cr¨ªticos. Miedo me dan estos penitentes que empiezan por atizar a los demas con su cilicio.
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